tag:blogger.com,1999:blog-190429702024-03-07T10:52:39.546+01:00la situación del espectáculo | Blog de Fernando DíazBlog de análisis politico, África Subsahariana, política internacional y sobre pobreza y exclusión social.Fernando Díaz | elsituacionistahttp://www.blogger.com/profile/04622410604657147745noreply@blogger.comBlogger501125tag:blogger.com,1999:blog-19042970.post-18335823564107606952023-12-31T01:30:00.002+01:002023-12-31T01:30:00.135+01:00Las cuatro mejores lecturas de 2023<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiLUdVAZ_h8UgjUDrqrsiWNRSWXigloUav5hc85Y0DnAsUMG49iYB_RVKTWZoqOgl8AN2W-9yR52pto7-VKChAf_NdzLqhfDa4jhFKfsGqyf8UcBflNnTMoD8FwIFv7aYH7xDMVNcfv9psvzkZhrBiu3oaeXKLm1SZqIckce1zR20JpNHaPf8h6/s4032/blaz-photo-zMRLZh40kms-unsplash.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="3024" data-original-width="4032" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiLUdVAZ_h8UgjUDrqrsiWNRSWXigloUav5hc85Y0DnAsUMG49iYB_RVKTWZoqOgl8AN2W-9yR52pto7-VKChAf_NdzLqhfDa4jhFKfsGqyf8UcBflNnTMoD8FwIFv7aYH7xDMVNcfv9psvzkZhrBiu3oaeXKLm1SZqIckce1zR20JpNHaPf8h6/s16000/blaz-photo-zMRLZh40kms-unsplash.jpg" /></a></div><br /><p></p><p>Fin de año. Aquí siempre hemos hablado de libros, y siempre nos ha gustado mirar hacia el año que acaba y ver qué nos ha gustado más de todo lo que ha caído en nuestras manos. Es una mirada injusta, porque libros que quizás nos entusiasmaron mientras los leíamos, desmerecieron al girar la esquina con otro que nos llevó más allá. Pero también es una mirada desde la justicia, porque nos ayuda a entender cómo hemos crecido durante el año, y qué hemos aprendido que antes no sabíamos.</p><p>2023 ha sido un año, otro más, de ensayos. La novela, sin embargo, ha ido cogiendo ritmo. Sobre todo a final de año, espoleada por el curso de lectura que hizo Eva y que tanto nos dio que hablar. Ya advertimos, sin embargo, que Nick Hornby no estará entre los elegidos. Puede que sea nuestro autor vivo favorito, y que "<a href="https://www.anagrama-ed.es/libro/panorama-de-narrativas/alguien-como-tu/9788433981004/PN_1060" target="_blank">Alguien como tú</a>" nos hiciera disfrutar como siempre, y que nos entraran ganas de escribir sólo con leer los párrafos de esa historia de amor londinense. Sin embargo, hay otros libros que nos han impactado más este año, y es sobre ellos que vamos a hablar.</p><h3 style="text-align: left;">1. El origen del capitalismo, de Ellen Meiksins Wood (traducción de Olga Abasolo)</h3><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgBr6cNouvij3EzbwJrR3d-Z9tVNp-WMMVr2NrsPCbaNUxz6NlGCXzu7VLc0cylDE-SFr3dAgLfKbih3HzYAFsv4JEn5SvdwDUQ1DBODQlk-7umDy6NY82qNS1lLhlciyoZvikjViLP9PRlb_rcBNt4Ip3kH7DXTNadRg8RnIFagpzG2eYdi5W1/s2600/01.el%20origen%20del%20capitalismo.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="2600" data-original-width="1679" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgBr6cNouvij3EzbwJrR3d-Z9tVNp-WMMVr2NrsPCbaNUxz6NlGCXzu7VLc0cylDE-SFr3dAgLfKbih3HzYAFsv4JEn5SvdwDUQ1DBODQlk-7umDy6NY82qNS1lLhlciyoZvikjViLP9PRlb_rcBNt4Ip3kH7DXTNadRg8RnIFagpzG2eYdi5W1/w414-h640/01.el%20origen%20del%20capitalismo.jpg" width="414" /></a></div><p>Sencillamente, lo mejor que he leído en 2023. Este libro de Meiskins Wood es una demostración fácil y sencilla de que no vivimos el mejor de los mundos posibles. Esta profesora de Historia se empeñó en enseñarnos con "<a href="https://www.sigloxxieditores.com/libro/el-origen-del-capitalismo_51354/" target="_blank">El origen del capitalismo</a>" que éste no era inevitable, que es sencillamente contextual a la época histórica que nos ha tocado vivir y que, por lo tanto, podemos volver a transitar por caminos desconocidos en busca de nuevas formas de organizarnos. Algo como comprender que el capitalismo no es intrínseco a la naturaleza humana es de una potencia arrolladora en un momento histórico como es la actual policrisis del capitaloceno. Armaros bien, que vienen curvas.</p><h3 style="text-align: left;">2. The body, de Stephen King</h3><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgy42kQzao12dCPLxWGk0mFm2TEOP0cra6AIBHwdwyxj2RrdXjC79Rf-HnM026FeZsaTzmCsW9Z6T5hLPViks62k8loHhPy5jy_9WJPRpSLU54SmTGHBaBVbQM7qzSF3PntJFKIXQt7m93eqqgykswI3ZLA_AVygfvj9fO6CBMeGyJBSRkn5AGK/s1500/02.thebody.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1500" data-original-width="977" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgy42kQzao12dCPLxWGk0mFm2TEOP0cra6AIBHwdwyxj2RrdXjC79Rf-HnM026FeZsaTzmCsW9Z6T5hLPViks62k8loHhPy5jy_9WJPRpSLU54SmTGHBaBVbQM7qzSF3PntJFKIXQt7m93eqqgykswI3ZLA_AVygfvj9fO6CBMeGyJBSRkn5AGK/w416-h640/02.thebody.jpg" width="416" /></a></div><p>Quería ver "Cuenta conmigo" con los niños (aún la tengo pendiente, será en 2024), pero me propuse leer la novela de Stephen King en la que se basa la película. Lejos del mundo de terror al que King siempre está asociado, esta novela de iniciación es absolutamente espectacular. Hay escenas que me han hecho temblar de emoción en mitad de un viaje en tren (¡en tren!), y otras que son absolutamente cautivadoras gracias al descubrimiento de la vida de este grupo de cuatro amigos que deciden emprender una aventura para ver el cadáver de un chico muerto más allá de los límites de su pequeño pueblo. Es tristísimo que no esté publicado en castellano, y que sólo lo puedas encontrar en una edición de los 80 de hojas amarillentas. Ojalá se reedite y vuelva a tener el protagonismo que merece tener. </p><h3 style="text-align: left;">3. Utopía no es una isla, de Layla Martínez</h3><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjdc-U-wkZzjSFxYFbfVdhHzbwpz9GYjJhCRyd_0ZiS_9u5garYeYOpMXhozdirDa06pCQ1R-h9_jtbcTu0KeP3wYc9QjhplT9bS3ZQB3ZAB4rWCs1AVr8gBXg7vmlEddoU6Hl2NUg5kk8thI2btUKUd5NAHmWwMYHKw9PjIQ-izZbwo9X80FF6/s1486/03.utop%C3%ADa.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1486" data-original-width="938" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjdc-U-wkZzjSFxYFbfVdhHzbwpz9GYjJhCRyd_0ZiS_9u5garYeYOpMXhozdirDa06pCQ1R-h9_jtbcTu0KeP3wYc9QjhplT9bS3ZQB3ZAB4rWCs1AVr8gBXg7vmlEddoU6Hl2NUg5kk8thI2btUKUd5NAHmWwMYHKw9PjIQ-izZbwo9X80FF6/w404-h640/03.utop%C3%ADa.jpg" width="404" /></a></div><p>Necesitamos utopías, necesitamos imaginas futuros diferentes. Mejores, como dice el subtítulo del mundo. Layla Martínez se puso con ello, y escribió este librito hace unos años que ya he regalado un par de veces, y recomendado varias más. "<a href="http://episkaia.org/producto/utopia-no-es-una-isla/" target="_blank">Utopía no es una isla</a>" es un repaso a varios intentos de imaginar una organización social, política y económica al margen de la historia universal de la humanidad que se convierten en ventanas que, al abrirlas, dejan entrar el aire fresco en este viejo y rancio edificio que habitamos. </p><h3 style="text-align: left;">4. Gobernar la utopía, de Martín Arboleda</h3><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi02xgoijFNXigYVHvI6KRi_3lTDcLJFak5khdhPihzlQn_cbeeTiCGrzSfx5y81rPkcd2G0sBwF5jXta5vOKd1YuvBWVMknddVlF070dttqTKQmqYoBkUE8vITVP7djX-9S713rmYNFo7t75Bsx1rZqiZJTbc8T71Is5iN32ULSUru-GqtcoQf/s2000/04.gobernar%20la%20utop%C3%ADa.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="2000" data-original-width="1302" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi02xgoijFNXigYVHvI6KRi_3lTDcLJFak5khdhPihzlQn_cbeeTiCGrzSfx5y81rPkcd2G0sBwF5jXta5vOKd1YuvBWVMknddVlF070dttqTKQmqYoBkUE8vITVP7djX-9S713rmYNFo7t75Bsx1rZqiZJTbc8T71Is5iN32ULSUru-GqtcoQf/w416-h640/04.gobernar%20la%20utop%C3%ADa.jpg" width="416" /></a></div><p>Y, si queremos utopías, tendremos que saber cómo gobernarlas. Es indudable que 2023 ha sido el año en el que he leído más libros sobre planificación económica. Gracias a <i><a href="https://espectreverd.wordpress.com/" target="_blank">Espectre Verd</a></i>, me metí de lleno en "<a href="https://levantafuego.com/producto/socialismo-de-medio-planeta/" target="_blank">Socialismo de medio planeta</a>". Aunque no me entusiasmó, me dejó algo frío, me colocó en el camino sobre la necesidad de avanzar en la planificación de la economía como objetivo técnico número uno en esta fase de policrisis del capitaloceno. Y es la segunda vez en este artículo que se menciona a la policrisis y al capitaloceno. </p><p>Casi de seguido me leí tres libros sobre planificación económica: el citado "Socialismo de medio planeta", el pendiente desde hace demasiado "<a href="https://www.trotta.es/libros/ciber-comunismo/9788498797213/" target="_blank">Ciber-Comunismo</a>" y este "<a href="https://cajanegraeditora.com.ar/libros/gobernar-la-utopia-martin-arboleda/" target="_blank">Gobernar la utopía</a>", de Martín Arboleda, que conocí casi de casualidad. Arboleda es el más accesible de todos, tanto por planteamiento técnico como por no situar la necesidad de la planificación económica como única herramienta -o la más fundamental- para hacer frente al capitaloceno, sino como una herramienta fundamental para la democratización de éste y de todos los mundos posibles a partir de él. ¡Corran!</p><h3 style="text-align: left;"><i>Bonus track.</i> Lo que tu biblioteca dice de ti, de Grant Snider (traducción de Montserrat Terrones)</h3><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjntddJI5kNMF9opc-cRKKncst7UkSXcf8I8Qw4k6NQFPdu-ef3lPvLkeaxyUbPAy3fqNq9qgxCyIAEkhJFGvd0kc3ceRlkCQu0kNY1Nu5xdCBq9PE5qYvI5OYy49aODDyvEsRGKfcWLq6E8TmlUkZfzcm6H_8-2SdFSoqf81MgqToh7Ixe00lP/s1420/05.%20biblioteca%20dice%20de%20ti.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1420" data-original-width="1197" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjntddJI5kNMF9opc-cRKKncst7UkSXcf8I8Qw4k6NQFPdu-ef3lPvLkeaxyUbPAy3fqNq9qgxCyIAEkhJFGvd0kc3ceRlkCQu0kNY1Nu5xdCBq9PE5qYvI5OYy49aODDyvEsRGKfcWLq6E8TmlUkZfzcm6H_8-2SdFSoqf81MgqToh7Ixe00lP/w540-h640/05.%20biblioteca%20dice%20de%20ti.jpg" width="540" /></a></div><br /><p><br /></p><p>Cada año sumamos un quinto a la lista de cuatro. No porque no podamos hacer una lista de cinco que nos hayan gustado mucho, sino porque el quinto espacio lo reservamos para una recomendación diferente a las otras. A veces, si los cuatro primeros puestos han sido ensayo, en el quinto nos forzamos a hablar de novela. Otras, recogemos relecturas. En este 2023, hablamos de cómic.</p><p>Snider ha escrito y dibujado "<a href="https://garbuixbooks.com/libro/lo-que-tu-biblioteca-dice-de-ti/" target="_blank">Lo que tu biblioteca dice de ti</a>" como una serie de viñetas sobre el arte de escribir, leer, coleccionar, regalar, administrar, abrazar o toquetear libros que no podían estar mejor indicadas para mí. Lo leí poco a poco, durante meses. Disfrutando una viñeta aquí, otra allá, para que no se agotase enseguida. Y eso le dio al libro un peso más importante que si me lo hubiera zampado. Es un libro que me ha hecho sentirme comprendido en esta afición tan severa mía de juzgar a mis amigos y conocidos no sólo por la cantidad de libros que atesoran en su casa sino, especialmente, por cómo los ordenan. </p><p><br /></p><p><br /></p><p>2023 se acaba, comienza 2024. Un nuevo cambio de página que, por supuesto, se hace a lomos de una lectura que nos ayudará a cambiar de calendario sin la sensación de que nada renace, sino que nos empuja hacia adelante.</p><p><br /></p><p><span style="font-size: xx-small;">Foto de portada: <a href="https://unsplash.com/es/@blazphoto?utm_content=creditCopyText&utm_medium=referral&utm_source=unsplash" target="_blank">Blaz</a>.</span></p>Fernando Díaz | elsituacionistahttp://www.blogger.com/profile/04622410604657147745noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-19042970.post-77359557808934946352023-02-07T01:30:00.003+01:002023-11-10T10:47:22.832+01:00Quien tiene un barrio, tiene un palacio<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjfx6Oota1TNwNmE4tqkWNDjYGBnBuKqx6rNa9dXkXQx_uYKT-zwfMmwaUUKVN_FIxZTG1u3jnBdMRnj6Yf1TnLSEiunEOrmFNQ2kniAdfqX_Ve-sd8-iDycZ_t_BAHDZGNq5nwIGYo-h3lMu7rBW50Wckrkz5zjExeOJnORgpxCkAr4q-ptA/s5472/nina-strehl-Ds0ZIA5gzc4-unsplash.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="3648" data-original-width="5472" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjfx6Oota1TNwNmE4tqkWNDjYGBnBuKqx6rNa9dXkXQx_uYKT-zwfMmwaUUKVN_FIxZTG1u3jnBdMRnj6Yf1TnLSEiunEOrmFNQ2kniAdfqX_Ve-sd8-iDycZ_t_BAHDZGNq5nwIGYo-h3lMu7rBW50Wckrkz5zjExeOJnORgpxCkAr4q-ptA/s16000/nina-strehl-Ds0ZIA5gzc4-unsplash.jpg" /></a>
</div>
<br />
<p>
Quizás podría ser que se estuviera viviendo una fase de la vida adulta en la
que, después de pasar diez años centrados (casi) siempre en la crianza de la
pequeña infancia, se echa de menos la multitud de amistades y de espacios que
se tenían en la década anterior. No obstante, está científicamente probado -o,
al menos, todo lo probado a lo que puede llegar la sociología- que la cantidad
de amistades cercanas se ve reducida en el proceso de la crianza en sociedades
occidentales. O quizás simplemente es que se está entrando de lleno en una
crisis de los 40, la cual sólo puede acabar bien si desemboca en
<i>un Peter Pan</i>. En cualquier caso, el libro
<i>Palacios para el pueblo</i>, de Erik Klinenberg, ha tocado hueso o ha
llegado en el momento oportuno.
</p>
<p class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">La tesis de Klinenberg, como pasa en la mayoría de libros de este tipo, se
resume en una sola frase:
<b>el espacio en el que nos relacionamos influye en cómo nos
relacionamos.</b>
Desde aquí, Klinenberg analiza las derivadas de una idea tan simple como
potente. Como ocurre con algunos estudios sociales, la tesis principal
parece tan obvia que, en principio, cualquier neófito pensaría que no
necesita de estudio o, mucho menos, de un libro. Sin embargo, es importante
conocer hasta lo que parece obvio, para saber hasta qué punto se puede
determinar su impacto. Y, como se comentaba antes, Klinenberg avanza varias
cosas interesantes que, por lo que <i>sea</i>, han dado muy cerca de la
diana.<o:p></o:p></span>
</p>
<h3 style="text-align: left;">
<b><span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">¡Cuidado, jóvenes sueltos por las calles!</span></b>
</h3>
<p class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Una de las derivadas de esta tesis </span><a href="https://twitter.com/elsituacionista/status/1582120731319554048"><span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">ya se comentó el otro día por Twitter</span></a><span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">, y es que pareciera que los y las jóvenes vivieran tanto dentro del móvil
porque no han podido disfrutar de espacios públicos sin supervisión adulta.
La visión absolutamente delictiva de cuatro jóvenes juntos haciendo de
jóvenes, disfrutando de su relación de amistad sin responsabilidad ninguna,
es asociada siempre a la necesidad de llamar a las autoridades competentes
porque la <i>calle</i>, que es lo único que les queda, “ni es de ellos ni es
para eso”. El fascismo del visillo -también conocido como control social del
confinamiento- seguramente no habrá hecho otra cosa que intensificar este
tipo de dinámicas.<o:p></o:p></span>
</p>
<p class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Otra interesante derivada de la observación de Klinenberg es que,
<b>al ir cerrando los espacios de relación entre las personas que forman una
sociedad, se crean nichos de relaciones donde sólo se mantienen
conversaciones con personas que se parezcan a uno mismo.</b>
Por hacer una analogía, se han cerrado todas las piscinas públicas y las
personas han tendido a construir unas privadas dónde sólo invitan a quienes
no le suponen ningún reto social: sus amistades más cercanas. En cambio,
tener espacios de vida comunitaria atrae personas de diferente nivel social,
de diferente ideología y de diferente raza u origen, lo que incrementa la
cohesión social de por sí. Es cierto que, en referencia a esto último,
Klinenberg está absolutamente obsesionado con las bibliotecas, y puede que
en Estados Unidos éstas hagan de epicentro de la vida comunitaria allá donde
ésta ha sido arrasada. Pero esto no creo que sea extrapolable aquí, al
Estado español en su conjunto. Quitando su obsesión por estos centros, y
también su excesiva querencia por cómo lo arquitectónico determina las
relaciones de las personas dentro de un edificio, la argumentación de
Klinenberg me parece del todo oportuna.<o:p></o:p></span>
</p>
<p class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">En esta lucha desigual que vivimos desde los 70 entre la Comunidad y el
Mercado, éste último ha ido conquistando espacios públicos de manera que el
<i>ser</i> o el <i>estar</i> en ellos siempre pase por una transacción
económica, por el consumo. Y cuando no ha conseguido conquistarlos del todo,
como los pasillos del centro comercial, ha mercantilizado y externalizado la
vigilancia social, substituyendo a los vecinos y vecinas por guardias de
seguridad que, con sus prejuicios de raza, edad o clase, se encargan de
mantener una falsa sensación de orden y seguridad.<o:p></o:p></span>
</p>
<p class="MsoNormal"></p>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiL7OkjS2HGWxna2BhgxyH7EzpE4Zoc6cgDPQkVj8Gi7AJj-DLz8d_j7QLoPX-PS_bV7XP372MFxpkTs3Ux3xGGFSdSmCslD9aI9YVdwkKZjzyAhQqmsDbUCWRXHsJth3GheoNMWKZ5CB2CMJksDSMcVlbx7y7BcTAtVxvOKSBfoSN6AtuyuA/s1500/Eric-Klinenberg-Palacios-del-pueblo.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1500" data-original-width="961" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiL7OkjS2HGWxna2BhgxyH7EzpE4Zoc6cgDPQkVj8Gi7AJj-DLz8d_j7QLoPX-PS_bV7XP372MFxpkTs3Ux3xGGFSdSmCslD9aI9YVdwkKZjzyAhQqmsDbUCWRXHsJth3GheoNMWKZ5CB2CMJksDSMcVlbx7y7BcTAtVxvOKSBfoSN6AtuyuA/w410-h640/Eric-Klinenberg-Palacios-del-pueblo.jpg" width="410" /></a>
</div>
<br /><span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><br /></span>
<p></p>
<h3 style="text-align: left;">
<b><span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Un barrio puede salvarte la vida</span></b>
</h3>
<p class="MsoNormal"><span lang="ES">Los meses antes
de la pandemia, cuando veíamos las fotos de Wuhan entre divertidos y espantados,
estuve ayudando a una serie de entidades sociales a hacer un plan estratégico
de incidencia política. Allí volvió a salir lo que, para mis adentros, he
llamado siempre el gran unicornio de la acción social del siglo XXI: la acción
comunitaria. Muchas de las personas reunidas en las sesiones de trabajo que
realicé hablaban de la necesidad de recuperar la acción comunitaria. Una
necesidad que, en mi opinión, rayaba el <i>wishful thinking</i>, o pensamiento
mágico: todo el mundo lo desea, nadie sabe cómo se hace. Y a esto se añade lo que, en términos medioambientales, se ha dado en llamar <a href="https://www.lne.es/opinion/2010/09/26/sindrome-referencias-cambiantes-21257984.html#:~:text=El%20problema%20es%20que%20a,de%20la%20gesti%C3%B3n%20de%20pesquer%C3%ADas.">el
síndrome del punto de referencia cambiante</a>: <b>nadie sabe exactamente a qué se refiere la otra persona cuando habla de acción comunitaria y de recuperar la comunidad</b>. Porque, igual que pasa cuando
hablamos de recuperar medioambientalmente un espacio, todo el mundo piensa en
recuperar la comunidad que tenía como referente en su pasado, que es diferente
a la del pasado de nuestros antecesores o al pasado de quienes nos sucederán.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Klinenberg inicia el libro hablando de su tesis doctoral, de cómo la vida
comunitaria de las personas más pobres de Chicago habían
salvado la vida a muchas de ellas en una de las más horribles olas de calor
de la historia de la ciudad, y cómo en los barrios ricos, donde la capacidad
económica permitía a las personas vivir más aisladas de su entorno, esto no
había pasado. La función del barrio, de la comunidad, se transformaba aquí
en un control de información -"¡Hidrátate!"- y en un control de salud -al vivir
rodeado de gente, en un barrio de alta densidad y con espacios comunitarios,
las personas podían evitar un golpe de calor al ser reconocidas por otras
cuando lo estaban sufriendo. <o:p></o:p></span>
</p>
<p class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Los barrios, las comunidades, se tenga en la mente el concepto ideal de
ellas que se tenga, están en peligro de muerte, y lleva así desde hace
varias décadas. Pero aún resisten el paso del tiempo. En el barrio siempre se generan interacciones que, de manera más o menos fuerte, nos
ligan a unos con otros. Puede ser la mercería, o el bar de la esquina. La
panadería, o la ferretería. O incluso la farmacia. En mi viejo barrio
madrileño, por ejemplo, el farmacéutico sabía cuándo felicitar por el
embarazo a su clientela, porque llevaba la cuenta de quiénes iban a comprar
compresas -que entonces sólo se compraban en la farmacia. También pasaba que el dueño del PUB nocturno se pasaba la noche en la puerta y ejercía una función de guarda de seguridad para muchas de mis vecinas -a mi prima le salvó de algún susto- en una época en la que se habían producido diversos robos y agresiones.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Por mi parte, hace unos años, desde el último traslado, que me quedé viudo
de barrio. No me había pasado nunca, ni cuando salí en dirección a Bilbao,
ni en Barcelona. Ni siquiera en aquella terrible experiencia vital que fue vivir en Zaragoza. Y te hace sentir más solo. <o:p></o:p></span>
</p>
<p class="MsoNormal">
Los barrios, y más concretamente las comunidades barriales, están en amenaza
constante por la mercantilización del espacio o, directamente, por la
imposibilidad para muchas personas de echar raíces en ninguna parte, debido a
la precarización del trabajo y, sobre todo, a la especulación de la vivienda.
No poderse asentar a un barrio no sólo impide tener una vinculación con el
centro de salud, servicios sociales o demás estructuras del estado del
bienestar, sino que impide conocer a otras personas y comprendernos a nosotros
mismos en nuestra dimensión comunitaria, algo inherente al ser humano y que,
como bien comenta
<a href="https://capitanswing.com/libros/sociofobia/" target="_blank">César Rendueles en <i>Sociofobia</i></a>, no puede ser sustituido en ningún caso por redes digitales. Todo esto es
aún más problemático en mitad de la confluencia de las diversas crisis
ocasionadas por el cambio climático.
<b>Vamos a necesitar más barrio, más comunidad. Y lo vamos a tener que
construir desde ya, pase lo que pase en otras esferas políticas,
institucionales o sociales.</b>
</p>
<p class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Quizás por eso el otro día, cuando salí a hacer un recado de esos que
cuestan poco hacer en comparación a la felicidad familiar que generan,
esperando en la cola a que me atendieran, me acordé de Carlos María. Carlos
fue un buen amigo a pesar de que él siempre fue mucho más mayor que
nosotros. Su figura de señor adulto responsable, con traje y corbata, o
jersey de marca sobre camisa, era en realidad un disfraz para el síndrome de
<i>Peter Pan</i> mejor llevado de la Historia. Entre sus muchas
peculiaridades, Carlos María profesaba un enorme convencimiento sobre el ser
amable y educado en todo momento. Hasta la extenuación, si estaba de buen
humor. Le divertía poder retener al tendero de turno explicando cualquier
historia antes de pedir exactamente lo que había ido a buscar. Carlos María
era un señor pesado que se hacía el pesado a propósito, pero que también
hacía barrio. A su manera, y sin espacio comunitario alguno, ya que vivía en
el puritito centro de Madrid y era de familia adinerada, así que lo tenía
todo en contra. Pero estoy seguro de que a Klinenberg le hubiera encantado.
<o:p></o:p></span>
</p>
<p class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><br /></span>
</p>
<p class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><br /></span>
</p>
<p class="MsoNormal">
<span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><br /></span>
</p>
<p class="MsoNormal">
<span style="font-family: arial; font-size: xx-small;">Foto de portada de <a href="https://unsplash.com/es/@ninastrehl" style="background-color: white; box-sizing: border-box; color: #111111; text-decoration-skip-ink: auto; transition: color 0.1s ease-in-out 0s, opacity 0.1s ease-in-out 0s;">Nina Strehl</a><span style="background-color: white; color: #111111;"> </span></span>
</p>
Fernando Díaz | elsituacionistahttp://www.blogger.com/profile/04622410604657147745noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-19042970.post-65184344150001530792023-01-02T19:48:00.000+01:002023-01-17T10:17:04.631+01:00Liderazgos para el fin del mundo (tal y como lo conocemos)<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj-cxA30yB4bDTzABwVIYRXBhhfJAxjevdIhGoXJO-nhXGqqAyKLl7Lf3T221bZhSesLpk2WmL1rqocp6bzI3X7myru8L7erBtkAxCAZWy8yXqzvnYxnaNySSc2XsRlIeVkKjokEHxXf5NGFNAMp82ndPTvq2ws7i1jcBuFjRmodpX4kvO17Q/s3000/ehimetalor-akhere-unuabona-nDBDh32ybgY-unsplash.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="2000" data-original-width="3000" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj-cxA30yB4bDTzABwVIYRXBhhfJAxjevdIhGoXJO-nhXGqqAyKLl7Lf3T221bZhSesLpk2WmL1rqocp6bzI3X7myru8L7erBtkAxCAZWy8yXqzvnYxnaNySSc2XsRlIeVkKjokEHxXf5NGFNAMp82ndPTvq2ws7i1jcBuFjRmodpX4kvO17Q/s16000/ehimetalor-akhere-unuabona-nDBDh32ybgY-unsplash.jpg" /></a></div><br /><p><br /></p><p>Cerrar la puerta
de casa y no saber cuándo volverás a abrirla. En los peores momentos del estado
de alarma, con la persiana subida y los visillos del control social abiertos de
par en par, miles de miedos encerrados preguntando no ya qué pasará, sino qué está
pasando, cómo voy a comer mañana, cuándo voy a poder pagar el alquiler. Y,
frente a estos miedos, las respuestas colectivas en forma de redes de
solidaridad y esperanza. Ofreciendo soluciones, respuestas y una mano amiga que
demostraban, una vez más, que cuando tocamos el fin del mundo, es el colectivo
el que reacciona.</p>
<p class="MsoNormal"><span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">El discurso y la
práctica del liderazgo tradicional se resiste a la extinción. Frente a la
historia vivida por cientos de miles de personas, que se ayudaban entre ellas
sin que hubiera nadie al frente, ha triunfado la imagen de un líder, o de
varios líderes, que dirigían las operaciones estatales de recuperación en pleno
estallido de una pandemia. Una historia que, si bien es en parte cierta, sólo
pone el foco en aquello que puede reducir, personificar e individualizar. Se
reproduce así la necesidad artificial de tener un líder, generalmente un
hombre, capaz de tener una visión inspiradora del camino a seguir y de
construir una determinada relación con sus grupos seguidores. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Pero la realidad es
testaruda, y lleva la contraria al discurso fácil. Si en la anterior crisis, la
gran-gran recesión de 2008, los liderazgos tradicionales fracasaban, y los
alternativos se imponían, fue por alguna razón. Si el Estado no era capaz de
ofrecer una respuesta a las emergencias sociales, lo colectivo se organizaría y
ofrecería una respuesta por su cuenta. Movimientos por la vivienda trufaron
todas las ciudades, entidades sociales construyeron vías para salir de la
pobreza, colectivos políticos ofrecieron caminos electorales para transitar
hacia un cambio de época. Y en este impulso de lo grupal, en aquel artefacto zapatista,
se iba ganando terreno hasta que lo colectivo se volvió a transformar en
individual, y el sistema volvió a digerirlo todo, como si nunca hubiera habido
un sinfín de respuestas diferentes a las ofrecidas por el equipo médico
habitual.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">En el mundo de
hoy, después de la gran-gran recesión, de la pandemia y del fracaso de aquellos
liderazgos de maquinaria de guerra electoral, somos conscientes de que había
una ola aún más grande que nos esperaba a la salida del centro de vacunación.
Una ola no de agua, sino de calor, provocada por un cambio climático cuyas
consecuencias van más allá y más rápido de lo que inicialmente habíamos
previsto. Y, nuevamente, los debates son recurrentes y similares a los de las
anteriores crisis, sólo que en esta ocasión serán determinantes y acabarán con
la posibilidad de tener otros debates similares en el futuro: ¿Quién saldrá con
vida de ésta? ¿Quién mantendrá sus privilegios? ¿Quién pagará la factura?<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Para afrontar la
crisis del fin del mundo (tal y como lo conocemos), una policrisis que es en
realidad un crisis multicausal y compleja como nunca hemos visto, necesitamos
aprender de aquellos liderazgos que fracasaron y de aquellos que, bajo tierra,
nos permitieron llegar a ver un día nuevo. El personalismo, la construcción de
una marca personal del líder, ha permitido la construcción de movimientos tan rápidos
y sorprendentes en su inclusión en el ecosistema social como en su fracaso a la
hora de generar cambios reales. Este tipo de liderazgos permiten reducir a la
mínima expresión, domesticar y estandarizar a todo el movimiento político que
dicen representar. El sistema es consciente de esto, y quienes buscan perpetuar
el <i>business as usual</i> y paralizar cualquier opción de cambio político en
plena crisis ecosocial son los mismos que montan seminarios, cursos o medios de
comunicación de enaltecimiento del liderazgo individual. No es baladí que los
grupos parlamentarios de nuevo cuño reciban ofertas de becas para desarrollar
habilidades directivas, o que una gran parte de los cuadros dirigentes de las
entidades sociales hayan pasado por los mismos cursos de liderazgo en aulas
subvencionadas por los mismos agentes financieros que causan gran parte de la bolsa
de pobreza a la que atienden. Si el líder es el movimiento, haciendo caer al
líder se hace caer al movimiento. Y en un momento de la historia, en plenitud
de la sociedad del espectáculo, donde las redes sociales, el control digital y
las omnipresentes cámaras harían palidecer al Gran Hermano, la cuestión no es
si podrán hacer caer o no al líder, sino cuándo y cómo.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">La crisis
multicausal en que vivimos, y las graves consecuencias que se derivan de ella,
requiere de un nuevo espíritu de época que construya esperanza, que la cultive
y la acumule. Los cambios necesarios para evitar que la mayoría de las personas
paguen los privilegios de unas pocas provocarán resistencias nunca vistas en
las elites y los sistemas del <i>business as usual</i>. La contrareforma ya se
ha iniciado incluso antes que la propia revolución, con el cierre en sí mismo
de los sistemas migratorios, la elaboración de estructuras legales y fiscales
que protegen los beneficios económicos alimentados de la extrema desigualdad y
la configuración de un nuevo mundo en base a círculos de protección de
privilegios. Hacer frente a esta nueva configuración social y política mediante
liderazgos personalistas o individuales, tradicionales, será sinónimo de
suicidio colectivo, de pérdida de un tiempo precioso del que no disponemos. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">La crisis
ecosocial requiere de un espíritu zapatista de colectividad, de cabezas de
hidra que piensen por sí mismas y sean sustituibles, reemplazables. Requiere de
inteligencias colectivas que se alineen en busca de respuesta para hacer frente
a la complejidad de las causas de la crisis y al repliegue del sistema. Requiere
entender que la sostenibilidad ecológica no tiene por qué ser democrática, ni
socialmente justa por sí misma, y que sólo el liderazgo colectivo podrá cambiar
el signo de los tiempos.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal"><span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><br /></span></p><p class="MsoNormal"><span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><br /></span></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: arial; font-size: xx-small;">Foto de <span style="background-color: white; color: #111111;"> </span><a href="https://unsplash.com/es/@mettyunuabona" style="background-color: white; box-sizing: border-box; color: #767676; text-decoration-skip-ink: auto; transition: color 0.1s ease-in-out 0s, opacity 0.1s ease-in-out 0s;">Ehimetalor Akhere Unuabona</a></span></p>Fernando Díaz | elsituacionistahttp://www.blogger.com/profile/04622410604657147745noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-19042970.post-85150484393565676442022-12-31T09:33:00.002+01:002023-01-17T10:16:36.154+01:00Mis cuatro mejores lecturas de 2022<div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj4DWOu9rk14YG7q4hZuqjB1yVabU8qzmIUFicK9qHMCxXFlsGBr2bp4Fls4nI5Zy4rRbq92aOvWF1hBsBjnxby03xddShnbufq3zVsPv8qpmbT0_GwotlpdjM6EtXvW7E2gAglDoApFK5YFG3FanTHAfy5lYe57nJ2QpzE1a1dCXd9Al5Lww/s4395/susan-q-yin-2JIvboGLeho-unsplash.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="2933" data-original-width="4395" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEj4DWOu9rk14YG7q4hZuqjB1yVabU8qzmIUFicK9qHMCxXFlsGBr2bp4Fls4nI5Zy4rRbq92aOvWF1hBsBjnxby03xddShnbufq3zVsPv8qpmbT0_GwotlpdjM6EtXvW7E2gAglDoApFK5YFG3FanTHAfy5lYe57nJ2QpzE1a1dCXd9Al5Lww/s16000/susan-q-yin-2JIvboGLeho-unsplash.jpg" /></a></div><br />Siempre espero al 31 de diciembre para hacer la lista de los libros que más me han gustado durante el año. Normalmente lo hacía por Twitter e Instagram. Pero el ambiente de este año de Twitter, donde todo el mundo parecía obligado a colgar sus lecturas favoritas me resultó agobiante. Así que decidí pasar de Twitter y regresar al blog, además de seguir con el Instagram. El juego es sencillo: elegir las cuatro lecturas que más me han interesado de las que he hecho en el año, y añadir una bola extra, un quinto libro que, por la razón que sea, también me parece muy recomendable. A veces es porque los cuatro seleccionados son ensayos y he querido destacar una novela, o simplemente porque ha sido una relectura y creo que merece la pena destacarla. ¡Así que vamos con el 4+1!</div><div><br /></div><div><h3 style="text-align: left;"><b>1. El largo camino de la renovación, de Stuart Hall </b></h3></div><div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgt1sU5XRaEVdoFmjrAZ5ykJMiQEM-uL647K4cP0gMASipepS5-7C4aCv_ODzqpCNFPiQGISo82HXI0IqDyenVbQl_JLGAxeuG2gN5edKiRVZ7gmr_g9RaNSmiEx_PfS79ps5FfMovXBNCG4j__gz9oWejQhd00f9F351rQsnUbEeTmrWgw9A/s1924/01stuart%20hall.png" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1924" data-original-width="1201" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgt1sU5XRaEVdoFmjrAZ5ykJMiQEM-uL647K4cP0gMASipepS5-7C4aCv_ODzqpCNFPiQGISo82HXI0IqDyenVbQl_JLGAxeuG2gN5edKiRVZ7gmr_g9RaNSmiEx_PfS79ps5FfMovXBNCG4j__gz9oWejQhd00f9F351rQsnUbEeTmrWgw9A/w400-h640/01stuart%20hall.png" width="400" /></a></div></div><div><br /></div><div>Sé que llego tarde a este libro, pero es igual. Para mí, este 2022 es el libro de Hall. Escribía en mitad del thatcherismo, y lo hacía con una nitidez absoluta de lo que significaba. Tanto es así que, aún hoy, tiene vigencia para entender lo que nos está pasando. No tengo ninguna duda de que lo releeré en un momento cercano. Igual no todo, pero sí alguno de los artículos.</div><div><br /></div><div><div><h3><b>2. Els desposseïts, de Urusula K. Le Guin </b></h3></div><div></div></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi9mjSjK3Q68_HnKXMKM-F422HeARLYTJ6p5CTmEtp-EZChsWjALG9wrgDvh2fjLbiayCrtrDJGLx6tApF9zltjE55J0Js838N72S_uEGeqsZxodZUaBWR7PHitIS85bu-gknEsfMaLQPCLspRtuxRhyqczJ_lVpJ5YnUsEzFCPf9cDlRpg9A/s300/02%20ursula.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="300" data-original-width="204" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi9mjSjK3Q68_HnKXMKM-F422HeARLYTJ6p5CTmEtp-EZChsWjALG9wrgDvh2fjLbiayCrtrDJGLx6tApF9zltjE55J0Js838N72S_uEGeqsZxodZUaBWR7PHitIS85bu-gknEsfMaLQPCLspRtuxRhyqczJ_lVpJ5YnUsEzFCPf9cDlRpg9A/w435-h640/02%20ursula.jpg" width="435" /></a></div><br /><div><br /></div><div>Gracias a que hago la lista el día 31 de diciembre, he podido incluir este libro, porque lo acabo de terminar y entra directamente al top de libros que más me han gustado. No soy muy aficionado a la Ciencia Ficción, pero esto de Ursula es otro nivel. Me encanta la historia que cuenta, pero me quedo con las derivadas políticas que marca en sus dos mundos, Anarres y Urras. Ver cómo un mundo anarquista progresista acaba derivando en un sistema conservador anárquico. </div><div><br /></div><div><div>Yo leí la fantástica edición en catalán de Raig Verd, con una traducción de Blanca Busquets que me ha parecido buenísima. En castellano lo tenéis en Minotauro, aunque dicen que las traducciones son bastante flojas. Aún así, de verdad, no os lo perdáis.</div></div><div><br /></div><div><div><h3>3. Los enemigos, o cómo sobrevivir al odio y aprovechar la enemistad, de Kiko Amat</h3><h3><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiLid2ahfA91K_OGdhacZqbNM-qSOpw0rF-t7gMpcBmIXWh4P-ofRbDtTDCjijDm2RoQ8jx8qu_43OAYi60ad42KfAoRrmJ4422oKFp2YSG1ptGsmEw_i1OrY5tQpduDLrCDLy94Olgp8NDjEPETUl5K4Pueg2GY9yp9tM2WUK31hOoVIgJaA/s2068/03.amat.jpeg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="2068" data-original-width="1235" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiLid2ahfA91K_OGdhacZqbNM-qSOpw0rF-t7gMpcBmIXWh4P-ofRbDtTDCjijDm2RoQ8jx8qu_43OAYi60ad42KfAoRrmJ4422oKFp2YSG1ptGsmEw_i1OrY5tQpduDLrCDLy94Olgp8NDjEPETUl5K4Pueg2GY9yp9tM2WUK31hOoVIgJaA/w382-h640/03.amat.jpeg" width="382" /></a></div><br /> </h3></div><div></div></div><div><div>No sé quién se lo pasó mejor, si Kiko Amat escribiendo este libro o yo leyéndolo. Me ha gustado mucho esa voluntad, con la que me identifico, de hacer las cosas bien sólo para darle en los morros a esos enemigos o idiotas que te encuentras en el camino.</div></div><div><br /></div><div><div>Todo el rato me resonaba esa frase recurrente que dice el protagonista de la novela "<a href="http://destripandoterrones.blogspot.com/2009/01/la-frmula-omega-una-de-pensar-de-rafael.html" target="_blank">La fórmula Omega</a>", de Rafael Reig: "¡Se van a enterar!"</div></div><div><br /></div><div><h3>4. Un año en la vida de Johnsey Cunliffe, de Donal Ryan</h3><h3></h3></div><div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhjPqIOeCUrdYP7k73GQhHiQkfOPTmSD3CNkMpOJo-wrIGm_uQCIyagRK7UqQZDGU7Q3N5fYRVlaSIJCVOpvygJFgwOAfFfX0ind7DOKNKaqV4XEYu6HbNmJq4dqg1E42r4fM9dIB377glofEWjg3j2CrQ6NDwfBvnHHYkscyPDvT3-6DLbew/s1358/04.ryan.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1358" data-original-width="900" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhjPqIOeCUrdYP7k73GQhHiQkfOPTmSD3CNkMpOJo-wrIGm_uQCIyagRK7UqQZDGU7Q3N5fYRVlaSIJCVOpvygJFgwOAfFfX0ind7DOKNKaqV4XEYu6HbNmJq4dqg1E42r4fM9dIB377glofEWjg3j2CrQ6NDwfBvnHHYkscyPDvT3-6DLbew/w424-h640/04.ryan.jpg" width="424" /></a></div><br /><div><br /></div><div><div>Por último, este libro de Donal Ryan. Ya me había gustado su "Corazón giratorio", pero aún más lo ha hecho esta inmersión en la vida de un pobre diablo que malvive su vida en un pueblo irlandés arrasado por la especulación inmobiliaria.</div></div></div><div><br /></div><div><div><b>#<i>SpoilerAlert</i></b>. La novela tiene un pequeño gran pero. Y es esa pequeña fantasía sexual del autor en convertir a una mujer en enfermera que practica el sexo por compasión. Pero es sólo una anécdota en un relato que acaba mereciendo la pena.</div><div><br /></div><div><div><h3>Bola extra. Historia de África desde 1940, de Frederick Cooper</h3><h3></h3></div><div></div></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiKUMoGi2m7DhUfOR3ovjWzmceBIPsgYgqKGMy_zSroldrF4U1YZXOSne-m6aXjSDPIQ8-TST0yeh77UicKoYYhk_RS9lBpV7b29alewiUhiPiBiidcUMOOf3fq7mx90Z85wBacVB2pgF2xu35aZl_0R3E8-WL9qOWqWjs1tRtFxbQhhdrTmg/s5755/05.cooper.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="5755" data-original-width="3794" height="640" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiKUMoGi2m7DhUfOR3ovjWzmceBIPsgYgqKGMy_zSroldrF4U1YZXOSne-m6aXjSDPIQ8-TST0yeh77UicKoYYhk_RS9lBpV7b29alewiUhiPiBiidcUMOOf3fq7mx90Z85wBacVB2pgF2xu35aZl_0R3E8-WL9qOWqWjs1tRtFxbQhhdrTmg/w422-h640/05.cooper.jpg" width="422" /></a></div><br /><div><br /></div><div>El <i>Bonus Track</i> de este 2022 va para uno de mis libros favoritos. Es un clásico de los estudios africanos, escrito hace más de 20 años y que ya me había leído un par de veces, una por obligación -en el doctorado- y otra porque sí -hace unos 10 años. </div><div><br /></div><div>Hace dos años se reeditó en inglés, actualizando el análisis hasta 2018, y el año pasado se tradujo por primera vez al castellano. No conozco otro libro mejor para comenzar a entender África salvo, quizás, "<a href="https://www.africaye.org/libro/" target="_blank">Brújulas sobre África</a>". Pero son libros diferentes. Mientras que nuestro libro trataba de explicar la actualidad y daba alguna pista sobre el pasado de la región, el de Cooper está planteado al revés -y es una obra absolutamente más coherente y sólida que la nuestra por razones obvias. </div></div><div><br /></div><div>Y eso es todo. Esperemos que este 2023 que empieza sea capaz de traernos buenas lecturas. Así tendremos algo de qué hablar a finales de año.</div><div><br /></div><div><br /></div><div><br /></div><div><span style="font-size: xx-small;">La foto de portada es de <a href="https://unsplash.com/es/@syinq" style="background-color: white; box-sizing: border-box; color: #111111; font-family: -apple-system, BlinkMacSystemFont, "San Francisco", "Helvetica Neue", Helvetica, Ubuntu, Roboto, Noto, "Segoe UI", Arial, sans-serif; text-decoration-skip-ink: auto; transition: color 0.1s ease-in-out 0s, opacity 0.1s ease-in-out 0s;">Susan Q Yin</a><span style="background-color: white; color: #111111; font-family: -apple-system, BlinkMacSystemFont, "San Francisco", "Helvetica Neue", Helvetica, Ubuntu, Roboto, Noto, "Segoe UI", Arial, sans-serif;"> </span></span></div>Fernando Díaz | elsituacionistahttp://www.blogger.com/profile/04622410604657147745noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-19042970.post-16093313278194365722022-09-28T23:30:00.002+01:002022-09-29T15:13:17.416+01:00Exclusión social, o vivir una pandemia cada día <p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhiRboHFE2vI1uIK8NEa0V1-JJkSFrNtIVVybN6rjM02ZNaQ2IvEezIRzWc0OjhPVsKFQsF3k3aYpkJcKcFCeqYsNZ_eWdvDf_XFkUc5gHyESKzGWBW0qIyBztw46J48_PovbGAfrnvvGjTEwRNXrAZnKjm0c3m7dJRdGuc7ss7i3wG9CyBZg/s6720/taylor-deas-melesh-fkaQ-cqU4Uo-unsplash.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="4480" data-original-width="6720" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhiRboHFE2vI1uIK8NEa0V1-JJkSFrNtIVVybN6rjM02ZNaQ2IvEezIRzWc0OjhPVsKFQsF3k3aYpkJcKcFCeqYsNZ_eWdvDf_XFkUc5gHyESKzGWBW0qIyBztw46J48_PovbGAfrnvvGjTEwRNXrAZnKjm0c3m7dJRdGuc7ss7i3wG9CyBZg/s16000/taylor-deas-melesh-fkaQ-cqU4Uo-unsplash.jpg" /></a></div><br /><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;"><br /></span><p></p><p><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">Las entidades sociales
que trabajamos en el ámbito de la exclusión social estamos acostumbradas a
hacer frente a un mundo marcado por la pobreza económica, la falta de vivienda
segura, la soledad, la pérdida de relaciones o el rechazo social. Incluso, al
deterioro de la salud o, como en el caso de la entidad donde trabajo
actualmente, </span><a href="http://www.acollida.org/" style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">Acollida i Esperança</a><span style="font-family: Arial, sans-serif; font-size: 12pt;">, a la discriminación
por tener VIH/Sida. Sin embargo, siempre ha habido un vector transversal a
todas esas situaciones a las que intentamos dar respuesta que ha estado
sistemáticamente invisibilizado y que, sólo a raíz de las consecuencias de la
pandemia, se ha generalizado y ha encontrado un lugar en la agenda pública: la
salud mental.</span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><span lang="ES" style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><span lang="ES" style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">El precio del
agotamiento mental que sufren las personas en situación de exclusión social,
sólo por el hecho de vivir en esa situación, es tan abrumador que frecuentemente
se convierte en el principal problema para poder salir de ellas. Poco a poco,
sin que las entidades sociales seamos del todo conscientes -no me miren así,
conozco a una que eliminó su programa de salud mental sólo dos años antes de la
pandemia-, las personas que participan en los servicios que montamos desde las
entidades sociales ven cómo sus problemas de salud mental agravan las situaciones
de exclusión que viven y las impiden construir los vínculos necesarios para continuar
procesos de inclusión. La salud mental y la exclusión social son las dos caras
de la misma realidad, y van tremendamente unidas.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: CA;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><span lang="ES"><a href="https://www.fondodeculturaeconomica.com/Ficha/9786071636010/F"><span style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">Eldar
Shafir y Sendhil Mullainathan</span></a></span><span lang="ES" style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">, dos académicos que
estudian el comportamiento humano, nos regalaron en su libro “Escasez” una
metáfora perfecta para describir cómo afecta la situación de exclusión social
en la salud mental de una persona. Ellos nos invitan a pensar el cerebro humano
como un gran ordenador, el más potente que se pueda encontrar en el mercado, en
el que comenzamos a abrir un programa tras otro. Y luego otro, y más programas abiertos.
Todos ellos trabajando a la vez. Por muy potente que sea el ordenador, éste
acabará colapsado por la cantidad de acciones que tiene que realizar. Las
personas que inician procesos de exclusión social ven en su pantalla cómo una
pequeña ventana de un programa se ha puesto a trabajar -por ejemplo, quedarse
sin empleo-, y no han encontrado nadie que les pueda ayudar con ella. Esta
pequeña chispa acaba multiplicando el número de programas que su cerebro puede
procesar -pagar el alquiler, pagar la comida, problemas con la pareja,…-, y
así, poco a poco, comienza a colapsar, a no poder establecer prioridades entre
unas y otras acciones -cuántas citas en servicios sociales desperdiciadas,
cuántos silencios ante las propuestas de ayuda realizadas por buenos
samaritanos que acaban quejándose de que “encima que iban a ayudar”… Al final, el
colapso impide planificar las respuestas, a organizar la vida, quedando en una
situación más severa de exclusión social y, por tanto, reduciendo las
posibilidades de remontar rápidamente.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><span lang="ES" style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><span lang="ES" style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">El deterioro de la
salud mental nos iguala a todos y a todas. A personas en exclusión o incluidas,
con VIH o sin él, a trabajadoras, voluntarias o beneficiarias de entidades
sociales. La pandemia de la COVID19 nos permitió constatar que el desgaste
mental, el esfuerzo psicológico que todos y todas hemos debido realizar para
pasar por situaciones nunca imaginadas de absoluta inestabilidad y aislamiento
social, se parece mucho a los sufrimientos y esfuerzos que sufren personas en
exclusión social como las que participan de <a href="http://www.acollida.org/">Acollida
i Esperança</a>. Tener que sobrevivir a situaciones de exclusión social es como
atravesar, cada día, una pandemia igual que la que hemos vivido. Es como tener
que trabajar con un ordenador absolutamente colapsado.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><span lang="ES" style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;"><o:p> </o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><span lang="ES" style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;">Visibilizar estas
realidades de sufrimiento mental y vincularlas a las vividas por todas y todos
durante los dos años de pandemia, puede ayudarnos a que la sociedad en general
se ponga en los zapatos de aquellas personas que han tenido que vivir en exclusión
social durante años, y las que aún tienen que hacerlo. <a href="https://www.lecturalia.com/libro/66215/la-esquina">Ed Burns y David Simon</a>,
en el epílogo de su relato periodístico “La esquina” -que es el germen de
series como “The Wire”-, explican que para resolver las situaciones de pobreza
y exclusión social existentes ven necesaria tanta empatía hacia las personas que
las sufren que, a su juicio, es imposible que esta sociedad sea capaz de generarla.
Para ellos, resolver la exclusión no es tanto un problema de recursos ni de voluntad
política, sino de voluntad social. Para poder dedicar todo lo necesario,
debemos antes comprender qué está pasando a esas personas, no juzgarlas,
compadecer -en el sentido que decía Adorno, padecer junto con el otro. Los
hechos excepcionales como la pandemia, y las otras que el cambio climático traerá,
pueden resultar oportunidades determinantes para incrementar esa empatía social
tan necesaria, para hacer frente a los tópicos de la pobreza, a los tópicos
sobre la falta de voluntad para salir de la exclusión social como factor
determinante que, infinidad de veces, justifica como merecida esa situación sin
tener en cuenta de que, muchas veces, es sólo el fruto de haber tenido un
colapso ante tantos programas en funcionamiento al mismo tiempo, igual que
nuestros problemas de salud mental.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><span lang="ES" style="font-family: "Arial",sans-serif; font-size: 12.0pt; line-height: 107%;"><br /></span></p><p class="MsoNormal" style="margin-bottom: 0cm;"><span style="font-size: xx-small;"><span lang="ES" style="font-family: Arial, sans-serif; line-height: 107%;">Foto de </span><span style="background-color: white; color: #111111; font-family: -apple-system, BlinkMacSystemFont, "San Francisco", "Helvetica Neue", Helvetica, Ubuntu, Roboto, Noto, "Segoe UI", Arial, sans-serif;"> </span><a href="https://unsplash.com/es/@taylor_deas_melesh" style="background-color: white; box-sizing: border-box; color: #767676; font-family: -apple-system, BlinkMacSystemFont, "San Francisco", "Helvetica Neue", Helvetica, Ubuntu, Roboto, Noto, "Segoe UI", Arial, sans-serif; text-decoration-skip-ink: auto; transition: color 0.1s ease-in-out 0s, opacity 0.1s ease-in-out 0s;">Taylor Deas-Melesh</a></span></p>Fernando Díaz | elsituacionistahttp://www.blogger.com/profile/04622410604657147745noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-19042970.post-65330311760765256072022-03-07T21:30:00.008+01:002022-03-08T13:41:30.349+01:00Excluidas como nosotras<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEhwwOidZvaPWKayqiWUgazbcBUfXIXe50WG6V1dIiSOdrCZRdLS8WGHiS2Lyyh6fa7OmBMMkcpXXkBqQ6pkoQ_QAZye2tC_iz_jD7_OGtYHJrkb2dzugaYX3zLWwNO0a0XyxzJyNS86eGTjveJ2eRwDlYRzr2kbPROu8tb0UeJlP8p7osb7DQ=s7403" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="4938" data-original-width="7403" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEhwwOidZvaPWKayqiWUgazbcBUfXIXe50WG6V1dIiSOdrCZRdLS8WGHiS2Lyyh6fa7OmBMMkcpXXkBqQ6pkoQ_QAZye2tC_iz_jD7_OGtYHJrkb2dzugaYX3zLWwNO0a0XyxzJyNS86eGTjveJ2eRwDlYRzr2kbPROu8tb0UeJlP8p7osb7DQ=s16000" /></a></div><br /><p><br /></p><p>Hay personas condenadas que no están en la prisión. Personas que hace más de diez años arrastran su condena, pero que nunca han pasado por ningún tribunal, que nunca han tenido ningún abogado defensor, que nunca han visto cómo nadie los escuchaba ni evaluaba la justicia de su situación.</p><p>Vivir en situación administrativa irregular es arrastrar la condena de no formar parte de esta sociedad de manera plena, y lo que es aún peor -si hay cosas peores que ésta-, es ver negado el derecho a ganarte la vida, a cubrir tus necesidades más básicas por ti mismo. </p><p>Este último mes de enero pudimos ver esta realidad de manera más evidente con el <a href="https://elpais.com/elpais/2022/01/13/album/1642090953_221416.html" target="_blank">desahucio de la nave de la calle Progrés en Badalona</a>. Porque las condenas individuales se hacen presentes cuando son colectivas. Muchas de las personas que vivían en aquella nave arrastraban una historia de subsistencia en la cara B de nuestra sociedad, la cara del “no tener papeles”. Dentro del actual estado de las cosas, las personas en situación administrativa irregular pueden aspirar, como mucho, a sentirse excluidas como cualquier persona en situación de exclusión social que no haya tenido que migrar, que aún permanezca en la cara A, aunque de manera precaria. Tal es la barrera que se ha construido entre ellas y el resto de la sociedad. </p><p>Si echamos la vista atrás, podemos comprobar que la Ley Orgánica 4/2000, la llamada “Ley de Extranjería”, cambió las reglas del juego. Hasta entonces, una persona que no tuviera la residencia legal en el Estado español podía trabajar e incluso cotizar a la seguridad social. Pero la nueva legislación de comienzos de siglo reformuló esta realidad y, bajo la excusa de ordenar los flujos migratorios, reguló el mercado de trabajo en todo el Estado, generando uno formal, con derechos y obligaciones, y otro informal, sólo con la obligación de no tener derechos.</p><p>La reforma sobre los derechos de personas migrantes en el Estado español se inició con este control del mercado de trabajo disfrazado de control migratorio, y continuó con la denegación del derecho a recibir ayuda. Las personas en situación administrativa irregular no pueden acceder de manera plena a los servicios sociales públicos, tan sólo a las atenciones de urgencia. Las administraciones públicas municipales, que son las que al fin y al cabo implementan el nivel de atención social, han hecho todo lo posible por cubrir determinadas atenciones sociales a personas en situación irregular. Pero las necesidades son muchas, y las capacidades del sistema de emergencia son pocas. </p><p>El derecho a la vivienda es otra necesidad básica que se niega por la vía de los hechos a las personas en situación administrativa irregular. Sin la documentación, firmar un contrato de alquiler es una utopía, y las personas acaban condenadas a vagar de habitación realquilada en habitación realquilada, o en pensiones, cuando no en asentamientos como el de la calle Progrés de Badalona, sin contrato, sin derechos, y con la continua amenaza de verse en la calle. </p><p>¿En qué posición deja esta realidad a las entidades sociales? El tercer sector social no entiende de “legalidad” o “ilegalidad” de las personas. Las entidades sociales sólo ven necesidades básicas y derechos sociales negados a este colectivo, y los principios éticos y humanos que mueven nuestra acción social nos conminan a intentar dar una respuesta a todas ellas. Así lo hacemos desde <a href="www,acollida.org" target="_blank">Acollida i Esperança</a>, acompañando realidades que queremos revertir, pero delante de las cuales, desgraciadamente, no tenemos la fuerza necesaria. Nuestros esfuerzos, dirigidos a que las personas se puedan insertar socialmente, se ven frustrados en muchas ocasiones por las negaciones de derechos de las que hablábamos más arriba. Las personas en situación administrativa irregular que atendemos pueden aspirar, como mucho, a sentirse excluidas como aquellas personas excluidas que no han tenido que migrar, a insertarse en esa cara B.</p><p>Esta realidad, ahora mismo, ya no es sostenible. Cada vez se reciben más y más casos de personas en situación administrativa irregular, de personas migrantes que podrían tener una vida muy diferente si sólo cambiara un poco el régimen migratorio español, si éste fuera más humano. Y todos los informes e investigaciones internacionales advierten que, con las consecuencias globales del cambio climático, los flujos migratorios internacionales crecerán. Las entidades sociales corremos el riesgo de que, en un futuro no muy lejano, la realidad migratoria pase a ser la gran protagonista de nuestra acción social y que, por tanto, se vea continuamente frustrada por una cuestión puramente administrativa, como es el tener o no papeles. Este es un hecho delante del que no nos podemos resignar, que no podemos consentir más. El cambio en el modelo migratorio se hace, por lo tanto, no sólo necesario sino imperativo y urgente. Necesitamos un sistema que acoja de manera humana a las personas migradas, para evitar que su máxima aspiración en la vida sea ser excluidas como lo seríamos nosotras. </p><p>--</p><p>Si vives en el Estado español, te interesará saber que diversos colectivos están promoviendo la reforma de la Ley de Extranjería y que puedes firmar para promover su Iniciativa de Legislación Popular (ILP). Infórmate sobre dónde ir a firmar en la web <a href="http://www.regularizacionya.com">www.regularizacionya.com</a></p><p>--</p><p>Este artículo fue publicado originalmente en catalán el 26 de enero de 2022, en la web <a href="https://www.social.cat/opinio/16036/viure-en-la-cara-b-deuropa" target="_blank">Social.cat</a>.</p><p>Foto de portada: Red John - unsplash.com</p><div><br /></div>Fernando Díaz | elsituacionistahttp://www.blogger.com/profile/04622410604657147745noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-19042970.post-55565343361657255512021-10-05T10:46:00.000+01:002021-10-05T10:46:07.632+01:00Guinea, o el golpe de estado como mal menor<p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiaRs0BC130_BJ9GDUm9CXMI6ce1951VPgpCWpd65dUZBydTyhA1nOilj1FEeZl1C4ThvCg7RoJB293uQ_RgnFCwrgYuUF2o1-SX5-K3rMF6CoTbXnmO7QaK4pnrXgANN7NrWmo/s2048/21388384688_bfe29bdfb4_k.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1140" data-original-width="2048" height="356" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiaRs0BC130_BJ9GDUm9CXMI6ce1951VPgpCWpd65dUZBydTyhA1nOilj1FEeZl1C4ThvCg7RoJB293uQ_RgnFCwrgYuUF2o1-SX5-K3rMF6CoTbXnmO7QaK4pnrXgANN7NrWmo/w640-h356/21388384688_bfe29bdfb4_k.jpg" width="640" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Conakry, capital de Guinea | Foto de Kris Fricke</td></tr></tbody></table></p><p>Septiembre
comenzó con una noticia que, por más sorprendente que pareciera, era bastante
esperada. El domingo día 5, soldados de las Fuerzas Especiales de Guinea
entraron en palacio y detuvieron a Alpha Condé, presidente del país durante los
últimos 11 años. Éste constituyó el último golpe de estado en África del que
tenemos noticia por ahora -no ha sido el único en 2021-, pero también el más
icónico. La fotografía de la detención del hasta entonces líder del país,
rendido, vestido con tejanos, sentado en un sofá y rodeado de soldados que
antes le protegían, circuló rápidamente por las redes sociales. Misma vía de
comunicación que utilizó Mamady Doumbouya, coronel de las Fuerzas Especiales
que dirigió el golpe. Antes incluso que acudir a la televisión pública Doumbouya
dio explicaciones de su acción en un video que circuló por los móviles de toda
la población, mostrando su victoria casi antes de que los medios tuvieran noticia
del golpe.</p><p></p>
<p class="MsoNormal"><span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Seguramente
Dombouya quiso ser tan rápido en comunicar su victoria y transmitir su mensaje
porque era consciente de la determinación del pueblo de Guinea en mantener y
conservar un sistema democrático que estaba siendo destruido por las maniobras
políticas y la corrupción del régimen de Alpha Condé. Según el Afrobarómetro,
entidad que se encarga de medir el grado de apoyo de los africanos y las
africanas a los diferentes sistemas políticos, casi el 80% de la población guineana
apoya la idea democrática de gobierno y rechaza sistemas de gobierno autoritario.
Con estos niveles de apoyo, los costes de la represión por parte de un régimen
autoritario, sea civil como el de Condé o militar como el que podría imponer
Doumboiya, se hacen muy elevados.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Este nivel de
apoyo a la democracia es, aún así, compatible con las expresiones populares de
apoyo al golpe de estado que se vieron los días posteriores al 5 de septiembre.
Los testimonios de la población son, en general, de alegría frente a la
constatación de que el régimen de cOndé llega a su fin. Y Doumbouya, al menos
en sus mensajes iniciales, ha sido capaz de entenderlo. Ha hecho referencias
explicitas a figuras como Jerry Rawlings, militar ghanés de línea <i>sankarista</i>
que llegó al poder con un golpe pero que es considerado uno de los fundadores
de la democracia en Ghana. Y también ha invitado a no repetir errores del
pasado, en clara alusión al régimen autoritario de Mousa Camara. Además, una de
sus primeras decisiones ha sido liberar a las más de 400 personas encarceladas
por motivos políticos debido a la deriva autoritaria de un Alpha Condé que
había llegado al poder sobre los hombros de un discurso de renovación
democrática.<o:p></o:p></span></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"></div><p></p>
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjZUxAcgXBKkEOj_8Qbbq63OogwX80Rb5XymA7svLhst6AXkqWJ0dUsL1Ih_aUtXNvOQj_zU2kuJBa3I8cIn89r-buQUbRHlVXLp9EB-KKTGKRChKgk516zh1XPBYMRB5s6zQXX/s394/alpha+cond%25C3%25A9.png" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="295" data-original-width="394" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjZUxAcgXBKkEOj_8Qbbq63OogwX80Rb5XymA7svLhst6AXkqWJ0dUsL1Ih_aUtXNvOQj_zU2kuJBa3I8cIn89r-buQUbRHlVXLp9EB-KKTGKRChKgk516zh1XPBYMRB5s6zQXX/s16000/alpha+cond%25C3%25A9.png" /></a></div><p class="MsoNormal"><span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"></span></p><p class="MsoNormal"><b><span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">De regenerador
a autócrata</span></b></p>
<p class="MsoNormal"></p><span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Ganador en el
2010 de las elecciones presicenciales, Condé se presentó como un líder de masas,
respetuoso con el nuevo sistema democrático y con un capital político de gran
envergadura. <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Sin embargo, con el tiempo,
Condé comenzó a mostrar tics autoritarios, a dedicar su acción internacional en
salvar a dictadores -como el gambiano Yahya Jammeh- en lugar de apoyar cambios
democráticos. Y convirtió su gobierno en la base de un sistema de corrupción
que aprovechaba el boom de la explotación de recursos minerales en el país en
beneficio de unas élites cada vez más alejadas de la realidad de la población.<o:p></o:p></span><p></p>
<p class="MsoNormal"><span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Y es que Guinea abrió
las puertas a empresas rusas y chinas en la exportación de minerales como el oro
y, especialmente, la bauxita, mineral clave en la fabricación del aluminio y
del que el país es ya el segundo exportador mundial. Los recursos económicos
dejados por esta nueva industria no reviertieron en la población, sino en las
élites del país, que ahora ven cómo el Coronel Doumboya les invita a participar
en un gobierno de unidad nacional al tiempo que garantiza a la comunidad internacional
que las exportaciones continuarán a su ritmo habitual.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Con todo, el
punto de inflexión de Condé llegó en el año 2020. Con la pandemia de COVID19 escampándose
por todo el mundo, y con un gran número de países declarando confinamientos de
mayor o menor grado para frenar su difusión, Condé pensó que era su oportunidad
de convocar y ganar el referéndum para modificar la constitución, y que ésta
autorizara su aspiración a presentarse para un tercer mandato presidencial. No
sólo ganó el referéndum, siempre bajo sospecha de fraude, sino que también se
impuso en las elecciones de octubre de 2020, esta vez impulsado por una fuerte
represión, y la certeza de que sin el fraude electoral y la violencia política,
la presidencia del país habría caído en otras manos. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Doumbouya tampoco
es un novato en el mundo de la política. Militar de profesión, sobre él se
cernía la sombra de una posible sanción internacional al ser considerado
responsable de acciones represoras orquestadas por el gobierno de Condé. Su
figura era, hasta el domingo 5 de septiembre, la del hombre de confianza del
presidente, de quien recibió el encargo de formar las Fuerzas Especiales. El
hecho de que haya servido más tiempo en el ejército francés -la legión francesa-
que en el ejército guineano ha puesto bajo sospecha su movimiento de toma del
poder, que podría esta conectado con los intereses de Francia en la región.
Además, un centenar de soldados que participaron en el gope de estado estaban,
hasta el día de antes, formándose en unas maniobras dirigidas por una docena de
Boinas Verdes estadounidenses. El Pentágono, por su parte, ha mostrado su
indignación frente a la falta de confianza entre cuerpos militares, y ha
asegurado que no tienen nada que ver con la detención de Condé por parte de las
tropas de Doumbouya.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><b><span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Entre la condena
y la esperanza<o:p></o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal"><span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">La comunidad
internacional condenó rápidamente el golpe de estado. Tanto los Estados Unidos,
como Francia o la Unión Europea -también el Estado español- no tardaron en
desmarcarse diplomáticamente de Doumbouya. De igual manera lo hicieron tanto la
CEDAO como la Unión Africana. Nadie quiere asumir ninguna responsabilidad en la
gestión del gobierno de Doumbouya, pero tampoco nadie hizo nada para evitar el
deterioro de la democracia guineana o para ayudar a la sociedad civil del país
a hacer frente a los abusos y las represiones de Condé. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Lo que constata
el golpe de estado del día 5 de septiembre es, como bien dice el hioriador marileño
Dagauh Komeman en Africaye, que los sistemas internacionales para prevenir y gestionar
las crisis políticas como la que estaba teniendo lugar en Guinea los últimos
años, han fracasado. La caída de Alpha Condé era necesaria, la población lo
está celebrando y Doumbouya envía mensajes tranquilizadores en cuanto a su
voluntad de realizar una transición democrática en Guinea. Parece que se
formará un gobierno de unidad nacional que permitirá al país avanzar hacia unas
nuevas elecciones presidenciales, esta vez transparentes y justas.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Pero el ciclo de <i>transición
democrática – autoritarismo – golpe de estado – transición democrática</i>
comienza a constituir un patrón, en Guinea y otros países africanos, que es
tristemente común y peligroso. Las democracias del Norte global, así como las
del Sur y sus organismos internacionales, harían bien en comprender, de una vez
por todas, que no pueden confiar en que los costes de la represión serán
demasiado elevados para los líderes autoritarios que garantizan su provisión de
recursos naturales, y que el camino hacia instituciones democráticas fuertes y,
por tanto, hacia la estabilidad política, pasa por apoyar a los movimientos
sociales y a los ciudadanos y ciudadanas de cada país.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><o:p> </o:p></span> </p><p class="MsoNormal"><span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;"><o:p><span></span></o:p></span></p><a name='more'></a><p></p>
<p class="MsoNormal"><span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Este artículo fue
publicado originariamente en catalán, en el número 531 de La Directa y bajo el título <i>Guinea, o el cop d'estat com a mal menor. </i>Se puede leer la versión online en el siguiente pulsando <a href="https://directa.cat/guinea-o-el-cop-destat-com-a-mal-menor/" target="_blank">aquí</a>. <o:p></o:p></span></p><br />Fernando Díaz | elsituacionistahttp://www.blogger.com/profile/04622410604657147745noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-19042970.post-20313925185022532982021-06-22T06:30:00.006+01:002021-06-22T09:42:17.628+01:00Los Indultos y la libertad condicional en Catalunya<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiwTY29PHBAvXnAGQogr2XVRP94yPB76nDOS04ev65WY36TRcAk5uJ0WtGeeCo4mOS7e3hVOkb-JThSvaLwGgnBLRS8Oaee4niEbt4iTH94pUVBH0YLZU1TIxwIsKwtRKg3vjQX/s2048/egor-myznik-gh_5-4qEDVA-unsplash.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1363" data-original-width="2048" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiwTY29PHBAvXnAGQogr2XVRP94yPB76nDOS04ev65WY36TRcAk5uJ0WtGeeCo4mOS7e3hVOkb-JThSvaLwGgnBLRS8Oaee4niEbt4iTH94pUVBH0YLZU1TIxwIsKwtRKg3vjQX/s16000/egor-myznik-gh_5-4qEDVA-unsplash.jpg" title="Foto de Egor Myznik | unsplash.com" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Foto de Egor Myznik | unsplash.com</td></tr></tbody></table><p>Hoy, 22 de junio
de 2021, parece ser que el Congreso de Ministros presidido por Pedro Sánchez y
formado por miembros del PSOE, el PSC, Podemos, Izquierda Unida y Catalunya en
Comú, tomará la determinación de aprobar un indulto parcial a las 9 personas
que fueron condenadas por el Tribunal Supremo en relación al “Octubre catalán”
de 2017. Desde estas líneas, esos indultos se consideran positivos, pero
absolutamente insuficientes.</p>
<p class="MsoNormal"><b><span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Una argumentación
en dos tiempos<o:p></o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal"><span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">¿Se imaginan que
ese mismo Congreso de Ministros decidiera aprobar un acto de reparación de las
víctimas del Franquismo, pero sólo reconociera como tales a aquellas personas
que formaron el Gobierno de la República, dejando al resto de represaliados sin
su debido reconocimiento? Algo así está pasando en el caso de los indultos que
se aprueban hoy, ya que sólo reconocen a 9 personas, aquellas implicadas en el
gobierno catalán formal o informal -los Jordis formaban parte de esa comitiva
que transitaba aquellos días el Palacio de la Generalitat como un miembro más
del Govern. El problema es que las personas represaliadas a raíz del “Octubre
catalán” son muchas más.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Son más de 3.000
personas. Quizás no hayan pasado por la sala del Tribunal Supremo español.
Quizás no hayan salido en la prensa española. O no hayan sido visitados por
políticos españoles cuando estaban en prisión. Pero, en Catalunya, hay más de
3.000 personas represaliadas de una u otra manera en el intento del Estado español
por acabar con el movimiento independentista. Algunas exiliadas, como Anna
Gabriel (CUP) o Marta Rovira (ERC). Otras condenadas, incluso con ayuda de la
Generalitat, y pendientes de sentencia firme, como el caso de Marcel Vivet. Y
otras pendientes de juicio por acusaciones que no se sostienen, como las 9 personas
detenidas el 23 de Septiembre de 2019, acusadas de un terrorismo que no ha
producido atentados y cuyas pruebas de acusación son, literalmente, haber
buscado en internet el nombre de conocidos políticos españoles y haberse
reunido supuestamente en Catalunya con la hermana de Carles Puigdemont… cuando
ésta estaba, en realidad, en Bélgica. Más de 3.000 personas, la mayoría anónimas,
a las que el Estado español les ha roto la vida por el simple hecho de pensar
diferente y tener una única aspiración: poder votar en las urnas que Catalunya
se convierta en un Estado independiente del español.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Los indultos son,
por tanto, insuficientes en número. Pero también lo son en su alcance. Y es que,
según parece ser, son indultos parciales. De los tres cargos por los que las 9
personas juzgadas por el Tribunal Supremo están en prisión, sólo serán
indultados por dos. Serán indultados no por la totalidad de los años a los que
fueron condenados, sino que se les perdonarán justo los años para permitirles
salir de prisión hoy y ahora. Las personas indultadas deberán cumplir la ley
escrupulosamente so pena de que se le reactive toda la condena de nuevo. Es
decir, no son indultos, son una libertad condicional concedida por el Consejo
de Ministros. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><b><span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Controlar el
relato, avanzarte a tus peores noticias<o:p></o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal"><span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">En la política,
existe una norma no escrita que dice que cuando sepas que alguien tiene una
noticia que puede destruirte, lo mejor es que la confieses tú antes de que
salga en portada. Es decir, que hagas una “voladura controlada” de la situación.
<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">El juicio del <i>procés</i>
por parte del Tribunal Supremo fue absolutamente anómalo. Desde la presencia de
un partido político de extrema derecha como acusación particular, hasta el
doble rasero de los jueces para con fiscales acusadores y abogados defensores. Se
consintió a los testigos de la acusación defender un relato emocional de los
hechos (“percibí más odio el 1 de Octubre en Catalunya que en mis años de
servicio en el País Vasco cuando ETA cometía atentados”, <a href="https://www.rtve.es/alacarta/videos/noticias-24-horas/agente-asegura-percibio-mas-odio-1-pais-vasco-epoca-eta/5119008/">decía
un sargento en la sala</a>), pero no a los testigos de la defensa (el caso más
significativo fue el de <a href="https://youtu.be/VqEFkeAlKrU?t=432">la
declaración de la filosofa Marina Garcés</a>). O se impidió a los abogados
defensores confrontar a los testigos de la acusación con pruebas que directamente
desmentían su testimonio (recomiendo <a href="https://www.ccma.cat/tv3/alacarta/el-judici/relat-de-violencia/video/6099115/">este
pequeño documental</a> sobre el tema).<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">En este contexto,
parece evidente que las instituciones judiciales europeas condenarán la
sentencia del Tribunal Supremo como injusta, y es posible que afirmen, <a href="https://www.eldiario.es/politica/tribunal-europeo-derechos-humanos-batasuna_1_1858214.html">igual
que pasó con los presos políticos vascos de 2011</a>, que las 9 personas acusadas
en el juicio del <i>procés </i>no tuvieron un juicio justo. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Así que, antes de
que la noticia te explote en la cara, Pedro Sánchez y parte del Estado español
realizan la voladura controlada del asunto mientras cruzan los dedos para que
parezca una decisión de verdadero estadista y refuerce sus posiciones. Algo a
lo que contribuye la miope lectura de la mayoría del periodismo español, más
empecinado en ver un enfrentamiento de dos bandos extremos -VOX y PP por un
lado, <i>Junts</i> y la CUP por el otro- que en quitarse la camisa blanca de los
ojos y comprender la complejidad de la realidad que intentan representar en sus
páginas. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><b><span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Valoraciones
políticas<o:p></o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal"><span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Y lo cierto es
que la capacidad del Gobierno de coalición PSOE-Unidas Podemos para aprobar un indulto
condicional a las 9 personas juzgadas por el Tribunal Supremo no es más que una
demostración de la poca valentía que hace falta para comenzar a buscar
soluciones políticas al conflicto entre Catalunya y el Estado español. Durante años,
ya más de diez, gran parte de la sociedad catalana -no sólo la independentista,
sino también la mayoría de la unionista- ha estado haciendo una única
exigencia: un referéndum vinculante sobre la pertenencia de Catalunya al Estado
español. Igual que pasó en Quebec, igual que pasó en Escocia, igual que ha
pasado en tantos y tantos lugares. Nada más. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">La reivindicación
por un referéndum ha crecido y crecido ante la ausencia de respuesta por parte
de los respectivos Gobiernos del Estado español. La única respuesta que se ha
recibido desde Moncloa o desde el Congreso de Diputados ha sido que el
referéndum era imposible y que no había más que hablar. No ha habido ninguna propuesta
intermedia de profundizar en el estado autonómico para alcanzar una estructura
federal que permitiera a Catalunya proteger determinada legislación -la lingüística,
sobre todo- o avanzar en otra -derechos sociales-, actuando el Estado de ariete
de ataque contra unas, o de freno ante otras. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Ante la propuesta
política vacía del Estado, el movimiento por el referéndum ha crecido hasta el
punto de que, en mi opinión, ya no es evitable. Es posible que, en los próximos
meses o años, el PSOE intente mostrar un acercamiento a Catalunya en base a
propuestas más cosméticas que profundas, como está pasando ahora con estos 9
indultos condicionales. Pero a bien seguro que serán pan para hoy y hambre para
mañana, como fue el <i>Estatut</i> recortado entre Zapatero y Artur Mas. Y es
que la maquinaria estatal ha de entrar en funcionamiento para convocar, e intentar
ganar, un referéndum por la independencia de Catalunya. Es esta la solución
valiente y efectiva del conflicto. Y no hacer voladuras controladas esperando
que la extrema derecha española, si es que queda alguna que no sea extrema,
acabe generando la percepción en la ciudadanía de que tú eres el valiente y los
demás unos cobardes. <o:p></o:p></span></p>Fernando Díaz | elsituacionistahttp://www.blogger.com/profile/04622410604657147745noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-19042970.post-81089981593402082332021-05-12T12:59:00.002+01:002021-05-13T07:31:29.770+01:00Presentación 'Brújulas sobre África' en Barcelona el próximo 25 de Mayo<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi_5hy6kGpU0mJ9yVCBuMCpaUqrAVG3ps2z5z4ptdsnZ5vyHjCKlZFNslDWS2zNR-lCXGPFN2vDiwxRHPzs8kawVECr0aw-7Fqnykpmk7j3a8SEyeQnvDEZIEPJe16cnhZRRt9s/s1524/Invitaci%25C3%25B3+B%25C3%25BAjulas.png" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="858" data-original-width="1524" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi_5hy6kGpU0mJ9yVCBuMCpaUqrAVG3ps2z5z4ptdsnZ5vyHjCKlZFNslDWS2zNR-lCXGPFN2vDiwxRHPzs8kawVECr0aw-7Fqnykpmk7j3a8SEyeQnvDEZIEPJe16cnhZRRt9s/s16000/Invitaci%25C3%25B3+B%25C3%25BAjulas.png" /></a></div><br />El próximo 25 de Mayo, coincidiendo con la celebración del Día de las Independencias Africanas, estaré bien acompañado en la Librería Altaïr de Barcelona (Gan Vía 616) para presentar el libro "Brújulas sobre África". <p></p><div><span data-rich-text-format-boundary="true" style="-webkit-tap-highlight-color: transparent !important; background-color: rgba(30, 30, 30, 0.2); border-radius: 2px; box-sizing: inherit; color: #1e1e1e; font-family: -apple-system, BlinkMacSystemFont, "Segoe UI", Roboto, Oxygen-Sans, Ubuntu, Cantarell, "Helvetica Neue", sans-serif; font-size: 16px; font-weight: 600; white-space: pre-wrap;">IMPORTANTE: hay que reservar plaza escribiendo a forum@altair.es</span></div>Fernando Díaz | elsituacionistahttp://www.blogger.com/profile/04622410604657147745noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-19042970.post-86387307808559284492021-05-03T15:19:00.001+01:002021-05-03T15:19:28.177+01:00Ser (aún Más) de Madriz<p><table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiFTK43GZVCJEZJLH1Z_SH_MwfN05eK2uDF3VS0kNF_4mgi97TUgfk7vSe42ea9lCApjDAKz6l3Tn-j5P0tTyQkxMvNKGrRjo0hB-HPltKj3NfoHiv41imGgxduzurb_aMvOMWw/s2048/carlos-zurita-MhlonjDt80A-unsplash.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img alt="Foto de Carlos Zurita | Madrid, Españita | unsplash.com" border="0" data-original-height="1200" data-original-width="2048" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiFTK43GZVCJEZJLH1Z_SH_MwfN05eK2uDF3VS0kNF_4mgi97TUgfk7vSe42ea9lCApjDAKz6l3Tn-j5P0tTyQkxMvNKGrRjo0hB-HPltKj3NfoHiv41imGgxduzurb_aMvOMWw/s16000/carlos-zurita-MhlonjDt80A-unsplash.jpg" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Foto de Carlos Zurita | Madrid, Españita | unsplash.com</td></tr></tbody></table><br />Ser de Madrid
ahora importa. Ser de Madrid es tener libertad y poder irse a donde uno quiera
a tomar una cerveza, aunque sea en mitad de una pandemia. Ser de Madrid es
vivir la vida en un atasco o despedirte del familiar moribundo desde una <i>Tablet</i>
sostenida por un miembro precario del sistema de salud autonómico. Ser de
Madrid ahora es algo, cuando en mis tiempos era precisamente no ser nada, y por
eso molaba. Porque los que éramos madrileños o madrileñas lo éramos porque nos
había tocado ser de algún sitio. Y, en realidad, era el barrio aquello que
importaba y te diferenciaba. Porque veías a los compañeros o amigas que tenían pueblo,
o que tenían orígenes en otras autonomías, caminar con su mochila llena de
identidad y orgullo local. Y los que no teníamos nada de eso, aquellos a los
que nuestras madres nos decían “tú, hijo, cuando te busques una novia mira que
tenga pueblo, que así podrás salir los fines de semana”, pues debíamos escapar <i>de
turistas</i> fuera de la ciudad para hacer algo que no fuera lo de siempre.</p>
<p class="MsoNormal"><span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Porque Madrid era
España. Españita entera condensada en todos esos edificios grandes de
universidades, empresas y administraciones públicas -sobre todo, administraciones
públicas. Y eso era lo que nos alejaba de ella. Madrid era aquel lugar que, de
servir a tantos intereses, no era de nadie más que de <i>ellos</i>. Y por eso
te podías reír inventándote una identidad propia del ser madrileño o madrileña.
Ridiculizando los símbolos -¿habéis visto la bandera, habéis oído el himno?- o hurgando
en una historia que no es más que escaparse de fin de semana al barrio de al
lado. Buscando siempre a esa chica que tenga pueblo.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Así que, con
tantas cosas bonitas que ahora tiene ser de Madrid, no es de extrañar que en
estas elecciones autonómicas hayamos tenido mucho más de Madriz que de Madrid,
y se haya jugado a confundir aquello que no es la capital, con la Villa y
Corte. Tremendo bochorno el que hemos pasado quienes nacimos allí. Pero hay una
cosa que, porque la vida pone a cada uno en su lugar, no porque haya sido
premeditado, me parece interesante de estas elecciones: y es que, por fin, haya
un partido político de relevancia en Madrid con unas raíces intrínsecamente regionales.
<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">En esta región
que es Madrid, se ha tendido a jugar a ser España. Tanto PP y PSOE se pasaron
décadas utilizando las elecciones en la ciudad y la Comunidad Autónoma de
Madrid para pasar cuentas nacionales. Los candidatos y las candidatas iban y
venían, en un ciclo de proyección y refugio, que permitía incorporar nuevos
Ministros o buscarles nuevos cargos a los compinches ya no tan ministeriales.
Desde Madrid, el PSOE construyó a Trinidad Jiménez y Miguel Sebastián, o absorbió
a ese pequeño grupúsculo de Nueva Izquierda que permitía debilitar, aún más, a la
Izquierda Unida de Anguita. Desde Madrid, el PP proyectó a los presidenciables
Gallardón y Aguirre, convertidos en Ministros en diferentes momentos. Desde
Madrid, el PP construyó la red de favores que le permitió elaborar lo que ahora
conocemos como Gürtel o Púnica, su verdadera base electoral. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Así que cuando en
2019 Íñigo Errejón crea, con Manuela Carmena, el partido Más Madrid, parece
claro que hay una absoluta determinación a reproducir el modelo de trampolín
hacia otras latitudes. Tras ser arrinconado por Podemos, Más Madrid tendría que
convertirse en la herramienta del político de Aravaca para volver como
protagonista de la escena nacional. El problema fue de cálculo, y no de
estrategia. Y es que el momento en el que se convocan elecciones generales para
finales de 2019, Errejón piensa que puede sacar suficientes diputados para ser
relevante para un PSOE necesitado de socios en el Congreso. La tentación es
demasiado fuerte, y acaba presentándose un partido fantasma, sin bases
militantes y, ni mucho menos, bases electorales. El resultado es evidente: un <i>llamazares</i>
o, lo que es lo mismo, un diputado, él mismo, Errejón. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">La situación ha
dejado a Más Madrid como posible tercera o incluso segunda fuerza de la futura Asamblea
de Madrid tras las elecciones de este 4 de mayo cuando, paradójicamente, el
partido no tiene ninguna fuerza más allá de esta Comunidad Autónoma. Así que
nos encontramos, por primera vez, con la oportunidad <i>disfrutar</i> de un
partido regional en Madrid con el único objetivo realista de trabajar en un
programa político madrileño, de dedicar candidatos y candidatas al conocimiento
de la realidad de la región y, en definitiva, de hacer política <i>para Madrid</i>
y no <i>desde Madrid.</i><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">Es un escenario interesante
que podría acabar siendo truncado por los <i>tic</i> habituales. Es decir,
porque Errejón volviera a pensar que el crecimiento del partido en la región se
puede traducir en un crecimiento a nivel estatal que, huelga decirlo, no son
más que ilusiones demoscópicas. O porque la necesaria limpia del <i>carmenismo</i>
se quede en la operación estética de los cuatro concejales que han dimitido, y
no siga con aquellos que vendieron Ahora Madrid por una silla -otra más, que
algunos llevan una colección desde hace 20 años. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES;">En cambio, si Más
Madrid asume el papel en el que le han colocado las circunstancias puede
significar el cambio -al menos conceptual y de agenda- de lo que hasta ahora ha
sido la política de la Comunidad de Madrid. Un papel que no es otro que el de
partido regional de Madrid, con una mínima representación en el Congreso, otorgada
por la circunscripción única de la Comunidad, que le otorga capital político
para defender posturas poco comunes dentro de los otros bloques de izquierda. Es
una posición algo más modesta que los aires de grandeza que gasta su bienamado
líder pero que permitiría comprobar, esta vez sí, si de verdad a los madrileños
y a las madrileñas les importa lo que pasa en su región, o prefieren votar en
Madrid lo que quieren para España. <o:p></o:p></span></p>Fernando Díaz | elsituacionistahttp://www.blogger.com/profile/04622410604657147745noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-19042970.post-67131166701132485492021-04-07T11:38:00.006+01:002021-04-09T09:16:04.682+01:00Brújulas sobre África, de Africaye<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgq6cMjWp6nzAEeUPu1qSXF3OvKwWW9i56lKAvlRf_fUU7e6Z2J0YP0HnNRG0MeYNAfMchd29On_77v4a5H0yzoH-CWqK9ZOQCSyb_yiE_9V61in2HtWfnDZMWRsVP9FdLL-B_T/s1500/Africaye_Br%25C3%25BAjulas_foto-portadaTW.jpg" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="500" data-original-width="1500" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgq6cMjWp6nzAEeUPu1qSXF3OvKwWW9i56lKAvlRf_fUU7e6Z2J0YP0HnNRG0MeYNAfMchd29On_77v4a5H0yzoH-CWqK9ZOQCSyb_yiE_9V61in2HtWfnDZMWRsVP9FdLL-B_T/s16000/Africaye_Br%25C3%25BAjulas_foto-portadaTW.jpg" /></a></div><br /><p>En <a href="http://www.africaye.org" target="_blank">Africaye </a>estamos de enhorabuena. <b>Hemos sacado un libro colectivo</b> con la intención de hacer un análisis más reposado de la actualidad africana. Yo soy uno de los coordinadores del libro, junto con gente maravillosa con la que comenzamos esta aventura de Africaye en 2015. Cuando pensábamos qué clase de libro tenía que ser este primero de Africaye no salían dos retos que queríamos abordar. Por un lado, dar respuesta a esa habitual pregunta que recibimos de gente cercana: si me estoy empezando a interesar por África, ¿qué libro debo leer? Por otro lado, nuestra primera obra colectiva debería poder responder u orientar a todas aquellas personas que, después de nuestros cursos o charlas sobre diferentes aspectos de la realidad de la región, nos preguntaban por algun libro donde profundizar en determinados temas. </p><p>Así que un libro <b>que sirviera a principiantes, y a gente que ya tenía en la mochila varias formaciones o experiencias sobre África.</b> Objetivos contradictorios, aparentemente, que una vez que hemos visto en conjunto la obra podemos decir que hemos cumplido. Todas las personas que coordinamos el libro estamos contentas en este aspecto. Creemos que permitirá a más gente acercarse a la realidad africana. La de ahora, porque libros sobre esto mismo pero ya desfasados había algunos. Pero también permitirá que quien quiera profundizar en los temas que tratamos pueda hacerlo fácilmente e incluso encuentre caminos por los que seguir sus lecturas o formaciones. </p><h3 style="text-align: left;">¿Y de qué escribo yo?</h3><p>Además de ayudar a coordinar el libro, yo también escribo un capítulo. Está dedicado a las <b>democracias en África</b>, tema sobre el que he ido leyendo y <a href="https://www.africaye.org/profile/fdiaz/" target="_blank">escribiendo en Africaye desde hace unos años</a>, aunque últimamente hago más de editor que de escritor. De hecho, en los cursos colectivos que realizamos, este es el tema que trato. El capítulo, debido a las limitaciones de espacio que nos tuvimos que autoimponer, no desarrolla absolutamente todos los temas que creo que debería para poder ofrecer una perspectiva completa del estado de la democracia en los países de África Subsahariana. Así que decidí centrarme en los principales retos que tienen los regímenes democráticos africanos. Me guardo el gusanillo de seguir escribiendo sobre este tema, y desarrollar lo que creo que aún se debe escribir en castellano sobre el tema. Pero he quedado muy contento con el capítulo, y espero que sirva a aquellos que se acerquen a él, aunque soy consciente de que hay otros capítulos muchísimo más interesantes que el mío en el libro. Cosas de juntarte con gente maravillosa que no sólo sabe de lo suyo, sino que además sabe cómo comunicarlo.</p><h3 style="text-align: left;">¿Dónde conseguir el libro?</h3><p><b>El libro está editado en la <a href="https://www.catarata.org/libro/brujulas-sobre-africa_118422/" target="_blank">editorial Catarata</a></b>, una de las más conocidas en temas sociales en castellano. Esto también fue un objetivo de Africaye, sacar el libro con una buena editorial que permitiera que todo el mundo que quisiera pudiera acceder al libro. Catarata nos garantiza que el libro puede estar en cualquier librería del Estado español, en bibliotecas públicas y, además, tiene distribución para América Latina. Así que preguntando en tu librería de confianza lo podrás encontrar sin problema.</p><h3 style="text-align: left;">¿Puedo empezar a leer el libro?</h3><p>En Africaye hemos colgado las <b>primeras páginas del libro </b>en nuestra web. <a href="https://www.africaye.org/libro/" target="_blank">Conultando este enlace</a> podrás acceder al índice de capítulos así como al prólogo de la obra, que sitúa un poco el contenido de cada capítulo. </p><p>Para acabar, os dejo la portada. Está hecha gracias a una maravillosa foto de Celia Murias, compañera de fatigas en esto de Africaye. No sólo es que me guste la fotografía, es que además es el primer libro en el que participo que no tiene la portada azul: doble combo.</p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjebe7y_xDEfOjVc6hn_N3ZMPnwJffVIomkY4n4tBkYve069RYh6L6yXXsRAgHtGWAQKWMWxcE-cMuTlNGDo12tw6YbNpoftqd6ZMQOrVHXJMAUXI7X_XlC3zQFbt4g4V0aADBz/s1121/portada_brujulas_africanas_africaye.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1121" data-original-width="720" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjebe7y_xDEfOjVc6hn_N3ZMPnwJffVIomkY4n4tBkYve069RYh6L6yXXsRAgHtGWAQKWMWxcE-cMuTlNGDo12tw6YbNpoftqd6ZMQOrVHXJMAUXI7X_XlC3zQFbt4g4V0aADBz/w257-h400/portada_brujulas_africanas_africaye.jpg" width="257" /></a></div><br /><p><br /></p><p><br /></p>Fernando Díaz | elsituacionistahttp://www.blogger.com/profile/04622410604657147745noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-19042970.post-75687254420615494642020-11-23T00:00:00.001+01:002020-11-26T14:38:52.486+01:00La revuelta contra la policía intensifica y reclama un cambio de régimen en Nigeria<p> <table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><tbody><tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgNQIdWo0XemZ-IwVsOV7c0Jr44kl8yWC17Z_xHJEdLSq7VHsTLjwfrsIQnYyoXXSQEGWEuKrcrxlLcQ1-m9PYxoVQ3tzZ40TtTEOine9yduT4y5KiQC2xus1WUbKPihfs_S4tZ/s2048/nengi-nelson-NMGWdVHNIuE-unsplash.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img alt="Foto de Nengi Nelson | Lagos, Nigeria | unsplash.com" border="0" data-original-height="1365" data-original-width="2048" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgNQIdWo0XemZ-IwVsOV7c0Jr44kl8yWC17Z_xHJEdLSq7VHsTLjwfrsIQnYyoXXSQEGWEuKrcrxlLcQ1-m9PYxoVQ3tzZ40TtTEOine9yduT4y5KiQC2xus1WUbKPihfs_S4tZ/s16000/nengi-nelson-NMGWdVHNIuE-unsplash.jpg" title="Foto de Nengi Nelson | Lagos, Nigeria | unsplash.com" /></a></td></tr><tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Foto de Nengi Nelson | Lagos, Nigeria | unsplash.com</td></tr></tbody></table><br />¿En qué momento estallan las revoluciones? ¿Cuál es la chispa que hace que aquellas personas que han sido sometidas durante tanto tiempo terminen para decir basta ante las injusticias? Esta fue la gran pregunta a raíz de las protestas y movilizaciones globales en 2011, las que también tuvieron un gran impacto en el África subsahariana que todavía llega hasta hoy. En Nigeria, el país más poblado de la región, esta chispa se convirtió en un incendio que amenaza con llevarse el régimen político actual. O, al menos, cambiar la manera en como los nigerianos y nigerianas se relacionan con su sistema político.</p><p>El 3 de octubre, una cuenta de Twitter narraba la muerte de un joven en la ciudad de Ughelli a manos de tropas del Escuadrón Especial antirrobo (SARS, por sus siglas en inglés), un comando policial que ha sobrevivido a cambios de régimen y reformas varias, y que ha sido frecuentemente acusado de violar, acosar, robar y asesinar con total impunidad durante años. Aunque no se pudo confirmar el homicidio por fuentes independientes, las redes sociales nigerianas comenzaron a llenarse de cientos de relatos de los crímenes del SARS, y se puso en marcha la transformación del movimiento virtual al presencial a partir de la etiqueta # EndSARS.</p><p>En ese momento, a comienzos de Octubre, más de cien ciudades de todo el país fueron escenario de manifestaciones donde se exigía la disolución de este escuadrón policial. Las más multitudinarias, en Lagos, pero también en la capital del país, Abuja. Al norte, al sur, al este y al oeste de todo el país, independientemente de pertenecer a una religión o etnia concreta, la población clamó la misma reivindicación: el desmantelamiento del SARS.</p><p>La respuesta institucional también fue unánime y en forma de represión. Se cuentan por cientos las muertes causadas por la policía, así como una larga lista de detenciones. Una semana después, el 11 de octubre, y ante la convulsión social, el gobierno del presidente Buhari aceptó la disolución del SARS y su sustitución por otro escuadrón del cuerpo policial, el Equipo con Armamento y Técnicas Especiales (SWAT en inglés , unas siglas exportadas de Estados Unidos). Pero con esto no fue suficiente para detener las manifestaciones de una revuelta que ha mutado y reclama el fin de la represión policial en todo el país.</p><p><b>Movilizaciones innovadoras</b></p><p>Al igual que las protestas de 2011, las manifestaciones de estos días en las ciudades de Nigeria han proporcionado imágenes poco habituales. Campamentos, unión de colectivos diferentes, organización popular de la resistencia cívica... El # EndSARS ha traído una nueva cultura política de la protesta, en palabras de la socióloga Damiola Agbalajobi, de la Universidad de Obafemi Awolowo.</p><p>La principal exigencia de las movilizaciones era evidente: la erradicación del ejército policial del SARS. Pero a medida que crecía la fortaleza del movimiento, éste desplegó un programa de cinco puntos consistente en la liberación de las personas detenidas, la investigación de los crímenes cometidos por los agentes policiales, la reparación a las víctimas, la evaluación psicológica de los miembros del SARS y, por último, la no poco sorprendente subida de salarios a los policías, ya que se estima que los bajos sueldos los lleva a prácticas corruptas y de abuso a fin de sobrevivir.</p><p>Éstas, sin embargo, no han sido las primeras protestas contra la represión policial en Nigeria. Hace poco más de cuatro años ya se organizaron una serie de manifestaciones que acabaron con un lavado de cara del SARS. La diferencia es que ahora, en 2020, se han dado otras circunstancias, endógenas y exógenas al movimiento, que la han diferenciado y han hecho que no tengan ningún referente pasado en que fijarse.</p><p><b>Protesta transversal</b></p><p>Los relatos de quienes se manifiestan son primordialmente de solidaridad y de empatía. La represión del SARS se extendía por muchos lugares de la sociedad nigeriana. Su forma de actuar -extorsionando en plena calle, de incógnito y eligiendo sus víctimas entre un amplio espectro- ha hecho que la voluntad de eliminarlo haya unido numerosos colectivos y personas que habitualmente no comparten causas comunes, pero que se sienten víctimas.</p><p>Quizá por eso el movimiento ha encontrado un fuerte financiación externa -ha conseguido más de 200.000 dólares en microdonaciones. El dinero se ha puesto al servicio de las protestas: se han comprado comida y bebidas, pero también se ha movilizado apoyo legal para las detenidas y los servicios médicos. Se han generado puestos de trabajo con la protesta al tiempo que se protege a la población más vulnerable.</p><p>Entre los colectivos protagonistas destacan tres por encima de todos. Por un lado, la Coalición Feminista ha hecho presentes las mujeres en las movilizaciones. Era frecuente que agentes del SARS violaran mujeres impunemente y es por eso que muchas mujeres nigerianas participan activamente en las protestas. Han protagonizado imágenes icónicas como la del activista Aisha Yesufu, que, llevando hijab, levantaba el puño en medio de una marcha a comienzos de Octubre. Esta activista nigeriana, proveniente de las luchas feministas, ya había tenido un papel destacado en el marco de la campaña "Bring back our girls" para presionar al gobierno y obligarle a perseguir el secuestro de 200 niñas por parte de la banda criminal Boko Haram.</p><p>También el movimiento LGTBQ + goza de un especial e inesperado protagonismo. Nigeria tiene unas leyes abiertamente homófobas que han sido usadas por los agentes del SARS para extorsionar a las personas homosexuales. La comunidad LGTBQ + se ha sumado en igualdad a las protestas y la bandera del movimiento ha ondeado en las multitudinarias manifestaciones.</p><p><b>El presente es la juventud</b></p><p>Pero son las personas jóvenes las que más presencia y liderazgo están teniendo en las protestas. Se da la circunstancia de que las universidades del país se encuentran clausuradas debido a una huelga del profesorado que reivindica la mejora de las condiciones de trabajo. Esto ha permitido que muchas universitarias estuvieran en sus hogares y tengan ahora la oportunidad de incorporarse al movimiento.</p><p>Hay que tener en cuenta que aproximadamente el 70% de la población de Nigeria tiene menos de treinta años. Se trata de la única generación que ha vivido siempre en el actual régimen democrático, que no ha sufrido una dictadura. Es por eso que ve la policía con el deseo de convertirla en un servicio público, y no en una herramienta de represión al servicio de las élites. Además, durante años, ha sido uno de los objetivos habituales de los agentes del SARS.</p><p>La fuerza de este movimiento pertenece a la juventud. Son las personas jóvenes las que están consiguiendo transformar el movimiento en una revisión del régimen democrático. El 69% de la población está a favor del sistema democrático, según Afrobarometer, una adscripción a esta forma de gobernar que no siempre ha sido así en el país y que está por encima de la media de la región, a pesar de la criticada gestión del gobierno de Buhari.</p><p>La juventud de Nigeria está apostando con fuerza por la mejora del sistema democrático; es por ello que ha conseguido transformar la protesta por una reforma policial en una enmienda al régimen que se traduzca en mejoras reales en las condiciones de vida de las personas. Un grito que ha sido sentido más allá de las fronteras nacionales y ha obligado Guterres, Borrell o el propio Biden a posicionarse en favor de las manifestaciones. Y, aún más importante, han encontrado réplica en otros países africanos y otros movimientos sociales de la región, con manifestaciones de solidaridad en Ghana y Senegal, demostrando, una vez más, que es posible que el pasado de los pueblos africanos haya sido diferente, pero que es seguro que su futuro, si quieren tener, debe ser común.</p><p><br /></p><p><br /></p><p>Este artículo se publicó originalmente en catalán, en el número <a href="https://directa.cat/la-revolta-contra-la-policia-sintensifica-i-reclama-un-canvi-de-regim-a-nigeria/">515 de La Directa</a>. La traducción es de Fernando Díaz. </p><p><br /></p>Fernando Díaz | elsituacionistahttp://www.blogger.com/profile/04622410604657147745noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-19042970.post-64535831879125310502020-05-13T12:58:00.002+01:002020-05-13T13:02:13.676+01:00Una intifada agraria en el sur de Malawi<p class="MsoNormal"></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhO9ws3itd5VeMnD_2SXnyyQnZkC7ivlJSww7zTNR0h_Qj9hQ2kPcNBQwcTO09h87ngO0EyYUnQ1fNeZrqgrMOTxCNowe8u9qezf_D3_R7GYDyzuZp9t-S8pGpCFCusOiB2deJz/" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="3840" data-original-width="5760" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhO9ws3itd5VeMnD_2SXnyyQnZkC7ivlJSww7zTNR0h_Qj9hQ2kPcNBQwcTO09h87ngO0EyYUnQ1fNeZrqgrMOTxCNowe8u9qezf_D3_R7GYDyzuZp9t-S8pGpCFCusOiB2deJz/d/25477653456_a928fcbfc7_6k.jpg" title="Lilongwe, Malawi - Foto IFPRI - CC" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><span lang="ES"><br /></span><p></p><p class="MsoNormal"><span lang="ES">Una reforma
agraria, en un país en el que el 85% de las personas que están trabajando lo
hacen en el sector agrícola, genera unas expectativas reales de cambio y de
nuevo futuro en todas aquellas personas que no tienen nada o tienen muy poco. En
Malawi, la reforma agraria ha sido un tema constante en la agenda política.
Tanto en los momentos de lucha anticolonial, como en la apertura del sistema
multipartidista en los 90 o en esta tercera ola de movilizaciones que baña toda
la región de África Subsahariana. En todos esos instantes históricos, la
reforma de la propiedad de la tierra ha sido el asunto sobre el que se han
establecido alianzas que, una vez triunfadoras, han tendido a olvidarse del
principal objetivo.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span lang="ES">Las condiciones
de partida de Malawi nada más conseguir su independencia, eran similares a las
de otros países del sur de África, con la inmensa parte de las tierras en manos
no africanas. Sin embargo, la independencia no produjo una reforma agraria
total, sino sólo y exclusivamente un traspaso de tierras en las zonas norte y
central, allí donde en la actualidad se cultiva tabaco. En la parte sur del
país, dedicada principalmente al té, las tierras siguieron en manos de la
industria global, dejando a los pequeños agricultores y campesinos sin tierra
mucho más desprotegidos a políticas de liberalización del mercado, como las
aplicadas en los 90. Sin embargo, eran un colectivo que no conseguía
politizarse y hacerse presente en la política nacional.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><b><span lang="ES">Crisis política y lucha campesina<o:p></o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal"><span lang="ES">En 2014, África
Subsahariana se encontraba casi en la cresta de la nueva ola de protestas, y Malawi
no fue ser la excepción aún a pesar de las particularmente graves dificultades
políticas del país. Bingu wa Mutharika era el presidente de Malawi cuando
fallece repentinamente el 5 de Abril de 2012. La cuestión de su sucesión
dividirá a las fuerzas del gobierno en dos bandos, aquellos que apoyan a su
hermano Peter Mutharika, y quienes terminan imponiendo el criterio de que la
sucesora ha de ser la vicepresidenta, Joyce Banda. La inestabilidad política
hará que todas las alarmas internacionales salten y, con la fecha de las
elecciones de Mayo de 2014 en el horizonte, Malawi aparezca señalado como un
conflicto armado en ciernes. El viejo camaleón, como se llamaba al país por su
capacidad de mutar su sistema político, parece condenado al enfrentamiento.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span lang="ES">En este contexto
político nacional, y en una población rural del sur del país llamada Thyolo
Boma, surge una asociación de campesinos que comienza a crecer. Su nombre,
Organización Popular de la Tierra (OLP por sus siglas en inglés), rinde
claramente homenaje a la vieja OLP palestina, y es liderada por Vincent
Wandale, originario de Thyolo. Wandale había salido de allí hacía unos años para
formarse en cuestiones agrícolas, ha tenido responsabilidades administrativas a
nivel profesional y regresa a Thyolo casi por casualidad. Creará la OLP en 2009
y acumulará hasta 10.000 miembros, la mayoría campesinos que han de trabajar
asalariados en la tierra de otros, cuando no campesinos sin trabajo ni tierras.
Pagan una cuota a cambio de un sueño material muy concreto: conseguir el
reparto de las tierras no trabajadas del pueblo, a razón de 0,1 hectáreas cada
uno. Mil hectáreas de tierras repartidas, sobre una disponibilidad de 25.000
que no están cultivadas, sólo en Thyolo.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span lang="ES">Es por este
objetivo que, coincidiendo con el festivo nacional en honor a la primera
movilización por la independencia, el 15 de Enero de 2014 la OPT se manifiesta
por las calles de Thyolo. Todo transcurre de manera pacífica hasta llegar al
edificio gubernamental. Allí, la policía nacional les está esperando. Lanzan
botes de gas lacrimógeno y reprimen la manifestación. Como resultado, seis
personas mueren a causa de las heridas creadas en las cargas. Ante la negativa
a negociar por parte del gobierno, y la represión ejercida por la policía, la
OPT realizará una declaración solemne de intifada campesina, anunciando el
autoreparto de las 25.000 hectáreas entre los campesinos sin tierra de la
región. <span> </span>Al mismo tiempo, Wandale
desplegará una estrategia de crecimiento de la OPT a nivel nacional. El
objetivo es claro, situar la reforma agraria de nuevo en la agenda, aprovechar
las debilidades e inestabilidad gubernamental, aún a riesgo de incrementar el
conflicto. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span lang="ES">La lucha
electoral entre Banda y Mutharika termina con este último en el poder. Joyce
Banda reconoce su derrota, y con ello evita un posible enfrentamiento. Nuevamente
el camaleón vuelve a mutar el color de su piel para subsistir y evitar su
derrumbe. La apuesta de Wandale a nivel nacional no ha terminado por
fructificar, ya que su crecimiento no es el esperado. Además, el gobierno de
Banda le ha llegado a limitar su registro legal a nivel estatal, lo que le
impide poder extender sus actividades. Vencido, a Wandale se le fuerza a
mudarse a vivir a la zona más remota e inaccesible de Thyolo a finales de 2014,
con lo que el movimiento parece perder fuerza. La OPT es finalmente derrotada,
y la reforma agraria que tantos y tantas malauíes esperan, queda olvidada. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><b><span lang="ES">Lo rural en la tercera ola de movilizaciones
africanas<o:p></o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal"><span lang="ES">El episodio de la
intifada en Thyolo permite, sin embargo, hacer visible el ámbito rural en este
despertar de los movimientos sociales africanos que ha traído la segunda década
del siglo XXI. La inmensa mayoría de estos movimientos o tienen o parecen tener
un <i>leitmotiv</i> principalmente político,
persiguiendo aumentar los límites de la democracia existente. También parecen
ser un fenómeno principalmente urbano. Sin embargo, la intifada malauí nace del
ámbito rural y con un foco en las condiciones materiales de vida. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal"><span lang="ES">Los movimientos
rurales han sido tradicionalmente omitidos de la historiografía y el análisis
sobre la región subsahariana. Se reconoce la importancia de la alianza urbano-rural
que generó los movimientos nacionales por la independencia, pero se centra el
foco en las luchas sindicales de las ciudades. Lo mismo sucede con la
explicación de esta tercera ola de protestas subsaharianas. Sin embargo, Davide
Chingò, investigador de la Universidad de Bolonia, asegura que la creciente
competencia por la tierra o por los recursos naturales en África Subsahariana,
incrementará la politización y la movilización de las zonas rurales y de la
población campesina. Más aún en un contexto de cambio climático. De esta
manera, frente a la demanda de mejora en los derechos políticos que parece
sostener las movilizaciones en las ciudades africanas, el ámbito rural pone
énfasis en la protesta por los derechos económicos, la cual puede propiciar
cambios más estructurales tanto en los diferentes Estados, como en toda la
región. <o:p></o:p></span></p><br />Fernando Díaz | elsituacionistahttp://www.blogger.com/profile/04622410604657147745noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-19042970.post-9810457044619568812020-04-14T18:26:00.000+01:002020-05-04T18:34:17.160+01:00Luces y sombras de la COVID19 en África Subsahariana<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgAJrTgt7b7eQDFBpfIS8Hu2v7dCC5T2rX5-eVO99K1jx_TLr5iIMTXNsEElKtHV7O7bUvQwlkbMgIIO1FpfoAIY9Aj_Ns-j2L5xEHBttRxuvvuiFIv4R6DxqQEB2DjXFP9kL3h/s1600/49834249446_d4a4c2d380_k.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: auto; margin-right: auto;"><img border="0" data-original-height="1076" data-original-width="1600" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgAJrTgt7b7eQDFBpfIS8Hu2v7dCC5T2rX5-eVO99K1jx_TLr5iIMTXNsEElKtHV7O7bUvQwlkbMgIIO1FpfoAIY9Aj_Ns-j2L5xEHBttRxuvvuiFIv4R6DxqQEB2DjXFP9kL3h/s1600/49834249446_d4a4c2d380_k.jpg" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Controles de COVID19 en Madagascar - Foto World Bank / Henitsoa Rafalia - CC</td></tr>
</tbody></table>
<br />
Lesoto es el único país africano que, en el momento de escribir este artículo, aún no ha reportado ningún positivo de COVID19. En todo el continente, el nuevo coronavirus ya es una realidad, con más de 13.000 casos confirmados de COVID19. Sudáfrica, el país más afectado, ya supera los 2.000 contagios.<br />
<br />
Las cifras no parecen muy relevantes si se comparan con las de otras regiones. Más aún si se tiene en cuenta que el primer caso detectado en el continente africano, en Egipto, se oficializó a mediados de Febrero de 2020. Pero la realidad detrás de los números es más significativa. Los sistemas de salud africanos no están detectando todos los casos y en muchos países ya es una certeza que el contagio comunitario es más mucho más grande que las cifras oficiales. Aún así, por ahora, la expansión de la COVID19 en África está siendo más lenta que en otras regiones porque se tomaron medidas muy rápidamente que han funcionado bien a la hora de ralentizar el estallido de la pandemia. Entre ellas destaca el cierre coordinado de fronteras y los protocolos de detección precoz en aeropuertos. En este sentido, la epidemia del ébola que se vivió hace sólo cinco años en la zona occidental de África ha ayudado a preparar a los países para afrontar la COVID19.<br />
<br />
La mayoría de los países africanos han decretado el confinameinto. Sudáfrica, por ejemplo, ha anunciado un confinamiento de 21 días. Otros países, como Senegal, Kenia o Madagascar, practican confinamientos en determinados horarios, que obligan a las personas a pasar 12 horas diarias en casa, permitiéndolas salir durante el día a trabajar antes de iniciar el toque de queda. Casi todos los países han decretado el estado de alarma o emergencia. Los efectos, sin embargo, se están notando, y hay que diferenciar tres ámbitos claros en los que la pandemia puede cambiar radicalmente la realidad africana.<br />
<h4 style="text-align: left;">
Una población muy joven</h4>
Obviamente, el primero es el ámbito de la salud. En oposición a los discursos catastrofistas que pronostican un impacto de la COVID19 en África más grande que en los países europeos, hay elementos que juegan a favor de la superación de la crisis. Uno de ellos, que está resultando vital a la hora de animarse a tomar decisiones políticas que permitan avanzarse a los impactos de la pandemia y sensibilizar a la población es la ya mencionada experiencia con un virus más legal, como es el ébola. Otro factor a favor de una superación positiva es la demografía, ya que África tiene una población mayoritariamente joven y la COVID19 tiene efectos mucho más letales en personas mayores. Por último, y aún más importante, hay que mencionar la importancia de la comunidad.<br />
<br />
Como se vio durante la epidemia de ébola de 2015, las redes solidarias de las comunidades son claves en el contexto africano para afrontar los problemas de salud como la COVID19. Estas redes acostumbran a ser el primer punto de atención en salud y detección precoz. También son importantes a la hora de la difusión de la información, el combate de las noticias falsas y la aportación de información donde el sistema estatal no es capaz de llegar.<br />
<h4 style="text-align: left;">
Sistemas de salud débiles</h4>
A los factores positivos, sin embargo, hay que confrontarlos con debilidades en las que los países africanos tienen las de perder. Los sistemas de salud, por ejemplo, no parecen estar preparados para los efectos de la COVID19. Hay pocas camas de UCI o respiradores en toda la región, no hay una red sanitaria extensa en todos los territorios, ni un número elevado de personal sanitario, el cual no podrá ser reemplazado por otro si enferma.<br />
<br />
La COVID19, además, tendrá que convivir con otras epidemias como el VIH, la tuberculosis, la malaria o, en el caso del noreste de la República Democrática del Congo, una epidemia de ébola que justo estaba a punto de darse por finalizada después de dos años.<br />
<br />
También hay que destacar el problema de la capacidad real de los confinamientos para aislar físicamente a las personas. Hay contextos en el que las medidas de distanciamiento físico son literalmente imposibles, como son los casos de los slums africanos, donde centenares de personas viven en asentamientos sin acceso al agua o al saneamiento. Los confinamientos, además, implican tener que elegir entre comer o quedarse en casa. La gran mayoría de las personas de los países africanos viven al día, esperando encontrar un empleo informal que les permita ganar el dinero para el día siguiente, sin capacidad de ahorro y, por tanto, sin adaptabilidad a las órdenes de permanecer en casa.<br />
<br />
La paralización de la economía está teniendo un impacto mucho más negativo en los países africanos que en otros. Se prevé que la región subsahariana se enfrente a la primera recesión generalizada en el último cuarto de siglo. La diferencia con otras crisis económicas en África es que ésta coincidirá en el tiempo con la de aquellos países con más peso internacional, los que podrían aliviar la carga africana, especialmente respecto a su (maldita) deuda, para la cual no hay mecanismos de condonación y sólo quedan buenas intenciones.<br />
<br />
La salida de esta situación parece que será la de profundizar en la zona de libre comercio intra-africana, y ya hay quien pide finalizar de golpe y urgentemente el 90% de los aranceles que el acuerdo AdCFTA se había fijado eliminar progresivamente. La dicotomía, como tantas otras veces en la historia de África, pasa por entregar las economías del continente al desarrollo global, donde tantas cosas pierde, o al crecimiento autocentrado que permita la recuperación económica en términos africanos. Y ahora se está en mejor posición para tomar este último camino.<br />
<h4 style="text-align: left;">
Tentaciones autoritarias</h4>
La combinación de crisis de salud y de la economía ha hecho que se pronostiquen situaciones de caos y desestabilización política en los Estados africanos. La filtración y posterior publicación por parte de Le Monde Diplomatique de una nota de análisis del servicio exterior francés donde se apuntaba que esta crisis podía acabar con un escenario de revueltas generalizadas en África, podría estar más pensada para legitimar política y públicamente los rasgos autoritarios que determinados gobiernos están demostrando a la hora de gestionar la crisis, más que como un pronóstico real y plausible.<br />
En el poco tiempo de COVID19 que llevamos, Alpha Condé, en Guina, ha continuado con la reforma constitucional vía referéndum -llamando a las urnas en mitad de la crisis sanitaria- para así poder alargar su mandato y presentarse de nuevo a las elecciones de finales de año. En Uganda, la crisis del COVID19 se está utilizando para perseguir aún más a la comunidad homosexual. Y tanto en Kenia como en Sudáfrica, la policía está tomando control de las calles de manera autoritaria.<br />
<br />
Los gobiernos africanos están tomando medidas autoritarias, cancelando el derecho de huelga o de manifestación, imponiendo decisiones por la fuerza o utilizando la crisis para esconder informaciones peligrosas para el régimen político. El peligro, entonces, consiste en que estas medidas lleguen para quedarse, que la crisis de la COVID19 acabe derivando en un estado de emergencia normalizado, que las medidas excepcionales no lleguen a ser revertidas una vez haya pasado todo, y que la normalidad de unos sistemas democráticos que ya tenían muchas debilidades acabe derivando en un refuerzo del autoritarismo presidencialista, y no en un control democrático por la vía legislativa y popular.<br />
<br />
<br />
<b>---</b><br />
<br />
Este artículo fue publicado originalmente en catalán en el número 498 de La Directa, así como en su web, bajo el título Llums i ombres de la COVID19 a l’Àfrica Subsahariana.<br />
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<br /></div>
</div>
Fernando Díaz | elsituacionistahttp://www.blogger.com/profile/04622410604657147745noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-19042970.post-44366843116311681322019-10-17T14:58:00.001+01:002019-10-17T15:00:17.573+01:00Crisis, liderazgos y un Tsunami popular<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjay2mLk4FsnAAM2S5mYB3Su98XrXyy0FnlMRtkQkL2bbRkFqaStbvQSiMZ2gWnQY5o-JL4vGlY7sv6QJM87ejYwwJv2w-RPjiOQ_mFAxqYUZc9CccR6qT8gT3q8X5z35mJWocM/s1600/Via+Laietana.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1600" data-original-width="740" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjay2mLk4FsnAAM2S5mYB3Su98XrXyy0FnlMRtkQkL2bbRkFqaStbvQSiMZ2gWnQY5o-JL4vGlY7sv6QJM87ejYwwJv2w-RPjiOQ_mFAxqYUZc9CccR6qT8gT3q8X5z35mJWocM/s400/Via+Laietana.jpg" width="185" /></a></div>
Comencemos esto por lo verdaderamente importante: nueve años de prisión, nueve, para dos activistas sociales por haber convocado manifestaciones pacíficas, y por haberlas disuelto. Once años, once, para la presidenta del Parlamento (literalmente, acción de parlamentar, de hablar), por haber permitido que se hablara de todo en la cámara catalana. Y hasta trece años de prisión, trece, por haber puesto unas urnas y permitido que se pudiera votar. Y otra víctima más, coyuntural pero necesaria para la acción de la justicia española: el derecho de manifestación, que ha quedado abierto en canal y a expensas de que cualquier juez, cualquiera, vea en alguna otra manifestación pacífica, como las que hubo en Catalunya, como las que paran desahucios, una violencia intrínseca.<br />
<br />
En este contexto, las manifestaciones de estos días en Barcelona son utilizadas por el Estado y sus mecanismos de propaganda para tapar la gravedad de la sentencia y de la venganza cometida. El humo de los contenedores quemados impide ver que, en realidad, lo que hay detrás de las manifestaciones en una crisis de la legitimidad del sistema. Un hilo que, curiosamente, conecta las dos últimas generaciones políticas que ha tenido este país.<br />
<br />
<br />
<a name='more'></a><br />
<b><br /></b>
<b>Las crisis de legitimidades</b><br />
<br />
En 2010, la paralización de la política en favor de la aplicación de la disciplina económica<br />
colapsó el sistema democrático. El 15M, un año después, fue la consecuencia inevitable de la<br />
desconexión del régimen político de la vida de sus ciudadanos. En Catalunya, esa crisis de<br />
legitimidad por las condiciones materiales vino acompañada de otra crisis de legitimidad, la del<br />
sistema autonómico, debido a la sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatut. Crisis<br />
de legitimidad del sistema económico, del sistema político y del sistema social.<br />
<br />
La realidad es que los acontecimientos de 2010-2011 ya nos pillan lejos, pero de aquellos<br />
lodos, estos barros. El sistema no fue capaz de redactar–más bien no quiso- un nuevo acuerdo,<br />
para restaurar la legitimidad, y pensó que a base de doctrina del shock y palos, conseguiría<br />
recuperar el control de la situación. Pero no.<br />
<br />
Las calles de Barcelona se llenan de jóvenes que han perdido el miedo, que se socializaron<br />
políticamente un 1 de octubre de 2017. Las escuelas son sus plazas. E igual que a la generación<br />
del 15M, los antidisturbios y la violencia policial les has ayudado a perder la inocencia. La<br />
violencia en los colegios electorales el día del referéndum constituye su desalojo generacional<br />
de la Plaça Catalunya. Pero, a diferencia de la generación 15M, la generación 1O ha visto cómo<br />
el Estado se ha ensañado con sus líderes o portavoces. Sólo desde esta constatación se puede<br />
comenzar a intentar entender los disturbios de Barcelona.<br />
<br />
Al mismo tiempo, el deterioro de la política institucional catalana ha contribuido a generar otra<br />
crisis de legitimidad. Hasta el 21 de diciembre de 2017, fecha de las elecciones forzadas por el<br />
155, la crisis de legitimidad política en Catalunya no había afectado a las instituciones<br />
catalanas. De hecho, una parte de la respuesta social durante el 20 de Septiembre de 2017 se<br />
puede explicar por el hecho de sentir estas instituciones propias como vulneradas por la policía<br />
española.<br />
<br />
<b>El fracaso de los liderazgos</b><br />
<br />
La fecha clave para entender qué está pasando en la política catalana es la del día de la que iba<br />
a ser la restitución del President Pugdemont. Ganar las elecciones con ese único objetivo y no<br />
cumplirlo por incapacidad y falta de voluntad, acabó eliminando el liderazgo institucional. La<br />
paralización del Govern del dúo Torra-Aragonés es sólo una consecuencia más de esta crisis de<br />
legitimidad de las instituciones catalanas, que además tampoco ha querido afrontar de cara la<br />
crisis social y de condiciones de vida. Ni Puigdemont se presenta a la investidura de finales de<br />
Enero, lo que podría entenderse como una continuación del llamado mandato del 1 de<br />
Octubre, ni el dúo Torra-Aragonés logra activar ninguna política de recuperación de otro<br />
mandato, el del 3 de Octubre, mucho más integrador y con mayor potencia movilizadora. Los<br />
tres, y sus acólitos, se refugian tras el juicio en el Tribunal Supremo y, cuando éste acaba, la<br />
cortina que los escondía cae, emerge la figura de un enorme capital político como el de Jordi<br />
Cuixart, y se demuestra que Puigdemont, Torra o Aragonés no son nada.<br />
<br />
Así que al quedar en evidencia, la única respuesta que se les ocurre es la de intentar liderar la<br />
ola –ahora ya convertida en tsunami-, pero el juego de las comparecencias de prensa<br />
animando a manifestarse ya no funciona, y vuelven a probar el recurso de los políticos débiles:<br />
jarabe de palo, disciplina. Todo con tal de desmovilizar. Estrategia compartida por Moncloa y<br />
por Sant Jaume, como en Octubre de 2017. ¿No queríais unidad de acción?<br />
<br />
En paralelo, las izquierdas españolas se muestran perdidas. Madrid, y tantas plazas por toda la<br />
geografía, pasaron por encima de sus líderes para ocupar el espacio público en solidaridad con<br />
el abuso de poder del Estado. Pero el marco discursivo, líquido elemento de sus líderes<br />
político-institucionales, no permite moverse ni un ápice de la foto principal: los presos políticos<br />
catalanes algo habrán hecho, la burguesía catalana noséqué, el independentismo y el bloque<br />
fascista español se retroalimentan.<br />
<br />
<b>Un 3O estatal: el necesario tsunami</b><br />
<br />
Continuidad o ruptura, decíamos en 2015. Ahora la dicotomía ha cambiado. Involución o<br />
ruptura. Las piezas en que se rompió el régimen durante los años 2010-2011 están ahora<br />
predispuestas para volverse a juntar. Pero del mismo modo que la economía saliente de la<br />
crisis no está siendo la misma que la de antes, o no volverán los derechos perdidos, los<br />
principios de este nuevo régimen no se basan en el acuerdo político y la construcción de<br />
sociedades cohesionadas. Al contrario, la involución del régimen se basa en el enfrentamiento<br />
y la adhesión incondicional a una ideología de Estado. La Nueva Política quedó en un cambio<br />
de siglas, con líderes institucionales, de izquierdas o independentistas, tan alejados de la<br />
realidad como antes, atrapados entre su forma de vida y los márgenes de la política neoliberal,<br />
sosteniendo consciente o inconscientemente un sistema que les alimenta.<br />
<br />
Frente a ellos, las plazas de nuevo. No en su formato idealizado –y naïf- de 2011. No en su<br />
formato controlado tipo yincana –y también naïf- de los 11S. Sino en un nuevo formato de<br />
solidaridad entre pueblos. Siendo generosos en objetivos que no tienen por qué ser<br />
compartidos, pero firmes en las estrategias de lucha contra el régimen. La ocupación del<br />
espacio público, la movilización permanente, el Tsunami democrático, ha de ser capaz de pasar<br />
por encima de los actuales liderazgos de la izquierda española y del independentismo catalán.<br />
Arrasar con ellos para generar unos nuevos, llenos de capital político y con la firme voluntad<br />
de construir una, dos o las repúblicas que hagan falta.</div>
Fernando Díaz | elsituacionistahttp://www.blogger.com/profile/04622410604657147745noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-19042970.post-19843122537393117602019-03-03T18:29:00.002+01:002020-05-20T15:24:44.961+01:00La normalización del desahucio y el declive de nuestras expectativas<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgfKuwOBAd_Mv7eE7zjXqI4Q9D5MoqrDrPf_-X4lUYruD-1KOOKLM-TN4DLmim8WXDiqrIFc4WlWzEjdQDaO33eIesZQb1KzGiLdNqqa4404PuURvIWZ9DEzRKW-rVb7ZenzSNc/s1600/Bernad+Spragg+NZ.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="1151" data-original-width="1600" height="287" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgfKuwOBAd_Mv7eE7zjXqI4Q9D5MoqrDrPf_-X4lUYruD-1KOOKLM-TN4DLmim8WXDiqrIFc4WlWzEjdQDaO33eIesZQb1KzGiLdNqqa4404PuURvIWZ9DEzRKW-rVb7ZenzSNc/s400/Bernad+Spragg+NZ.jpg" width="400" /></a></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-ansi-language: ES;">Explica Mathew Desmond, <a href="https://capitanswing.com/libros/desahuciadas/"><span style="text-decoration: none; text-underline: none;">en su libro sobre desahucios en los Estados Unidos</span></a>,
que las personas que acaban de perder su vivienda de alquiler se enfrentan a
una pregunta el día del desahucio: <i style="mso-bidi-font-style: normal;">¿Camión
o calle?</i> La formula el policía que acompaña la comitiva, entre la que se
incluye el personal de una empresa de mudanzas. Si la persona elije <i style="mso-bidi-font-style: normal;">camión</i>, los de la empresa de mudanzas
meterán todos los muebles y todos sus enseres en el camión de la mudanza, y se
lo llevarán a uno de sus almacenes. Allí le custodiarán todas sus pertenencias,
debiendo realizar pagos periódicos para garantizar que quiere recuperarlo todo.
Si deja de pagar, todas sus posesiones pasarán a <a href="https://www.google.com/search?q=programas+tv+subastas&oq=programas+tv+subastas&aqs=chrome..69i57j0l2.4935j0j4&sourceid=chrome&ie=UTF-8"><span style="text-decoration: none; text-underline: none;">una de esas subastas que
tantos programas de televisión alimentan</span></a>. Por el contrario, si elige
calle, todas sus pertenencias serán depositadas en la acera, junto al portal de
la que, hasta ahora, era su casa.</span><br />
<span style="mso-ansi-language: ES;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-ansi-language: ES;">En ocasiones, estos
desahucios pueden tener lugar sin que todas las personas que viven en la casa
estén presentes. Puede pasar que, de las dos familias que comparten el piso,
una de ellas haya salido a buscar trabajo –o piso- y, a su regreso, se
encuentre con todas sus posesiones en mitad de la calle. Quienes hayan visto <i style="mso-bidi-font-style: normal;"><a href="https://es.wikipedia.org/wiki/Orange_Is_the_New_Black"><span style="text-decoration: none; text-underline: none;">Orange is the New Black</span></a></i>,
quizás repararon en aquella escena en donde <a href="https://g.co/kgs/6zctDS"><span style="text-decoration: none; text-underline: none;">Aleida</span></a> es
desahuciada.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-ansi-language: ES;"></span><br />
<a name='more'></a><span style="mso-ansi-language: ES;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-ansi-language: ES;"><b>Maneras de subsistir</b></span><br />
<span style="mso-ansi-language: ES;"><br /></span>
<span style="mso-ansi-language: ES;">La pregunta aquí sería
por qué una persona que se enfrenta a una orden de desahucio llega a apurar
tanto el tiempo de la mudanza que acaban por desahuciarla en unas condiciones
tan grotescas. En su muy recomendable libro, Desmond cuenta cómo de caro sale
ser desahuciado, y cómo de caro sale mudarse. La situación de pobreza que viven
las personas que pasan por las páginas del libro es tan grande –y, ojo, tan
poco excepcional- que muchas de esas personas lo único que pueden reunir es
dinero para la mudanza y los primeros meses. Después dejan de pagar, ahorran lo
que pueden para entrar en otro piso, y dejan de pagar al poco tiempo de entrar
en él. Así hasta el próximo desahucio. Sin posibilidad de pagar un alquiler de
manera continuada y estable. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-ansi-language: ES;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-ansi-language: ES;">La situación que describe
Desmond, de familias que se van <i style="mso-bidi-font-style: normal;">especializando</i>
en cambiar de vivienda cada pocos meses y acumular desahucio tras desahucio, no
nos debería ser tan lejana. Una especialista en el barrio céntrico de Barcelona
me explicaba hace poco que cada vez conoce más familias que se ven obligadas a
vivir así. Mudándose a una vivienda, dejando de pagar un par de meses, esperar
el desahucio mientras ahorran el poco dinero que pueden para pagar los costes
de la mudanza, la nueva fianza y los dos o tres primeros meses de alquiler. Y
de un piso a otro, hasta que la rueda se rompe y acaban ocupando un piso, previo
pago de los <i style="mso-bidi-font-style: normal;">servicios</i> de una red de ocupaciones.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-ansi-language: ES;"><br /></span>
<span style="mso-ansi-language: ES;"><b>Maneras de resistir</b></span><br />
<span style="mso-ansi-language: ES;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-ansi-language: ES;">Estas situaciones me
hacían pensar en aquella <i style="mso-bidi-font-style: normal;">condición
póstuma </i>ilustrada de la que habla Marina Garcés en su <i style="mso-bidi-font-style: normal;"><a href="https://www.anagrama-ed.es/libro/nuevos-cuadernos-anagrama/nueva-ilustracion-radical/9788433916143/NCA_4"><span style="text-decoration: none; text-underline: none;">Nueva ilustración radical</span></a></i>.
Para ella, hemos bajado tanto el listón de lo moralmente aceptable, que ya no
nos conmueve o indigna este tipo de situaciones. Desmond también lo explica: en
la anterior situación de emergencia habitacional generalizada que vivió Estados
Unidos, tras el crack de 1929, la movilización popular por los desahucios era
tal que se lograba evitar la gran mayoría. Los vecinos y vecinas, al ver que
una familia iba a ser desahuciada, se interponían en masa frente a la policía,
y evitaban que alguien tuviera que abandonar su hogar. Aquí ha pasado lo mismo. </span></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Hubo un tiempo en que las PAH acumulaban muchísimas personas frente a las casas
de los amenazados de desahucio por no pagar su hipoteca, y ahora lo hacen por
el alquiler. Pero no ha habido una huelga generalizada en el pago de los
alquileres, por ejemplo, como <a href="http://www.ateneuenciclopedicpopular.org/tag/vaga-de-lloguers/"><span style="text-decoration-line: none;">sí hubo en los años 30 del
siglo pasado</span></a>. Las redes de solidaridad se extienden, y no es poco,
entre algunas de las personas afectadas. Pero pocas veces llegan a una mayoría
de los afectados, y casi nunca rompen ese círculo.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-ansi-language: ES;">Se normaliza la tragedia,
hasta el punto de que la persecución de la escasa resistencia a lo trágico se
acaba institucionalizando. Hace bien poco, las entidades y movimientos que
trabajan en defensa de las personas desahuciadas en Barcelona <a href="https://pahbarcelona.org/es/2018/12/26/manifest-contra-els-desnonaments-oberts-2/"><span style="text-decoration: none; text-underline: none;">han denunciado públicamente la
existencia de una nueva fórmula de desahucio: los desahucios con fecha abierta</span></a>.
Consiste en una sentencia de desahucio que no fija un día y una hora para
ejecutarse, sino que se pueden activar sin previo aviso. La estrategia del
tribunal pasa por evitar la paralización del lanzamiento por la presencia de
movimientos sociales que lo impidan. Se produce así un acto de indefensión de
la persona desahuciada, porque al no saber qué día debe dejar la vivienda,
puede sucederle que marche a trabajar, a la oficina del paro o, simplemente, a
comprar pan, y cuando vuelva ya no tenga casa. O puede suceder, cuando la
tragedia se convierte en esperpento, que <a href="https://catalunyadiari.com/successos/banc-pist-tapiat-menors-barcelona"><span style="text-decoration: none; text-underline: none;">el desahucio acabe tapiando a
dos menores en el hogar de la persona desahuciada</span></a>. Todo vale en
defensa de la propiedad y frente al derecho a la vivienda.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-ansi-language: ES;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-ansi-language: ES;"><b>Capitalismo humano contra la vida</b></span><br />
<span style="mso-ansi-language: ES;"><br /></span>
<span style="mso-ansi-language: ES;">La nueva naturaleza del
sistema, como </span><span lang="CA"><a href="https://www.eldiario.es/economia/vivienda-sistema-funcione-funcionando-perfectamente_0_868263398.html"><span lang="ES" style="mso-ansi-language: ES; text-decoration: none; text-underline: none;">dice
David Madden</span></a></span><span style="mso-ansi-language: ES;">, consiste en generar
beneficios a partir de la emergencia habitacional. Es como <a href="https://www.youtube.com/watch?v=Nt44ivcC9rg"><span style="text-decoration: none; text-underline: none;">aquello que explicó Naomi Klein</span></a> sobre el
conflicto entre el Estado de Israel y Palestina. Tradicionalmente, la economía
israelí sólo podía crecer en periodos de paz –relativa, dentro de este
conflicto-, hasta que un día descubrió que podía crecer –y hacerlo mucho más
fuertemente- gracias a ese conflicto. Que cuanto más grande era el conflicto, mejor
le iba. El sistema de vivienda que ha resultado de la crisis de 2008 ha
descubierto lo mismo, y nada le va a parar en los próximos veinte o treinta
años, porque ha invertido y jugado su apuesta en el largo plazo y, en el
capitalismo de casino, ellos son la banca. No hay reconciliación posible entre
el capitalismo neoliberal actual y el derecho a la vivienda. No se puede hacer <i style="mso-bidi-font-style: normal;">más humano </i>a ese capitalismo de
desposesión, <a href="https://www.akal.com/libro/ciudades-rebeldes_34922/"><span style="text-decoration: none; text-underline: none;">como lo llama David Harvey</span></a>.
<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-ansi-language: ES;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-ansi-language: ES;">Pero, en este contexto,
nos empeñamos en seguir la vía de la <i style="mso-bidi-font-style: normal;">humanización</i>.
No queremos parecer los radicales que deberíamos ser. Queremos ser considerados
hombres –y mujeres- serios, responsables, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">de
orden</i>. Y es por eso que proponemos más construcción de vivienda, o una
regulación de los precios abusivos del alquiler, o cinco años de contrato en
lugar de tres. Y también es por eso que nos hemos olvidado de la expropiación,
de vincular el debate sobre el derecho a la vivienda a las políticas europeas
de competencia y control presupuestario, del control de rentas y el alquiler
obligatorio. Es por esto que nos hemos olvidado de las medidas y los debates más
radicales, pero también más urgentes. <o:p></o:p></span></div>
<br /></div>
Fernando Díaz | elsituacionistahttp://www.blogger.com/profile/04622410604657147745noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-19042970.post-35139842413468168852018-12-08T05:00:00.000+01:002018-12-24T17:27:04.461+01:00Del país del 15M al país de Vox<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi_QVCub_b6pAy-B3IJXJtu6n0FDTRFTpzrVKfWb_xnIDGQRlkdDwbuFN3kctB7QL-0qUqqaUjRzFAqbMmU6Zawvf2_mwx__THOmspTqMLp8wv0rrivrqSdtIFxStj7oYLNWBUk/s1600/we+go.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="640" data-original-width="480" height="400" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi_QVCub_b6pAy-B3IJXJtu6n0FDTRFTpzrVKfWb_xnIDGQRlkdDwbuFN3kctB7QL-0qUqqaUjRzFAqbMmU6Zawvf2_mwx__THOmspTqMLp8wv0rrivrqSdtIFxStj7oYLNWBUk/s400/we+go.jpg" width="300" /></a></div>
<div class="MsoNormal">
<i>La izquierda no ha profundizado en la democracia, no ha creado estructuras fuera de la institución, la han domesticado. E incluso se ha centrado tanto en la política de arriba que ha reforzado a los medios de comunicación como la herramienta de doctrina del régimen. Y por eso ahora no tiene medios para marcar el paso del debate, porque hoy son los Ferreras y las Griso quienes marcan la agenda y dan voz a unas ideas u a otras, cuando en 2015 Podemos era capaz de utilizarlos para marcar línea.</i></div>
<br />
<div class="MsoNormal">
</div>
<a name='more'></a><br />
<br />
<div class="MsoNormal">
¿Qué queda del país del 15M, cuando en Andalucía hay 12 diputados de una fuerza de ultraderecha? Quedan varias cosas. La primera, una dispersión del voto hacia la derecha que tiene su origen en uno de los principios del 15M: “no hay pan para tanto chorizo”. La corrupción ha pasado factura al partido con más imputados, y ha permitido una disgregación del voto de derechas como nunca antes había ocurrido desde el fin de UCD.<br />
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Hay quien dice que también queda aquella idea de los de arriba contra los de abajo, y que ese es uno de los motivos del ascenso del nuevo franquismo. Pero aquí hay que elegir. O el ascenso de Vox es una consecuencia de la fragmentación del voto de derechas, o lo es del surgimiento de un nuevo fenómeno. Ambas explicaciones son incompatibles y, desde aquí, se ve más veracidad a la idea de la fragmentación.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b>Democracia Real Ya</b></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Junto a las ideas de lucha contra la corrupción o de los de arriba contra los de abajo, el 15M trajo un lema que, en realidad, trascendía a los otros: democracia real ya. En estas tres palabras se aglutinaba el sentir de un movimiento que fue ampliamente simpatizado por la sociedad, y que, durante meses, trajo de cabeza a los tecnócratas de PP, PSOE e IU, preguntándose cómo podían capitalizar el movimiento en votos.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
La historia es bien conocida. Ninguno de los tres viejos partidos logró convertir ese malestar colectivo en votos. En cambio, lo que empezó siendo una OPA a IU de la Comunidad de Madrid -¡Tania presidenta!-, terminó por constituirse en una nueva fuerza política que repescaba la simpatía quincemayista y la transformaba en cinco diputados en el Parlamento Europeo.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Podemos se situó en una posición inmejorable para construir una democracia diferente. El impulso de las plazas acabó transformándose en círculos y debates online en los cuales se tenía el mismo problema que en Mayo de 2011: los viejos discursos se imponían por su constancia, y no por su convencimiento. Quienes llevaban décadas manejando el arte de la discusión –sin rédito político ni posibilidad ni voluntad de cambiar la praxis- hacían oír su voz por encima de la media. Frente a este escenario, los dos caminos a seguir eran bien claros: construir partido, o construir democracia. La historia del primer Vistalegre y su macho alfa es ya conocida.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Es por esto que resulta al menos curioso ver cómo son capaces de sorprenderse desde ese espectro político cuando se demuestra que sus discursos ya no generan tracción democrática. Vendido todo el pescado a cambio de construir una maquinaria electoral que se hiciera con el poder rápidamente, se terminó construyendo primero partido político –cabezas de lista provinciales elegidas por la sede nacional-, y después grupo parlamentario –con las ruedas de prensa de los lunes como gran arma política, por no decir la única. Y pasó que, cuando a alguien ahí dentro se le ocurría una idea, nada ni nadie había allí para convertirla en agenda política salvo la cámara de televisión. Y ésta enfoca sólo cuando quiere.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Porque otra hipótesis que hemos visto fracasar es la mediática. Ésta decía que había que ocupar tantos espacios en medios de comunicación de masas como fueran posibles. Pensando que se les estaba utilizando para construir una nueva hegemonía (sic), en realidad se les estaba rescatando. Los medios también sufrieron de una legitimidad en declive y aquí el 15M tuvo algo que ver. En mitad de esa crisis, los medios descubrieron que si exhibían a los nuevos líderes políticos, las audiencias subían. Y al calor de esta subida, fueron constituyéndose en referentes de la opinión pública y el nuevo sentido común –que nada tenía que ver con el sentido común del 15M. Hoy, los Ferreras y Grisos son los que ya no necesitan a Podemos para subsistir, y por eso se han podido permitir el año que llevan, dando voz a la Fundación Francisco Franco, o situando a Vox en escena. <a href="http://twitter.com/search?q=%23Operaci%C3%B3nHSM&src=typd" target="_blank">Legitimando la salida a la crisis desde las posiciones de derechas</a>. Releer los sesudos artículos de unos incipientes académicos, hoy señores diputados, sobre la construcción de poder contrahegemónico o sobre la centralidad del tablero daría para reír durante un rato, si en realidad la cosa no fuera para llorar.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<b>Instituciones democráticas de poder popular</b></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Así que se afronta un escenario en el que, después de 7 años y medio del 15M y tras 5 años de la revolución morada, no se ha construido ninguna institución política, social o económica que profundice en la democracia inclusiva y radical. Ni siquiera se ha canalizado la movilización política hacia otros sectores de construcción democrática, como el laboral. Y, durante todo este tiempo, el mensaje ha sido el de la ilusión en su doble sentido utópico y delirante. Porque se ha hecho creer que el cambio ya llegaba, con niveles altos de <a href="http://www.elsituacionista.org/2016/10/post-verdad-politica-naif-y-rupturismo.html" target="_blank">política naïf</a>, pensando que la democracia real estaría aquí cuando ellos –y sólo ellos- ganaran. Y porque, en realidad, la democracia real no se ha construido en ningún espacio, estando en las mismas o en peores condiciones que en 2011.</div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Con esta perspectiva, no es de extrañar que quienes un día creyeron hoy se hayan quedado en casa en las elecciones andaluzas. La abstención de 2018 ha sido sólo cuatro puntos mayor que la de 2012, en mitad de la crisis del sistema. La diferencia es que quienes se han quedado hoy en casa son aquellos que llevan años esperando que pasase algo, que su ilusión se transformara en nuevas instituciones. Son quienes llevan tiempo haciendo renuncias. Renuncias al control democrático de las estructuras. Al debate de ideas. A la elección real de los candidatos. En definitiva, a su poder popular. Todo, a cambio de la promesa de que era el camino para lograr un cambio que no ha llegado –porque, en realidad, el camino no era más que una hipótesis de laboratorio. </div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Y así ha pasado, que cuando era el turno de la solidaridad y la democracia, cuando se necesitaba tener un poder popular transformado en instituciones de fuerte raíz democrática, quienes han aparecido han sido el autoritarismo y la vieja guardia franquista, y se han merendado al partido vertical de la campaña relámpago. Y la ilusión en su casa, cansada de ser invocada para que nunca pase nada. </div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Foto de <a href="https://www.flickr.com/photos/anokarina/" target="_blank">Anokarina </a>/ Flickr</div>
<div>
<br /></div>
</div>
Fernando Díaz | elsituacionistahttp://www.blogger.com/profile/04622410604657147745noreply@blogger.com2tag:blogger.com,1999:blog-19042970.post-59031211878620401462018-05-01T09:52:00.000+01:002018-12-24T17:29:13.556+01:00Mandar el trabajo a hacer puñetas<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiDv-h6yDzimQ1fuU_nHGO_-iKi3c4A9Mc6Ay0P9yvBBJAHan42fuPkCwRcsV3myUgFQWei1gs8aiLm9t2EQdZb-2XSbyP7HgFcdvZ_T72e7TkGCPoo8OwoRf4VwcUt0XQHKZmp/s1600/cover-35247.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="775" data-original-width="500" height="320" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiDv-h6yDzimQ1fuU_nHGO_-iKi3c4A9Mc6Ay0P9yvBBJAHan42fuPkCwRcsV3myUgFQWei1gs8aiLm9t2EQdZb-2XSbyP7HgFcdvZ_T72e7TkGCPoo8OwoRf4VwcUt0XQHKZmp/s320/cover-35247.jpg" width="206" /></a></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-ansi-language: ES;">Todas y todos hemos
fantaseado con eso alguna vez. Levantarte de la mesa, ir al despacho de tu
jefe, y decirle que no vuelves más. Pero no tantas personas han continuado con
la fantasía. Más allá del portazo, ¿qué hay? Lo habitual, sería una vuelta a la
improductiva tarea de la búsqueda de empleo. Las facturas aprietan, y el
trabajo es la única manera de mantenernos a salvo de esa marea que crece sin
parar y que se llama pobreza. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">No money,
no lfe, </i>y <i style="mso-bidi-font-style: normal;">no work, no money.</i> Eso
parece ser, en última instancia, lo que nos mantiene atados a nuestras sillas
día tras día. El sociólogo David Frayne se empeñó en buscar a aquellas personas
que no sólo habían se habían levantado para ir al despacho del jefe, sino que
se habían marchado dando un portazo y habían decidido que no volverían a
trabajar nunca más. Nunca más.</span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-ansi-language: ES;"><b><br /></b></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-ansi-language: ES;"><b>Una ética para dominarlas
a todas<o:p></o:p></b></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-ansi-language: ES;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-ansi-language: ES;">El rechazo al trabajo
tiene la evidente connotación de rechazar la entrada de una cantidad de dinero,
más o menos constante, con la que sobrevivir y mantenerse a sí mismo y a la
familia. La primera consecuencia de este rechazo, entonces, parece ser
material. Pero nada más lejos de la realidad. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-ansi-language: ES;">Cuando Frayne se
entrevistaba con todas aquellas personas que, de una forma u otra, lograban
rehuir del trabajo, encontró que un rasgo común a todas ellas era su necesidad
de justificación delante de la persona con quien estaba hablando, y no tanto su
necesidad material. En cierto sentido, se sentían proscritos, necesitados de
una justificación social y moral que acogiera su nuevo estilo de vida. Incluso,
había quienes mentían en determinados contextos para no enfrentarse a la
pregunta de por qué no trabajaba. Y, sin embargo, todas las personas estaban
absolutamente contentas y convencidas de su decisión de no trabajar.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-ansi-language: ES;"></span></div>
<a name='more'></a><br />
<div class="MsoNormal">
Esta curiosa necesidad de
justificar la decisión que te está generando felicidad viene derivada de la
absoluta prominencia de la ética del trabajo sobre todas las éticas y modos de
vida posibles. La sociedad te dice que debes trabajar, y no hay vuelta de hoja.
La educación, las relaciones sociales e incluso las relaciones familiares se
centran en la consecución de un trabajo. Incluso, en contextos de trabajo
estable, trabajar durante más horas es considerado sinónimo de madurez,
responsabilidad e implicación.</div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-ansi-language: ES;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-ansi-language: ES;">En este contexto,
decidir, defender o explicar que no se quiere trabajar, te aleja del concepto
de persona, de la sociedad que te “ha creado”. La identidad social de una
persona que ha renunciado al trabajo queda anulada. Sólo hay que pensar que
vivimos en una sociedad que tiene un nombre para cada identidad relacionada con
el trabajo. Incluso para aquellas personas que se ven centrifugadas por el
mercado laboral temporal y parcial: trabajadoras precarias. Sin embargo, y a
pesar de que el lenguaje tiende a ocupar todos los rincones de los significados
sociales posibles, todavía no existe un término para quienes han rechazado el
trabajo. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-ansi-language: ES;"><br /></span></div>
<table align="center" cellpadding="0" cellspacing="0" class="tr-caption-container" style="margin-left: auto; margin-right: auto; text-align: center;"><tbody>
<tr><td style="text-align: center;"><a href="http://www.juliols.ub.edu/curso-verano/desigualdad-pobreza-exclusion-social" style="margin-left: auto; margin-right: auto;" target="_blank"><img border="0" data-original-height="435" data-original-width="774" height="359" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgPPHlHPW72fHPXVjnYnP3SrK-VxHuFQQVzs-arrrtoUlKe4P9HPj0U2oks1_NAyZqCRbXAbBmKgTDJAu7dcWVK4xk25D8HzhbRekpegWaRjYyb4gJ-umrU_2jlermgsNLiZFoQ/s640/Cartel+UB+Pob4.jpg" width="640" /></a></td></tr>
<tr><td class="tr-caption" style="text-align: center;">Sobre éste y otros temas, hablaremos en el curso de verano "Desigualdad, pobreza y exclusión social. Análisis de la realidad y propuestas de intervención". Puedes ver el programa del curso <a href="http://www.juliols.ub.edu/curso-verano/desigualdad-pobreza-exclusion-social" target="_blank">aquí</a></td></tr>
</tbody></table>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-ansi-language: ES;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-ansi-language: ES;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-ansi-language: ES;"><b>Trabajos de mierda<o:p></o:p></b></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-ansi-language: ES;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-ansi-language: ES;">Cuando el antropólogo
libertario David Greuber se encontró con un excompañero de instituto en el
aeropuerto, la primera pregunta más allá de los saludos protocolarios era
evidente: <i style="mso-bidi-font-style: normal;">¿A qué te dedicas?</i> La
respuesta de su viejo amigo dejó a Greuber sin habla. Su amigo consideraba que
se dedicaba a no hacer nada. Formalmente era abogado de empresas, y se dedicaba
a litigar con otros abogados de empresas sobre asuntos relacionados con derecho
de empresas. ¡Era algo que parecía importante! Sin embargo, su excompañero era
consciente de que su trabajo era autoreproducido. Es decir, que sólo tenía
sentido que él fuera abogado de empresas porque había otras empresas que
también tenían abogados. Sus tareas no producían nada. No generaban nada. Sólo
evitaban o causaban trabajo para otros abogados. Era, como luego lo llamó
Greuber en un famoso artículo, un trabajo de mierda.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-ansi-language: ES;">Algo parecido a la
existencia de los ejércitos. Todos los países quieren tener uno, y el motivo
que se aduce es que los otros países también lo tienen. De esta manera, sólo el
desarme generalizado y global posibilitaría que desaparecieran todos los
ejércitos del planeta. Una tarea más difícil de lo que podemos afrontar. Sin
embargo, no podemos pasar por alto que los países no sólo tienen ejércitos para
luchar contra otros ejércitos, sino que también los tienen para defenderse,
llegado el caso, de sus propios ciudadanos o ciudadanas. Es decir, para el
control social.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-ansi-language: ES;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-ansi-language: ES;">Tengo una amiga que,
cuando le preguntas por la utilidad de su trabajo, te responde con una
interesante teoría social. Para ella, el trabajo no debe tener un sentido en sí
mismo (aunque es evidente que ella prefiera que lo tenga), sino que el trabajo
existe para tenernos ocupados. Es un mecanismo de control social, no en el
sentido más evidente del término (que también), sino que, cuando ofrece una
seguridad material vital, permite que las personas vayan tirando con sus vidas
sin ningún contratiempo mayor que el retraso de la RENFE. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-ansi-language: ES;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-ansi-language: ES;">Lo que en realidad dice
Frayne, es que lo que provoca la cultura del trabajo en la que vivimos es la
anulación de nuestra capacidad para ser conscientes de a cuántas otras cosas
podríamos dedicar el tiempo que pasamos laborando. Es decir, en cuántas otras
cosas podríamos trabajar si no viviéramos imbuidos en la cultura del trabajo
asalariado.<o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-ansi-language: ES;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-ansi-language: ES;">Las personas que
entrevista Frayne son personas completamente activas. Escriben, pasean, cuidan
de otros o de sí mismos, crean grupos de apoyo y se relacionan de una manera
pausada con el mundo y con las personas que les rodean. Incluso, en muchas de
las ocasiones tienen un compromiso de vida fuera de la ideología del consumo. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-ansi-language: ES;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="mso-ansi-language: ES;"><b>Ya trabajas tú por mí<o:p></o:p></b></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span style="mso-ansi-language: ES;"><br /></span></i></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-ansi-language: ES;">Y todo esto me devuelve a
los 26 años cuando, recién mudado a Bilbao, presencié una escena en el casco
viejo que no olvidaré. Un chaval más joven que yo, tocaba la flauta en mitad de
la calle y pedía dinero a los transeúntes. Pasó por su lado un hombre mayor, de
unos 50 años, que le espetó a gritos <i style="mso-bidi-font-style: normal;">“¡Ponte
a trabajar!”. </i>A lo que el chaval contestó amablemente “<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Ya trabajas tú por mí”</i>. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-ansi-language: ES;">Esta respuesta podría
haber sido entendida como un acto de gorronería: trabaja tú y dame el dinero
que produzcas. Sin embargo, tras esa expresión sencilla se esconden algunas de
las reflexiones más interesantes sobre el trabajo asalariado. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-ansi-language: ES;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-ansi-language: ES;">Tener una jornada de 40
horas semanales es trabajar por otras personas. Ya que podrías trabajar menos
horas y así otra persona trabajaría las mismas que tú. Esta aparentemente
sencilla idea, la de repartir el trabajo entre todas las personas, es parte,
dice Frayne, de un viejo programa político que las izquierdas han olvidado y enterrado
en el desván de la Historia. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-ansi-language: ES;"><br /></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-ansi-language: ES;">Nuestro sistema político
y económico está cimentado sobre la gran victoria de la obligación del trabajo,
algo que hace varios siglos no pasaba. Y esta condena fue combatida durante
años por las fuerzas de representación de las personas trabajadoras. Las 8
horas diarias fueron el principal logro de estas luchas. De esta manera,
incluso Keynes calculaba que a principio del siglo XXI ya no se trabajarían más
de 20 horas semanales. Sin embargo, en algún punto de la segunda mitad del
siglo XX, decidimos olvidarnos de la necesidad de reducir la jornada laboral,
de combatir el trabajo asalariado. Y es esta renuncia, dice Frayne, el
principal escollo para poder provocar una política transformadora en nuestras
sociedades. Recuperar la vieja reivindicación de la reducción de la jornada
laboral, luchar contra la omnipresencia de la ética del trabajo, favorecer los
espacios de holgazanería, donde poder ser creativos o donde simplemente poder
ser, es un mecanismo revolucionario del cual deberíamos poder partir. <o:p></o:p></span></div>
<div class="MsoNormal">
<span style="mso-ansi-language: ES;"><br /></span></div>
<br /></div>
Fernando Díaz | elsituacionistahttp://www.blogger.com/profile/04622410604657147745noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-19042970.post-72803297606288386152018-04-15T00:00:00.000+01:002018-12-24T17:33:55.552+01:00Curso de verano - Desigualdad, pobreza y exclusión social<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<b>Análisis de la realidad y propuestas de intervención</b><br />
<br />
El polvo levantado por la crisis económica de 2007 se ha terminado de asentar, y es ahora cuando podemos mirar a nuestro alrededor y ver cuáles han sido las consecuencias y los impactos en nuestra sociedad de las reformas y contrarreformas que se han aplicado estos años.<br />
<br />
El presente curso tiene por objetivo analizar diversas formas y manifestaciones de la desigualdad, la pobreza y la exclusión social, conocer sus tendencias, sus impactos y los procesos de intervención social necesarios para ayudar a revertirlos.<br />
<br />
El enfoque del curso girará sobre cinco temas de especial relevancia, como son la ayuda alimentaria, la vivienda, los impactos en la familia y la infancia, las desigualdades en salud y la desigualdad y pobreza económica.<br />
<br />
Sobre cada tema, habrá una primera sesión que analizará la realidad y planteará los debates más recientes en la materia, y una segunda de carácter práctico, en la que se presentarán proyectos y modelos intervención.<br />
<br />
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhg0_dcSU2WcthXyjDbsh1fLsi6GsBPffMCBIajY2Ddtyh3bF3zjBW09nGT28B2xeEQLoSgh-pjHrWQw4gXKnPQYmmEZvrPbqiOvkApKmhxyTNBRaD3qJDommkbpkaNtXyWHW9B/s1600/Cartel+UB+Pob4.jpg" imageanchor="1" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="435" data-original-width="774" height="358" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhg0_dcSU2WcthXyjDbsh1fLsi6GsBPffMCBIajY2Ddtyh3bF3zjBW09nGT28B2xeEQLoSgh-pjHrWQw4gXKnPQYmmEZvrPbqiOvkApKmhxyTNBRaD3qJDommkbpkaNtXyWHW9B/s640/Cartel+UB+Pob4.jpg" width="640" /></a></div>
<br />
<br />
<b>FECHAS Y LUGAR DE CELEBRACIÓN</b><br />
<br />
Del 16 al 20 de Julio de 2018.<br />
De 16h. a 20:30h.<br />
En la Universidad de Barcelona<br />
<br />
<b>PROGRAMA</b><br />
<br />
1. Los impactos de la pobreza y la exclusión social<br />
2. Ayuda alimentaria<br />
3. Vivienda y pobreza en Cataluña<br />
4. Cuadrar el círculo: intervenir en vivienda en situaciones de pobreza o exclusión social<br />
5. Consecuencias de la pobreza y la exclusión social en la infancia y las familias<br />
6. Abordar la intervención en familias de manera integral<br />
7. Determinantes sociales de la salud<br />
8. Intervenciones en salud comunitaria<br />
9. Pobreza económica<br />
10. Propuestas para luchar contra la pobreza económica. Rentas mínimas, rentas básicas y trabajo garantizado<br />
<br />
<b>COORDINADOR</b><br />
<br />
<br />
<ul style="text-align: left;">
<li>Fernando Díaz Alpuente, especialista en política social</li>
</ul>
<br />
<br />
<b>PROFESORADO</b><br />
<br />
<br />
<ol style="text-align: left;">
<li>Fernando Díaz Alpuente, especialista en política social</li>
<li>Teresa Bermúdez, psicóloga y especialista en vivienda y pobreza</li>
<li>Eloi Mayordomo, técnico de políticas sociales y especialista en infancia</li>
<li>Marta Caramés, pedagoga y especialista en proyectos de familia e infancia</li>
<li>Glòria Pérez, responsable del Área de Salud Sexual y Reproductiva de la Agencia de Salud Pública de Barcelona, y profesora asociada del Departamento CEXS-UPF</li>
<li>Elia Díez, Jefa del Servicio de Programas e Intervenciones Preventivas en ASPB y profesora asociada Departamento de Ciencias Experimentales y de la Salud de la Universidad Pompeu Fabra</li>
<li>Benet Fusté, sociólogo especialista en pobreza y políticas sociales</li>
</ol>
<div>
<b>INFORMACIÓN Y MATRÍCULA</b></div>
<div>
<br /></div>
<div>
En la web de los Cursos de Verano de la Universidad de Barcelona --> <a href="http://www.juliols.ub.edu/curso-verano/desigualdad-pobreza-exclusion-social" target="_blank">AQUÍ</a></div>
<div>
<br /></div>
<div>
Descuento en la matrícula hasta el 31 de Mayo de 2018</div>
</div>
Fernando Díaz | elsituacionistahttp://www.blogger.com/profile/04622410604657147745noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-19042970.post-30294218454624996182017-10-18T20:38:00.001+01:002018-12-24T17:34:46.777+01:00Catalunya, una historia de poder popular por encima de los partidos<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
</div>
<div dir="ltr">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh53-YEKi0M_Qosmib-Q9r0PAmMzscuJ3_FwdGan3wBo8jpZ-w_dAJ8shgparYpxeAOyQJxpewXXNCgKlH2ErvCpkPXJU39QU8w84LTvQsc6lf6bgXP3NxDj_Xl-HijifkZoli1/s1600/IMG_0739.JPG" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="833" data-original-width="1033" height="258" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh53-YEKi0M_Qosmib-Q9r0PAmMzscuJ3_FwdGan3wBo8jpZ-w_dAJ8shgparYpxeAOyQJxpewXXNCgKlH2ErvCpkPXJU39QU8w84LTvQsc6lf6bgXP3NxDj_Xl-HijifkZoli1/s320/IMG_0739.JPG" width="320" /></a></div>
Qué rápido se ha pasado de ser la “locura de Mas” al “desafío de Puigdemont”, pasando por “las imposiciones de unos antisistema como la CUP”. La manera en cómo se interpreta lo que está pasando en Catalunya muestra muchas cosas pero, en especial, la voluntad de no mirar más allá de los actores políticos tradicionales. En la Transición se pasó por encima de una gente tremendamente movilizada, tremendamente politizada, tremendamente represaliada. Y en el proceso independentista catalán, también se quiere pasar por encima de ella negándole el protagonismo del que se ha hecho merecedora.</div>
<div dir="ltr">
<br /></div>
<div dir="ltr">
No sólo por las increíbles manifestaciones de cada Diada -desde 2012, que se dice pronto. Sino porque, llegado el momento clave, el día D, la hora H, ha sido la gente la que ha tirado adelante este proyecto basado en referéndum y República. Incluso, a veces, a pesar de unas ANC y Omnium que dejaron de ser ONG para ser gubernamentales a tiempo completo. Y, paradójicamente, han sido los líderes de estas dos organizaciones quienes han pagado primero el pato. Jordi Cuixart y Jordi Sánchez han sido detenidos y enviados a prisión sin fianza por dos motivos. Por ser la cabeza visible de una organización social que no está dispuesta a dejar que el Estado pisotee este proyecto democrático. Y por ser la parte más débil del gabinete de Puigdemont, los únicos que no ostentan cargo oficial alguno, que no son nadie en el BOE.<br />
<br />
<br />
<a name='more'></a></div>
<div dir="ltr">
<b>Los días que transcurrieron entre el 20 de septiembre –día de la detención de 14 altos cargos de la Generalitat- y el 3 de octubre, la sociedad catalana terminó de cohesionarse en torno a la idea de democracia. </b>Bomberos, agricultores, estudiantes, abogados, profesores, estibadores… casi todos los sectores de la sociedad catalana se posicionaron a favor del referéndum y, no contentos con eso, lo demostraron con multitud de manifestaciones y actos de poder popular en las calles. La estrategia del Estado quedó desbordada, pero también la del Govern catalán y la de los partidos políticos de derecha y la izquierda española –incluida Catalunya en Comú.</div>
<div dir="ltr">
<br /></div>
<div dir="ltr">
<b>El Govern (y ANC, y Omnium) vió cómo la gente defendía la apertura de los colegios y se organizaba fuera del redil controlado que han sido las manifestaciones de las Diadas.</b> Los Comité de Defensa del Referéndum (CDR) se convirtieron en la mejor arma, el 15M a la catalana, con la ventaja de que eran 15M de escala local, de barrio, de colegio. Allí las personas se reconocían unas a otras, vecinos que jamás habían compartido un ápice de política, compartieron una idea y la ejecutaron. Estaban solos y tenían miedo, pero salieron a encontrarse con otros como ellos, y ya se encontraron siendo muchos.</div>
<div dir="ltr">
<br /></div>
<div dir="ltr">
<b>Desbordada la idea del Govern de no celebrar el referéndum, le tocaba el turno al Estado. </b>Reprimir, hacerlo con dureza, desde primera hora, en poblaciones grandes y en poblaciones pequeñas, difundir el terror a ser roto –literalmente- por ejercer el voto sobre la independencia. La apuesta estatal fue, si hay colegios, urnas y papeletas, que no haya votos y que haya miedo. Y hubo miedo, mucho. Pero que fue conviviendo con el ritmo en que unos se juntaban con otros, y con el que todos esos se transformaban en Síes (2 millones) y Noes (177.000).</div>
<div dir="ltr">
<br /></div>
<div dir="ltr">
<b>En tres días, los dos gobiernos habían perdido la iniciativa en este proceso.</b> El día 3 de octubre, huelga general y parón de país en Catalunya. Nuevas manifestaciones del poder popular, de solidaridad y de repulsa de la violencia del Estado español. El día 8 de octubre, demostración del flojísimo impulso del españolismo en las calles. Es difícil defender el no-proyecto, la no-propuesta, quedarse sólo con la identidad de una bandera que trata de tapar los moratones de las porras.</div>
<div dir="ltr">
<br /></div>
<div dir="ltr">
<b>Y nueva ofensiva institucional para intentar contener esto.</b> El 10 de octubre tocaba República, pero la secuestró el ajedrez. Puigdemont tiró de recursos convergentes para decirle a la gente que en Catalunya manda él, y no los CDR, y no los moratones, y no las manos rotas, o los bomberos, o los estibadores. Ni la CUP, que diría Mas. Ni ERC, que lo digo yo, que de tan callada que está, es capaz de acabar pidiendo una República para llevar. Y el Estado, a lo suyo, desde lo institucional, desde la Ley y el Orden, desde la legislación franquista. Desde el 155 al delito de secesión (pacífica, que debe ser lo mismo que ETA en los últimos tiempos, o sea, todo lo que le moleste al señor que manda). Y nuevamente todos a pensar en qué hacen las instituciones, en el choque de trenes entre dos administraciones públicas –¿Qué son los gobiernos sino simples administradores? De lo común y de lo público, sean hostias o subvenciones. Y nuevamente el fantasma de las elecciones para tapar por arriba lo que la gente ha hecho jirones por abajo. Elecciones catalanas, con o sin independentistas, pero ante todo autonómicas. Y con el consenso de todo el espectro político, desde la extrema derecha ciudadanista hasta la izquierda en común. Todos en busca de una nueva silla en el escenario ocupado por la multitud venida del gallinero.</div>
<div dir="ltr">
<br /></div>
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<b>Pero la gente, tozuda, sigue insistiendo.</b> Y el CDR del Poble Nou ya tiene 700 personas. Y el CDR de Sant Boi se manifiesta en silencio delante de una caserna militar y rodeados de batallones fascistas que les amenazan. Y en Sabadell se acaban reuniendo los CDR de todo el país para desbordar la estrategia de todos los políticos, lo que gobiernan el Estado, los que secuestran Repúblicas catalanas o los que, cada lunes, hacen rueda de prensa para intentar ser garantes de la unidad de España sin que se note. Para decirles a todos esos juristas que son las leyes, como antes lo era el mercado, las que tienen que servir a la democracia, no la democracia la que se pliegue a las leyes.</div>
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<b>Y así, de nuevo, una guerra.</b> La de quienes dominan las instituciones contra las de quienes son dominados. La de esta revolución democrática de los de abajo. Y es por eso por lo que no la pueden consentir. Ni aquí en España, ni en Catalunya ni en Europa. Y también es por eso por lo que no van a poder con ella ni con 155, ni con secuestros de Repúblicas, ni con imperios de la ley, ni con elecciones autonómicas. Atentas, que <i>guanyarem</i>.</div>
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Foto: Omnium Cultural </div>
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Fernando Díaz | elsituacionistahttp://www.blogger.com/profile/04622410604657147745noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-19042970.post-20727697753614696352017-10-17T20:34:00.001+01:002018-05-01T09:35:59.210+01:00Hable con ella. El gran silencio en torno a un madrileño que vive en Catalunya<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
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<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgA3A-dkUln6YoFIj6wRdT-pgxp0co3aEZ-iMHDW0C2aRIQ0VIy8LnUqU8lrWxP6IGlk3mHCWFFSVB_0x3qJFmiGQ0dwEhJ6FZnm4WE4sf0-xFnNfEWjWtNhgEqk-R9AGUBBLnK/s1600/urna.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="427" data-original-width="640" height="213" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgA3A-dkUln6YoFIj6wRdT-pgxp0co3aEZ-iMHDW0C2aRIQ0VIy8LnUqU8lrWxP6IGlk3mHCWFFSVB_0x3qJFmiGQ0dwEhJ6FZnm4WE4sf0-xFnNfEWjWtNhgEqk-R9AGUBBLnK/s320/urna.jpg" width="320" /></a></div>
Este verano paseaba junto a un amigo catalán. Él me decía que no hacía más que pensar en mí, en cuantísimos comentarios sobre Catalunya debía estar contestando por redes sociales y mensajería con mis familiares y amigos de más allá del muro, o de la Franja, que es lo mismo. A él, que tenía varios grupos con amigos de todo el Estado, le hervía el móvil de reproches por el proceso independentista, sin importar cuál fuera su particular posición política al respecto. La conversación giró por otro lado, pero yo me quedé pensando si no vivía demasiado cómodo. ¿Por qué no tenía a nadie o a casi nadie de más allá del muro que me hablara sobre el proceso independentista? Pensando que quizás sería mi culpa, decidí dar un paso al frente.</div>
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Lo primero que hice fue enviar a varios grupos de mensajería un ofrecimiento a resolver dudas o a debatir posiciones. Apenas sin recibir ningún mensaje de vuelta, las detenciones y movilizaciones sociales del 20 de septiembre llegaron, y en vista del aparente silencio de mis redes, me dediqué a explicar aquellos hechos relevantes que, aparentemente, no salían en los medios de ámbito estatal. Día tras día, entre el 20 de septiembre y el 3 de octubre, me dediqué a escribir notas larguísimas que explicaban detalles o vivencias particulares sobre los acontecimientos. En general, y pese a algún debate, silencio al otro lado.</div>
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<a name='more'></a><b>Sin preguntas, no hay respuestas</b><br />
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Lo que más me sorprendió es que casi nadie hiciera preguntas. Ni en general sobre el proceso de independencia, ni en particular sobre alguna noticia del día. La gran mayoría de mis contactos optaron por tres opciones de silencio –algunos incluso la verbalizaron.</div>
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Había quien pensaba que nuestras diferencias políticas eran inmensas, aún a pesar de que yo aún no había expuesto ningún argumento. Y esta diferencia de postura era interpretada como inamovible y como poseedora de todos los hechos necesarios para interpretar la realidad. Nada de lo que yo pudiera argumentar reduciría esa distancia, ningún hecho no conocido por este grupo de personas, les haría dudar. Es curioso, porque me consta que en esta postura hay desconocimiento de hechos clave, pero se apoyan en grandes titulares de prensa –en absoluto fiables para cualquier polémica.</div>
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Hubo otro grupo de personas que, sin compartir en absoluto mi posición, negaba la posibilidad de debatir o de hablar sobre el tema porque “no nos vamos a poner de acuerdo”. Confrontación que no sólo asumía su propio dogmatismo, sino que presumía el mío.</div>
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Por último, el grupo más numeroso daba a entender que esto no iba con ellos, no le prestaba interés, estaban cansados del monotema y pretendían pasar página lo más rápidamente posible. Sin importar qué pasase.</div>
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Supongo que en estos tres grupos ha habido dos aspectos clave para que cada persona se colocara en uno u otro grupo. Pienso que uno de esos ha sido tanto la posición como consumidores de información, como la voracidad de este consumo, necesitado de nuevo material, y cuanto más diverso mejor, han ayudado a que quienes tienen una postura se reafirmen en ella, leyendo e informándose sólo con argumentos a favor de su posición. Pero el que creo que es el aspecto clave consiste en cómo cada persona de uno u otro grupo, está viviendo el conflicto.</div>
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<b>Un conflicto en tercera persona</b></div>
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La gran mayoría de voces que me llegaban, incluso la de quienes sentían que no iba con ellos, lo hacían sobre la base de la idea de que son “dos partes enfrentadas”. Dos partes que son absolutamente diferenciables, inaccesibles y uniformes. Como dos bolas de billar que se golpean entre sí formando un lamentable espectáculo para quien, como ellos, estaban al margen del conflicto.</div>
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Es un conflicto vivido en tercera persona. El conflicto que tienen ellos, las dos partes. Mientras que la visión objetiva o no viciada está en los ojos de aquel que no se siente interpelado por ningún hecho del conflicto. No hay nada que de lo que haya sucedido que les haya hecho decir basta, y posicionarse en uno u otro lugar, dudar de su postura o acercarse a la de unos de los actores. Es, en definitiva, un conflicto entrenacionalismos ajenos a su persona.</div>
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Es lo que se ha popularizado como equidistancia. Pero creo que con error, pues veo más un sentimiento de superioridad en cuanto a valores. Este sentimiento de superioridad ha ayudado, en ocasiones, a comprender las acciones violentas del conflicto catalán, porque ellos se lo han buscado, o si el referéndum era ilegal, qué esperaban.</div>
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En ningún momento han visto esto como un conflicto entre democracia y régimen del 78. Entre derechos humanos y constitución más allá de la ley. Se alejan del foco del mismo y encuentran soluciones a cada problema, porque están dispuestos a renunciar a cualquier aspecto de las reivindicaciones de cada actor, porque piensan que ni van con ellos ni tienen nada a ganar o perder. No son conscientes de que el conflicto les afecta y pone en peligro sus derechos democráticos más elementales.</div>
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<b>La culpa es de Catalunya</b></div>
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El régimen del 78 se está cerrando sobre sí mismo, apostándolo todo en este punto, moviendo al rey, las leyes y las fuerzas policiales y militares hacia la misma casilla, desprotegiendo otros ámbitos porque han visto que es éste el que les permitirá cerrar definitivamente esa crisis de legitimidad que nació allá por 2010 y que aún sangraba. Y frente a esta pérdida, lo que he constatado es que existe un sentimiento de rendición y una facilidad para culpar de este repliegue del régimen al conflicto catalán, un gran reproche. Lo que han hecho los catalanes ha eliminado toda opción de reformar España a mejor.</div>
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La opinión que prevalece es que la ventana de oportunidad del cambio se ha cerrado porque Catalunya ha hecho levantarse al monstruo del nacionalismo español. Para estos amigos que piensan así, existe una guerra descarnada entre identidades, pero son identidades que no son las suyas, que las desprecian porque son nacionales. Obvian la divergencia de los proyectos catalán y español y, esta vez sí, las banderas les tapan las diferencias. Creen firmemente que este conflictonacionalista se llevará por delante un cambio que, en su opinión, ya estaba a punto de llegar. El hecho de que el cambio fuera con un Pedro Sánchez, a quien nadie consideraba cambio en julio de 2016, es algo que no quieren valorar. El hecho de que ese cambio fuera tan endeble que se venga abajo con el primer viento de extrema derecha que se agita sobre la cebada, tampoco.</div>
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Incluso con la violencia del 1 de octubre, ejercida unilateral y desproporcionadamente por el Estado, esta idea de que la culpa era de quienes nos concentrábamos frente a los colegios, se ha hecho más presente. Se ha recuperado la vieja aseveración de la época de la dictadura: no te metas en política si no quieres que te pasen estas cosas. Mucha superioridad moral que, en ocasiones, no ha venido acompañada ni tan siquiera de un “¿Cómo estáis?”, por si en casa alguno de nosotros hubiera recibido palos de las fuerzas policiales.</div>
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En este grupo también hay quien se vistió de blanco y salió a los ayuntamientos a pedir diálogo cuando parecía que el Govern declararía la independencia inmediatamente y que el Gobierno ejecutaría el 155 como respuesta. Pero una vez que el Govern no declaró la independencia y se posicionó –aún más- con el diálogo, todos se han retirado la camisa blanca y han vuelto a no querer ser vinculados con “ninguna de las dos partes”. Si el diálogo puede representar que un bando se salga con la suya, lo mejor es dejar el tiempo congelado, y que nada pase. Negar la realidad.</div>
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<b>La historia de una incomprensión</b></div>
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Ha sido todo, lamentablemente, un escenario de incomprensión y de asumir que quien escribe este texto no sería capaz de poner sus convicciones en riesgo durante el debate, o de contestar las preguntas con suficiente imparcialidad. En parte es culpa mía, es evidente. Aunque ya traté de avanzarme a esta posibilidad intentando abrir el debate y participar en él de la manera más sosegadamente posible (reconozco mi vehemencia), no he conseguido llegar al punto de encuentro con la mayoría de mis contactos.</div>
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Entiendo que gran parte del problema está en no haber logrado explicar que el conflicto se resume en la dualidad democracia vs régimen del 78, lo cual incumbe a todos, por muy fuerte que cierres los ojos y pienses que esto pasará y podrás seguir consumiendo como cada día. Entiendo que la venta del producto nacionalismo ha ganado terreno en los medios de comunicación, aún a pesar de que sea falso y no estemos ante un conflicto nacionalista (hay que leer a Lluís Orriols, o al menos ver sus datos). Pero para explicarte, a veces, sólo a veces, necesitas que alguien quiera escuchar a las personas antes que a los grandes titulares de los medios.</div>
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Suerte que tengo de algunos familiares –mis padres, mi tía…- capaces de dejar en la puerta las convicciones políticas y morales que tienen, para acercarse a las dudas y certezas que el pesado de su hijo o su sobrino ha querido compartir con ellos.<br />
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<span style="font-size: xx-small;">La foto es de <a href="https://www.flickr.com/photos/hazteoir/" target="_blank">HazteOir</a></span></div>
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Fernando Díaz | elsituacionistahttp://www.blogger.com/profile/04622410604657147745noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-19042970.post-72072998863873821572017-07-25T23:03:00.000+01:002020-03-31T14:24:07.957+01:00Viajar por África: Cuatro modos de hacer turismo y sentirte como un absoluto imbécil<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on"><div class="separator" style="clear: both; text-align: right;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhBWGeuWiaVCjCAQjQxFYVOJFvVQ6UgsLZOtibPKyj8ZGyUj4dSLkcP9v6Q3KBscnZjhI46DjENjHZ1fjnIM3E9hm8N-Mrxf2u-f5OuvmJ7s69oA6arvK1-tzwhx2CX3BlGhDwGPQ/s1600/Foto_Mono.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" data-original-height="432" data-original-width="640" height="216" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhBWGeuWiaVCjCAQjQxFYVOJFvVQ6UgsLZOtibPKyj8ZGyUj4dSLkcP9v6Q3KBscnZjhI46DjENjHZ1fjnIM3E9hm8N-Mrxf2u-f5OuvmJ7s69oA6arvK1-tzwhx2CX3BlGhDwGPQ/s320/Foto_Mono.jpg" width="320" /></a></div>Ya casi tenemos aquí Agosto, el mes de las vacaciones españolas por excelencia. El mes en el que todos hacemos de turistas. Nadie nos identificamos con esa palabra. Nosotros somos viajeros, no turistas. Pero la realidad es que cada vez más gente nos comenta ilusionada, a quienes trabajamos de alguna manera sobre el continente, que se marchan de viaje a “conocer África” –curiosamente nunca van a conocer tal o cual país, pero esa es otra historia. Son ellos, los turistas, los que hacen crecer esta industria en el continente. Pero a pesar de los cacareados beneficios económicos que parecen llevar, nadie ha dado con la fórmula para que no reproduzca los prejuicios coloniales y para que no ayude a reforzar la explotación de los africanos y de las africanas.<br /><br /><a name='more'></a><br /><br /><br /><b>Las cifras</b><br /><br />Si en 1990 sólo 12 millones y medio de personas hicieron turismo por el continente –incluido el Egipto y los otros países del Norte de África-, en 2014 ya fueron más de 65 millones, según datos del Banco Africano de Desarrollo. La misma institución señalaba que el turismo ha generado hasta 20 millones de trabajos directos e indirectos, al calor de los más de 4.300 millones de dólares que deja a su paso. Tan sólo la industria de Asia-Pacífico creció más en 2014.<br /><br />Pero que las cifras no te dejen impresionado. África sigue representando, incluso cuando contamos con la industria turística de los países del Norte, un porcentaje mínimo del sector turístico global. Esos 65 millones de personas representaron el 5,8% del total de turistas mundiales y un 3,5% de los ingresos.<br /><br />Evidentemente, tantos millones de personas viajan al continente por muy diversos motivos. Pero aquí, basándose en nuestra experiencia, haremos una clasificación de cuatro motivos principales por los que un turista elige África Subsahariana.<br /><br /><b>1 El turismo ancestral</b><br /><br />¿Habéis visto las fotos de alguien que ha ido a “África de vacaciones”? Salen animales. Muchos animales. Por todas partes. También sale algún africano, vestido de una manera un tanto rara –al estilo del documental del National Geographic de cada sobremesa-, pero lo cierto es que son pocos respecto a la cantidad de fotos de animales que se traen desde el continente los millones de tarjetas de memoria.<br /><br />Hace unas décadas, lo que se traía en el avión no eran fotos de animales, sino sus cabezas. Ahora, si no eres un monarca o un adinerado, ya no. Lo normal es que el turista haya cambiado la escopeta por la réflex digital. En algo hemos avanzado, cierto. El caso es que visitar el parque natural está de moda.<br /><br />Un observador crítico del fenómeno puede notar rápidamente una cosa. Dentro del parque, todos son turistas blancos, salvo los trabajadores de servicio, y fuera, en las poblaciones cercanas, todo son negros invisibles. Este tipo de turismo suele invisibilizar a los africanos y las africanas. Potencian una visión de África como un continente vacío y atávico, donde se han conservado intactas amplias zonas de naturaleza. Poco importa que, para la creación del parque natural que se está visitando, se tuviera que expulsar a las poblaciones que habitaban esas tierras. O que la proliferación de parques protegidos genere problemas de falta de tierras cultivables. En Tanzania, por ejemplo, hasta el 40% de la superficie está protegida.<br /><br />Este turismo separa a quien lo practica de la realidad del país. Al final, los parques terminan siendo reservas no para los animales, sino para los prejuicios de los turistas blancos. Una preservación de la imagen del África salvaje, en forma de fauna o en forma de culturas y pueblos tradicionales.<br /><br />“Sobre todo, fíjate en ese Masai que tenía un reloj Omega!”. Los que practican el turismo ancestral terminan aterrizando directamente en el recinto protegido, fotografiando aquello que le muestra la agencia, y volviendo para explicarlo.<br /><br /><b>2 El turismo Kapuscinski</b><br /><br />A mí me encantaba Kapuscinski. De hecho, su libro Un día más con vida fue lo que me hizo interesarme por África Subsahariana. Sus relatos sobre sus vivencias en el continente, aunque históricamente inexactos, son tremendamente ilustrativos de la vida que le tocó vivir. Su actitud delante de los acontecimientos que cubrió para su periódico fue tremendamente avanzada para la época. Quienes escribimos sobre África Subsahariana aún podemos sacar valiosas lecciones de sus crónicas. Pero, atención, éstas no reflejan la realidad actual africana.<br /><br />Si estas preparando un viaje a África y esta última frase te ha impactado, es que estabas planificando un viaje Kapuscinski. Este tipo de turismo se caracteriza por estar plagado de intentos de vivir aventurillas, de conocer el África real en 15 días… y luego explicarlo.<br /><br />Una vez me encontré en un pueblo senegalés a un tipo argentino, médico de profesión y con unos 30 años recién cumplidos. Como hablábamos el mismo idioma, estuvimos charlando, y al final me explicó que unos amigos senegaleses suyos habían comprado en la lonja el pescado más grande que ese día trajeron las barcas, y que lo iban a hacer a la plancha en la cocina del hotel donde vivía. Me invitó a comer, y por el camino iba bromeando con todos los niños del pueblo, haciendo señales de complicidad con los ancianos y saludando efusivamente a quienes nos cruzábamos. Al preguntarle por su nombre me dijo cómo se llamaba, pero me advirtió: “aquí me llaman Bebo”. Cuando le pregunté cuánto tiempo hacía que estaba en el pueblo, su respuesta vino acompañada de mi carcajada: tres días.<br /><br />Es evidente que yo no tengo capacidad para hacer amigos –este artículo y los posteriores correos de conocidos ofendidos, lo demuestran- pero si te has pasado tres días en un pueblo, durmiendo en el hotel en el que el 99% de la población no puede pagar ni una comida, por mucho que les obligues a ponerte un mote, no has conocido absolutamente nada de lo que allí estaba pasando.<br /><br />Hoy día, además, se vuelve a poner de moda una actividad propia de la época victoriana: visitar los suburbios. Reforzados por seguridad privada –visible o no visible-, acompañados de todos los miembros de la agencia de viaje que estén disponibles ese día, se procede a introducir al turista en el slum o suburbio para que entre en contacto con la realidad, con esa pobreza almacenada en las afueras de las grandes ciudades. Incluso, como explica Fabian Frenzel, uno puede hacer puenting en Soweto. ¡Venga a ver a los pobres! Es el nuevo turismo de aventura.<br /><br /><b>3 El turismo solidario</b><br /><br />En esta modalidad se engloban dos tipos de turistas. Aquellos bienintencionados quieren conocer un país pero no se atreven a ir de freelances, poniéndose así en manos de una ONG del Norte que les hace de agencia turística, enseñándoles los proyectos que desarrollan. Y aquellos bienintencionados que dejan su trabajo, su familia y sus amigos en el Norte y se desplazan al Sur a “ayudar” en algún proyecto. Si tiene que ver con niños, como un hospital infantil o un orfanato, mejor. El hecho de que ya haya gente africana trabajando allí, no es óbice para que ellos ayuden.<br /><br />Son los nuevos visitantes de la pobreza africana, pero que desean volverse con el lado positivo del continente. No pretenden conocer la realidad africana, sino ayudar viajando. Frecuentemente, en su maleta hacen acopio de caramelos y gominolas, que van repartiendo a los niños y niñas de los pueblos a los que les lleva su ONG.<br /><br />Hay ocasiones en que un turismo ancestral puede derivar, sin preverlo, en un turismo solidario. Por ejemplo, aquel turista que se va a hacer la ruta de los parques naturales y termina viendo las pobres condiciones de vida de las personas del país que ha visitado. La luz cegadora camino de Damasco le habrá ayudado a entender que “tiene que hacer algo”. Lo que sea. Recoger cuadernos y lápices para aquella escuela, comprar medicinas para aquel puesto de salud o, en el mejor de los casos, apoyar económicamente a una organización de cooperación al desarrollo. Lo de votar y consumir teniendo en cuenta la justicia social, quizás se le habrá pasado, pero al menos ya no te enseñará las fotos de los animalitos.<br /><br /><b>4 El turismo activista</b><br /><br />Ciertamente, es el menos desarrollado en África Subsahariana de los cuatro modelos aquí propuestos. Especialmente porque requiere de un compromiso político que, normalmente, no se da en el eje Norte-Sur.<br /><br />Una excepción fue la época del Fórum Social Mundial, donde parecía que si no habías ido a Dakar durante su celebración, no eras nadie en el mundo del activismo.<br /><br />Seguramente es el que menos turista se siente de entre los cuatro modelos. Son viajes en los que no se pretende llegar a un marco de actuación conjunta entre el activismo del Norte y el activismo del Sur.<br /><br />El turista activista sólo quiere poder verse reflejado –a él mismo o a sus preconcepciones sobre la lucha altermundista- en las acciones y los debates del Sur. Se trata de una manera de hacer turismo a través de la reafirmación de la propia identidad.<br /><br />No te enseñará fotos ni de animales ni de pobres, pero os garantizo que, durante al menos seis meses, estará interrumpiendo todos los debates de vuestras reuniones políticas, asambleas de movimientos o tertulias de vecinos comenzando con una coletilla: “Eso es como cuando estuve en África, que…”<br /><b><br /></b><b>En guardia frente al turismo</b><br /><br />Es evidente que estos cuatro modelos son una reducción. Así como es evidente que todos y todas hemos sido uno u otro en algún momento. Cuando no varios a la vez.<br />Y es que el motivo de este artículo no ha sido el de ofender gratuitamente –para reclamaciones, pulse aquí-, sino ponernos delante del espejo ante el viaje y nuestras actitudes en él. Comenzando por las de quien esto escribe.<br /><br />El turismo, hacer turismo, debería ser interpretado en todo momento como una industria extractiva. Igual que las petroleras, el turismo de masas destruye el planeta, modifica modos de vida tradicionales y perpetúa un modelo de consumo internacional que mantiene a una gran mayoría de la población mundial secuestrada en la pobreza.<br /><br />Pero igual que seguimos utilizando gasolina para desplazarnos a esa manifestación que lo cambiará todo, o a aquella charla sobre un problema crucial en no sé qué pueblo y que sensibilizará a tres o cuatro gatos, seguiremos haciendo turismo.<br /><br />Lo importante en todo esto es qué aprendemos cuando hacemos el turista, en qué modifica nuestra actitud, qué estamos dispuestos a aprender y qué queremos compartir durante el viaje. Qué impacto tiene nuestra presencia allí, económica, ambiental, social y políticamente.<br /><br />Y, sobre todo, cuando vuelvas a casa, no ponerte pesado con tus amigos para que vean tus fotos.<br /><br />Foto: <a href="https://www.flickr.com/photos/69057297@N04/" target="_blank">ChiralJon</a><br /><div><br /></div></div>Fernando Díaz | elsituacionistahttp://www.blogger.com/profile/04622410604657147745noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-19042970.post-36619637700373420772016-12-31T17:39:00.001+01:002016-12-31T17:39:39.194+01:00Siete artículos para comprender el 2016, y ayudar a afrontar el 2017<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjklX4bKwyCPyV5GwvDwQpK2VWr9p21leIWaJ6Olw87VfpqHu0xGnSCk3BCOwK3x_17ZyZOJFe2VrQ812GYlaVNQCaUN9so3P7d09g1WBww2TjhYoIJUhQ8cKOSIr34bEy8G7Ie/s1600/retros.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjklX4bKwyCPyV5GwvDwQpK2VWr9p21leIWaJ6Olw87VfpqHu0xGnSCk3BCOwK3x_17ZyZOJFe2VrQ812GYlaVNQCaUN9so3P7d09g1WBww2TjhYoIJUhQ8cKOSIr34bEy8G7Ie/s320/retros.jpg" width="320" /></a></div>
Todos los años, al llegar el final de año, suelo acordarme de una amiga que me suele escribir pidiendo libros para regalar en Navidad. El año pasado, me adelanté, y fui apuntando libros durante cada mes para poder regalarle un correo a comienzos de diciembre, lleno de libros y de ideas. Este año, sin embargo, mi amiga no me ha pedido libros, ni siquiera me lo ha pedido a mí. Este año ha pedido a todos sus contactos de Facebook que le envíen artículos que nos han servido a cada uno de nosotros a comprender este 2016 que justo hoy acaba. Así que ahí van 7 artículos para el 2016 que quizás nos puedan ayudar a afrontar el 2017.<br />
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<a href="https://www.ahorasemanal.es/como-la-tecnologia-altera-la-verdad" target="_blank">Cómo la tecnología altera la verdad</a>, de Katharine Viner</h3>
En este artículo de la directora del Guardian fue la primera vez que me topé con el término de moda: la PostVerdad. Y, junto con conversaciones veraniegas con familia y amigos, me inspiró para publicar, primero en Bez y luego aquí, mi artículo sobre <a href="http://www.elsituacionista.org/2016/10/post-verdad-politica-naif-y-rupturismo.html" target="_blank">PostVerdad, Política Naïf y rupturismo</a>.<br />
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<a href="http://ctxt.es/es/20160803/Firmas/7695/Jeremy-Corbin-Partido-Laborista-Reino-Unido-Owen-Jones.htm" target="_blank">Las preguntas que deberían hacerse los seguidores de Jeremy Corbyn</a>, de Owen Jones</h3>
Entre tanto artículo sobre el <i>Brexit</i>, éste de Owen Jones me pareció especial. Explicar la victoria del populismo de derechas es explicar el fracaso de la izquierda. Creo que algunas partes de este artículo, que leí en su versión inglesa en Medium, proporcionan reflexiones interesantes en el escenario de las izquierdas en el Estado español.<br />
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<a href="http://www.rebelion.org/noticia.php?id=32765" target="_blank">La pedagogía del millón de muertos</a>, de Santiago Alba Rico</h3>
No es un artículo, es un prólogo de un libro. Y no es de un articulista, es de Santiago Alba Rico, un intelectual que no es ninguna novedad para muchos, pero que yo estoy descubriendo este año -y espero hacerlo aún más el que mañana comienza.<br />
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Estaba acostumbrado a escuchar aquello del millón de muertos que la derecha mediática siempre azuza contra la izquierda transformadora cuando ésta intenta poner encima de la mesa sus propuestas. El millón de muertos de Stalin -o los millones de muertos que sean, y de los que no somos herederos nadie, ni nosotros ni nuestros proyectos políticos. Alba Rico habla del millón de muertos habitual que el sistema capitalista actual crea cada vez que se topa con un modelo transformador con posibilidades de transformarse en realidad política de un país.<br />
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<a href="http://www.eldiario.es/theguardian/confien-tecnologia-llevando-empleos-media_0_489951762.html" target="_blank">No se confíen, la tecnología también se está llevando los empleos de la clase media</a>, de Michael White</h3>
Aquí comienza la que, ya les aviso, podría ser una obsesión mía para este año 2017: el fin del trabajo. Pero no un fin del trabajo como nos lo habíamos imaginado, sino en el peor de nuestros escenarios. El artículo de White me puso en alerta sobre el impacto de la tecnología en los trabajos que todos y todas realizamos, y la puntilla vino con el siguiente.<br />
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<h3 style="text-align: left;">
<a href="http://ctxt.es/es/20161214/Politica/10037/empleo-trabajo-salarios-ocio-pobreza-informatizacion.htm" target="_blank">A la mierda el trabajo</a>, de James Livingston</h3>
Este artículo es casi un ensayo. Por su análisis sobre el fin de todos los puestos de trabajo -incluidos el de muchos de sus jefes y jefas- y por su necesidad de plantear respuestas. Una reflexión que me parece absolutamente necesaria. Imprescindible para cualquier agenda política, y también para la reflexión personal sobre qué hacemos en nuestro día a día.<br />
<br />
<h3 style="text-align: left;">
<a href="http://ctxt.es/es/20161130/Firmas/9830/crisis-desigualdad-salarial-altos-directivos-trabajadores.htm" target="_blank">La injusta factura de la crisis en España</a>, de Iñigo Macías Aymar</h3>
En caso de duda, consulte a Iñigo. Comparto espacio con él en Africaye, y hay pocas personas más fiables que él. En 2016, Intermón Oxfam tuvo el acierto de ficharle y de ponerle a analizar la desigualdad en España. El primer resultado ha sido ese gran informe que han sacado desde la organización, y del cual Iñigo hace un análisis en este artículo.<br />
<br />
Tenías razón Iñigo, no era la pobreza, era la desigualdad lo que importaba.<br />
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<a href="http://www.africaye.org/iceberg-datos-refugiadas-desplazadas-africa/" target="_blank">El auténtico iceberg: algunos datos sobre personas refugiadas y desplazadas en África</a>, de Gemma Pinyol</h3>
De todos los artículos que hemos publicado en <a href="http://www.africaye.org/" target="_blank">Africaye </a>este año, me ha costado elegir uno. Hubiera destacado aquel que escribí yo sobre los <a href="http://www.africaye.org/los-15m-africanos/" target="_blank">15M africanos</a>, pero es de mal gusto. Así que me decanto por un artículo de una autora invitada, Gemma Pinyol. En este, pone en contexto lo que de verdad es una crisis de refugiados -y de desplazados-, y no lo que pensamos que tenemos en Europa. Una crisis africana de refugiados que, como no se cansa de señalar Sergio Maydeu en su Twitter, nos afectará durante 2017, igual que nos ha afectado en 2016, 2015 y tantos años anteriores. Porque no se pueden entender los flujos migratorios sin comprender qué está pasando en países de África Subsahariana.<br />
<br />
Me dejo mucha tinta en el tintero, como siempre, pero es lo injusto de hacer retrospectivas. Afortunadamente, siempre nos quedará el año que entra.</div>
Fernando Díaz | elsituacionistahttp://www.blogger.com/profile/04622410604657147745noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-19042970.post-57293813789267719742016-10-23T08:00:00.000+01:002016-12-31T17:04:17.035+01:00Post-verdad, política naif y rupturismo como ideología<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on">
<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;">
<a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgYE8DDfAQND_9jOG7NQZ35CUSBIqp5mpGK-MsCFZt3jOoDY1EbVxmyCs0vh24u5b3iO7yTB7_fguPF8LiItCYgUqZA83Xo4qvYcCt2s2XIveXRSgAItBD3R2bJhPHA-W-az7NC/s1600/grito.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="217" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEgYE8DDfAQND_9jOG7NQZ35CUSBIqp5mpGK-MsCFZt3jOoDY1EbVxmyCs0vh24u5b3iO7yTB7_fguPF8LiItCYgUqZA83Xo4qvYcCt2s2XIveXRSgAItBD3R2bJhPHA-W-az7NC/s320/grito.jpg" width="320" /></a></div>
<div class="MsoNormal">
Apenas una hora después
de saberse el resultado del Brexit, Nigel Farage, líder del UKIP, <span lang="CA"><a href="http://www.itv.com/goodmorningbritain/news/nigel-farage-labels-350m-nhs-promise-a-mistake"><span lang="ES">negaba delante de las cámaras</span></a></span> que el sistema de salud del Reino Unido fuera a
recuperar los 350 millones de libras que habían constituido un eje principal de
la campaña del <i>Leave</i>. Hay
incumplimientos de programa por parte de todos los gobiernos, pero la clamorosa
mentira tras mentira de la campaña del <i>Leave</i>
ha puesto de relevancia el concepto de la política <i>post-verdad</i>. O, dicho de otra forma, la mentira política. <o:p></o:p></div>
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<a name='more'></a><br /><br />
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<div class="MsoNormal">
La política de la
post-verdad consiste en emitir un mensaje político determinado, aún a pesar de
que el emisor sepa a ciencia cierta que no es real. La campaña electoral del referéndum
británico sobre la UE fue un ejemplo paradigmático. Mientras el <i>Remain</i> se aferraba a los hechos y la
realidad –o, lo que es lo mismo, al debate tradicional-, el <i>Leave</i> abandonaba cualquier hecho real
para abrazar la mentira política más descarada y llegar a las emociones que
movilizaran el descontento y la apatía política. Era igual si se trataba de los
(imaginados) millones que recuperarían el sistema público de salud, los
(imaginados) inmigrantes que no llegarían al Reino Unido o la (imaginada)
integración inminente de Turquía en las instituciones europeas. <o:p></o:p></div>
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<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Pero la post-verdad no es
patrimonio del pueblo británico. La política en el Estado español no está
exenta de ella, ni mucho menos. Especialmente cuando la campaña permanente se
ha instalado entre nosotros, y cuando la política viene absolutamente
determinada por el inmovilismo provocado por <i>las siguientes elecciones</i>. Sean las andaluzas, las municipales, las
autonómicas, las catalanas, las estatales, las estatales 2.0, las vascas, las
gallegas, las estatales 3.0 … y así <i>ad
infinitum. </i>El debate político ya no trata de las propuestas, sino de
intentar mantener a la población permanentemente movilizada -o desmovilizada,
según sea el objetivo- y guardar a la vez la ropa.<o:p></o:p></div>
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<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Este ciclo político que comenzó
en 2011, y que va por su segunda prórroga, ha sido proclive en ejemplos de
post-verdad. Hemos tenido un gobierno que afirmaba que el rescate bancario no
afectaba las cuentas públicas, o que la corrupción sistémica eran sólo casos
aislados. También una oposición socialista que, de repente, no había favorecido
los desahucios exprés o indultado banqueros cuando estuvo gobernando. Y hemos
visto además a una Convergencia Democrática de Catalunya (CDC) que decía haber
defendido el Estado de Bienestar, cuando en realidad su gobierno fue,
proporcionalmente, más <i>austericida</i>
que todos los gabinetes griegos de estos últimos años. <o:p></o:p></div>
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<br /></div>
<h3 style="text-align: left;">
<b>Política naif y Catalunya</b></h3>
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<b><br /></b></div>
<div class="MsoNormal">
Lo que sí que hemos
logrado patrimonializar, especialmente en Catalunya, es el concepto de <i>política naif. </i>Y no, este artículo no es
un ataque al proceso independentista. Tampoco al “cambio” de los <i>Comuns </i> o Podemos. Aunque tampoco es un halago, tal y
como están planteados a día de hoy.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
La política naif
consistiría en creer que con una determinada acción en comunidad, se conseguirá
cambiar todo el sistema. Sólo porque es posible que pase. Consiste en que si
cerramos los ojos y apretamos muy fuerte las manos, eso que deseamos se
aparecerá ante nosotros. Algo parecido al permanente pensamiento positivo. Confundir
lo posible con lo probable.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
El proceso
independentista catalán ha conseguido abandonar la iniciativa popular para
centrarse en los movimientos de sus actores institucionales. Principalmente, de
lo que CDC quiera hacer, ya que es quien dirige el debate –presupuestos antes
que independencia; hoja de ruta antes que referéndum unilateral, Artur Mas
antes que unidad independentista, etc.-, y quien ha cooptado al único actor de
la sociedad civil que parecía querer llevar la iniciativa discursiva: la ANC,
ahora controlada por Jordi Sánchez en su cúpula pero no en sus bases.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Lo que han intentado
hacer los convergentes salidos del 27S ha sido desactivar la calle como
principal motor del proceso independentista. Artur Mas no consiguió surfear la
ola en la etapa 2012-2015, pero sí en el transcurso de su caída. ¿<span lang="CA"><a href="http://www.elsituacionista.org/2015/11/artur-mas-investidura-transicion-catalunya-CUP.html?m=0"><span lang="ES">Quién iba a decir que las bases
independentistas serían resquebrajadas por quien pretendía liderarlas</span></a></span>? El <i>#PressingCUP</i>
dividió y desilusionó. Es decir, desmovilizó en un momento donde la sociedad
catalana independentista estaba preparada para generar la clase de conflicto
con el Estado que CDC siempre había querido evitar. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Después de la llegada de
Puigdemont a la presidencia resultó que, al otro lado, sólo quedó un
independentismo sociológico que piensa que una secesión se consigue con un
bonito acto floral cada 11 de Septiembre. El más multitudinario, valiente y
constante movimiento político en la Europa de nuestros días, no me
malinterpreten, pero acto floral al fin y al cabo. Nada de parar las fábricas o
de vincular la lucha independentista a las luchas sociales. Nada de
convocatorias de huelgas ni Ayuntamientos negándose a pagar impuestos al
Estado. Nada de conflicto, apretad las manos y cerrad los ojos que <i>tenim pressa</i>.<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Frente al proceso
independentista se suele contraponer a quienes piden “el cambio”. Esto es
normal hasta cierto punto, pues quienes dominan el discurso independentista, ya
lo hemos dicho, son los enemigos ideológicos del cambio: CDC vs. <i>Comuns</i>/Podemos. También porque la
fórmula equidistante que el bloque Colau/Iglesias ha desarrollado no les sitúa
más que en la ambigüedad política y el cálculo electoral. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<div class="MsoNormal">
Si uno piensa en las
principales propuestas de los <i>Comuns </i>para
Catalunya, también se ve una práctica desatada de la política naif. <span lang="CA"><a href="http://elpais.com/elpais/2016/09/09/opinion/1473433360_212182.html"><span lang="ES">El artículo de Ada Colau</span></a></span>, el pasado 10 de Septiembre, es un ejemplo de
ello. En él, decía que no se puede negar a ninguna comunidad política la capacidad
y el derecho de ser cambiada por la vía democrática. Nada de fórmulas políticas
para lograr un referéndum unilateral –único referéndum probable-, ninguna
propuesta estratégica sobre cómo lograr que el unionismo catalán se sume a ese
referéndum –es necesario tener a alguien que defienda el No-, ni una palabra
sobre desobediencias como respuesta al bloqueo político actual por parte del
gobierno español. Obviad el conflicto, apretad las manos muy fuerte, y quizás
en Navidad el PP sea tercera fuerza. ¡El cambio ya está aquí!<o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
<br /></div>
<h3 style="text-align: left;">
<b>El <i>rupturismo
</i>como única respuesta y como confluencia</b></h3>
<div class="MsoNormal">
<b><br /></b></div>
<div class="MsoNormal">
Esta política naif en
donde nada pasa por mucho que hagamos eso, apretar fuerte las manos, termina
generando sensación de hartazgo. Y si algo deberíamos aprender del referéndum británico
sobre la UE, es que el hartazgo de la gente al final se traduce en la necesidad
de que, por fin, <i>pase algo</i>. Sea lo
que sea ese <i>algo</i>. <o:p></o:p></div>
<div class="MsoNormal">
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<div class="MsoNormal">
Un estupenda lección para
los intereses de quienes desean ver una República Catalana, o un cambio en el
Estado español: o se <span lang="CA"><a href="http://www.bez.es/7885927/Podemos-entre-el-vivir-o-el-grupo-parlamentario.html"><span lang="ES">genera una alianza entre ambos espacios</span></a></span> –independentismo y <i>Comuns</i>/Podemos- a favor de lo que podríamos llamar una ideología <i>rupturista</i>, o ese <i>algo</i> que terminará pasando lo avanza el CIS a cada informe que
publica. <o:p></o:p></div>
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<div class="MsoNormal">
No hay más camino, el
resto es política post-verdad y política naif. Seguramente el cambio, tanto en
Catalunya como en España, pase porque las dos comunidades políticas sigan
caminos diferentes. Cualquiera que busque un cambio, debería tener eso en
cuenta a la hora de establecer alianzas.<o:p></o:p></div>
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<span style="font-size: x-small;">Foto: <a href="https://www.flickr.com/photos/facing-my-life/" target="_blank">Crosa</a></span></div>
</div>
Fernando Díaz | elsituacionistahttp://www.blogger.com/profile/04622410604657147745noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-19042970.post-36023161938182444032016-09-22T04:30:00.000+01:002020-03-31T14:24:08.003+01:00Arde Congo, arde Etiopía… ¿dónde está la nueva política?<div dir="ltr" style="text-align: left;" trbidi="on"><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhJNvmPdRdvKyAkgCWbTn2sbAcVnTnIumx4S2-X8aViq9aJjc9-BJCsQRL7Xh75Qo23lh_67rZpP9-sNdsbe6BhfPPU1E1mQFD_aHhkX5CxktowBEzRY7CtyTOwgLilt5RnioFqZA/s1600/occupy+nigeria.jpg" imageanchor="1" style="clear: left; float: left; margin-bottom: 1em; margin-right: 1em;"><img border="0" height="266" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEhJNvmPdRdvKyAkgCWbTn2sbAcVnTnIumx4S2-X8aViq9aJjc9-BJCsQRL7Xh75Qo23lh_67rZpP9-sNdsbe6BhfPPU1E1mQFD_aHhkX5CxktowBEzRY7CtyTOwgLilt5RnioFqZA/s400/occupy+nigeria.jpg" width="400" /></a></div><div class="MsoNormal">No me pararé aquí a analizar, de nuevo, <a href="http://www.srkurtz.org/2015/04/africa-en-los-medios-el-debate.html">si África importa o no importa a los medios de comunicación españoles</a>. Tampoco me pararé para enfadarme ni frustrarme sobre si la (mínima) cobertura mediática <a href="http://www.africaye.org/periodismo-en-africa-subsahariana/">se hace contextualizando los conflictos, analizando sus causas y sin asquerosas herencias de alianzas políticas, económicas y mediáticas</a> –Kabila, nuestro gran pacificador; Etiopía, nuestro nuevo mercado emergente-, o si se cubre la noticia de la manera más morbosa y tópica posible. Y no haré nada de esto porque este no es un artículo sobre cómo se cubre África ni sobre las causas –políticas, internas e internacionales- de cada uno de estos conflictos. Hoy, los periodistas no son los protagonistas de este blog. Lo son las ONGD y los movimientos sociales por el desarrollo internacional.<o:p></o:p></div><div class="MsoNormal"><br /></div><div class="MsoNormal"></div><a name='more'></a><br /><div class="MsoNormal"><b>Una pata del régimen</b></div><div class="MsoNormal"><b><br /></b></div><div class="MsoNormal">El pasado mes de Julio asistí a una jornada de trabajo de las entidades sociales de Catalunya. A ella acudía como invitado David Fernández, exdiputado de la CUP y, ante todo, periodista con un punto de vista social como pocos se he visto. De su intervención, me quedo con una frase que cayó como el plomo entre la audiencia: “Durante el 15M (PAM), las entidades sociales fueron vistas como una pata más del régimen (PAM), del mismo régimen que había que derrocar (PAM)”. Tres disparos en voz baja, como habla David, para dejar en el suelo el cuerpo de los defensores de los pobres y los oprimidos. Enmienda a la totalidad. Se acabó. Finito. Kaputt.<o:p></o:p></div><div class="MsoNormal"><br /></div><div class="MsoNormal">Una sensación parecida tuve hace un año, cuando leía el interesante libro <i><a href="http://www.elsituacionista.org/2016/07/cinco-libros-radicales-para-leer.html">Africa Uprising</a></i>, sobre <a href="http://www.africaye.org/los-15m-africanos/">los 15M africanos</a>. ¿Dónde estaba yo cuando todas esas protestas se extendían por el continente? De algunas me enteré. Pero, en general, la gran mayoría pasaron inadvertidas para alguien que, como yo, está interesado en el continente africano. <o:p></o:p></div><div class="MsoNormal"><br /></div><div class="MsoNormal">En cambio, durante los mismos días en que se desarrollaba el <a href="https://en.wikipedia.org/wiki/Occupy_Nigeria">Occupy Nigeria</a>, o las protestas de Sudán, me pude enterar, casi sin querer, de los últimos informes sobre los logros de los Objetivos de Desarrollo del Milenio. También pude leer estupendas crónicas de viajes de intrépidos reporteros que viajan a conocer los avances de tal o cual proyecto de desarrollo. Historias humanas y políticas de éxito global. África Subsahariana iba a mejor, parecía. No entiendo cómo era posible que los africanos y las africanas no lo vieran y anduvieran protestando.<o:p></o:p></div><div class="MsoNormal"><br /></div><div class="MsoNormal"><b>Ya vivimos de esto<o:p></o:p></b></div><div class="MsoNormal"><b><br /></b></div><div class="MsoNormal">La realidad es que tenemos un sector de entidades sociales de cooperación cooptado por la lógica del proyecto y la –feroz- lucha por los –escasos- fondos de cooperación. La complejidad de los proyectos de desarrollo se ha elevado tanto que movimientos sociales que crearon asociaciones o fundaciones para la cooperación han terminado por profesionalizarse al máximo de sus capacidades. Metidos en una espiral de la profesionalización y la tecnificación constante, las ONGD acabaron por sucumbir e integrarse en el régimen –David Fernández <i>dixit</i>-, trabajando por el desarrollo de los pueblos del Sur, pero también por la subsistencia de sus propias estructuras técnicas –sin las cuales sería imposible acceder a los fondos que permiten los proyectos. Una <i><a href="http://www.elsituacionista.org/2008/01/trampa-22-de-joseph-heller.html">Trampa 22</a></i> de manual. <o:p></o:p></div><div class="MsoNormal"><br /></div><div class="MsoNormal">La lógica de los proyectos nos ha obligado a luchar por la visibilidad de nuestras acciones. El financiador siempre exige su logo en la puerta de la oficina, del centro de formación o de la escuela. Y si conseguimos que salga en la prensa escrita, más puntos para la siguiente convocatoria. La lógica se pervirtió tanto que se dieron subvenciones de la Generalitat de Valencia en las que la propia Generalitat se quedaba con un porcentaje de lo subvencionado para hacer ella, en su web, publicidad del proyecto. <o:p></o:p></div><div class="MsoNormal"><br /></div><div class="MsoNormal">La alternativa a la subvención pública o privada no ha sido la reconfiguración del modelo de ONGD, sino la búsqueda de otras fuentes de financiación. La captación de socios, sean estructurales –de apoyo a la entidad-, sean para proyectos concretos, ha incidido en dos maneras. O bien se destaca la gravedad del problema que se pretende abordar, perdiendo la imprescindible explicación política -¡Hola Comité Español de UNICEF!-, o bien se sacaba músculo ante los éxitos del sector, llegando a dar continuidad a absurdas manipulaciones políticas, como el éxito de los ODM.<o:p></o:p></div><div class="MsoNormal"><br /></div><div class="MsoNormal"><b>Pegar tiros en Nicaragua</b> <o:p></o:p></div><div class="MsoNormal"><b><br /></b></div><div class="MsoNormal">Durante mi época de estudiante de cooperación, cuando coincidí con uno de los grandes pensadores sobre el sector, escuché un comentario sobre él que me impactó: “Este se fue a pegar tiros a Nicaragua”. Casi al mismo tiempo, nos poníamos a homenajear a los pocos brigadistas internacionales de la Guerra Civil que quedaban con vida. Eran, los brigadistas o los que se marchaban a Nicaragua, los máximos exponentes de aquello que se llamaba Solidaridad Internacional. Con mayúsculas por favor, que hablamos de algo importante.<o:p></o:p></div><div class="MsoNormal"><br /></div><div class="MsoNormal">Hemos cambiado esa solidaridad por la cooperación. Y lo hemos hecho abrazando un velo de neutralidad y tecnicismo. Nos atenaza el miedo a equivocarnos, a que nuestro socio en el terreno se constituya en un cacique local, a que nuestra intervención no salga bien o cause más problemas de los que resuelve. Hemos abrazado el <a href="http://www.catarata.org/libro/mostrar/id/159">desarrollo</a>, y abandonado la emancipación.<o:p></o:p></div><div class="MsoNormal"><br /></div><div class="MsoNormal">Todo esto se traduce en cambios importantes en el impacto de las ONGD en nuestra casa. La sensibilización y la Educación para el Desarrollo se han hecho con una parte importante de las actividades de cada entidad. Se trata de que la gente comprenda las injusticias sociales a nivel global, y el objetivo último es convencerles de cambiar en algo su modo de vida. Cómo se hace eso a través de una exposición que te financia el Ayuntamiento más cercano, nunca lo he sabido. Quizás es que ahora andamos creando personas sensibilizadas por la injusticia global y no buscamos militantes con una causa. <o:p></o:p></div><div class="MsoNormal"><br /></div><div class="MsoNormal"><b>Nueva política y nueva sociedad civil<o:p></o:p></b></div><div class="MsoNormal"><b><br /></b></div><div class="MsoNormal">Naomi Klein habla en <i><a href="http://www.naomiklein.org/shock-doctrine/materiales-espanol" target="_blank">La doctrina del Shock</a></i> sobre cómo Amnistía Internacional despolitizó las luchas por la liberación política y económica al centrar los discursos en el concepto de Derechos Humanos, y no en el sistema de producción y de dominación que existe en cada país. Hemos hecho lo mismo con el movimiento internacionalista. Hemos pensado que el <i>desarrollo</i> es una cuestión técnica. O, en el mejor de los casos, técnico-política. Y a ello nos hemos dedicado desde las ONGD.<o:p></o:p></div><div class="MsoNormal"><br /></div><div class="MsoNormal">Hace falta que el sector de la cooperación vuelva a las plazas. Que comience a buscar más líneas de solidaridad y lucha conjunta con quienes se levantan en las plazas africanas (o asiáticas, o americanas). Que un levantamiento al sur del Sahara sea entendido como una señal de necesario compromiso militante de cada miembro de este sector. Hace falta despejar las dudas, y aprender por el camino. Vuelvo a David Fernández y su intervención: “la cabeza piensa donde están los pies”. <o:p></o:p></div><div class="MsoNormal">Hoy arden Etiopía y República Democrática del Congo. Dos países clave en la estructura económica mundial actual –el uno por sus niveles de crecimiento, el otro por sus recursos naturales- y sin embargo no hay ningún contacto entre estos movimientos emancipatorios y el movimiento por la solidaridad internacional que tenemos en nuestra sociedad.<o:p></o:p></div><div class="MsoNormal"><br /></div><div class="MsoNormal">No podemos esperar que la nueva política arregle estas distorsiones. Podemos ha fijado su referencia en Grecia. La CUP, en el Kurdistán. La nueva política tiene que verse empujada por una nueva sociedad civil, capaz de conocer y verse reflejada en los movimientos políticos locales del Sur. Una nueva solidaridad, popular y capaz de conectar plazas, capaz de sumar fuerzas locales, una a una, hasta que el gran Leviatán internacional haya caído. <o:p></o:p></div><div class="MsoNormal"><br /></div><br /><div class="MsoNormal">¿O es que hemos tirado la toalla y ya no queremos cambiar el mundo?<o:p></o:p></div><div class="MsoNormal"><br /></div><div class="MsoNormal">Foto: <a href="https://www.flickr.com/photos/73929126@N04/" target="_blank">Temi Kogbe</a></div></div>Fernando Díaz | elsituacionistahttp://www.blogger.com/profile/04622410604657147745noreply@blogger.com0